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Director de Fedesarrollo, Leonardo Villar.

Carbón

Minería solo sobrevive con la inversión

Hay preocupación porque podrían revertirse los avances de la última década en la percepción positiva sobre Colombia, y América Latina en general, entre los inversionistas extranjeros en el sector minero.

21 de febrero de 2013

El Director de Fedesarrollo, Leonardo Villar, afirmó que las perspectivas sobre aumentos futuros de la producción minera son positivas si se logra mantener la dinámica de la inversión y la exploración.

Según el investigador “hay un potencial grande de crecimiento del sector minero en Colombia pero para consolidarlo hace falta mayor exploración e inversión, lo que requiere a su vez estabilidad de las reglas del juego y seguir avanzando en el proceso de fortalecimiento institucional.”

Al intervenir en el segundo Congreso de la Asociación del Sector de la Minería a Gran Escala, señaló que así como hay avances importantes en el período reciente, también retos y preocupaciones para el sector.

Villar presentó los avances del estudio que está adelantando Fedesarrollo: “Estudio sobre los impactos socio-económicos del sector minero en Colombia: encadenamientos sectoriales”.

El dirigente y académico destacó que el sector minero ha tenido un crecimiento notorio pero consideró que frente al del sector de hidrocarburos y frente a lo que podría ser en el futuro, éste ha sido modesto.

“Hoy en día, Colombia no es un país minero”, dijo enfáticamente, respaldando lo expresado por la Directora de la Asociación del Sector de la Minería a Gran Escala, Claudia Jiménez Jaramillo, porque pese a los avances obtenidos, la participación minera en el PIB de Colombia es muy inferior a la que tiene el sector en Perú o en Chile, y la dependencia de las exportaciones mineras en el país también es menor.

Según Villar, entre los avances registrados en el sector de Minería a Gran Escala están el fortalecimiento de la institucionalidad minera: la Agencia Nacional de Minería, el Viceministerio de Minas, el Servicio Geológico Colombiano y la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA).

Al referirse a los retos indicó que uno es la formalización de la pequeña minería; otro la regulación y aprobación y reglamentación del Código de Minas, la reglamentación de la consulta previa y licencias ambientales y la revisión del sistema de regalías, cuya tendencia internacional es a establecerlas con base en utilidades, o al menos en valores y no en cantidades producidas.

La principal preocupación para el Director de Fedesarrollo es que podrían revertirse los avances de la última década en la percepción  positiva sobre Colombia,  y América Latina en general, entre los inversionistas extranjeros en el sector minero. “Si el deterioro en la percepción de los inversionistas se mantiene, podríamos perder la oportunidad de sostener el crecimiento minero de las últimas décadas.” Puntualizó Villar Gómez.

Encadenamientos

Específicamente con respecto al estudio que está adelantando Fedesarrollo sobre los encadenamientos del sector minero, es decir el desarrollo de las industrias relacionadas con bienes, productos o servicios requeridos por el sector y que son desarrolladas por empresas regionales de menor tamaño especialmente, Villar Gómez afirmó que el sector es altamente intensivo en capital, pero que sus encadenamientos hacia adelante y hacia atrás son menores que en otros sectores.

“Sin embargo, aunque está lejos de ser un sector de enclave, sus encadenamientos son considerablemente más altos que los del sector de hidrocarburos”, aclaró.

Con el fin de mejorar y aumentar las compras a los proveedores locales, propuso revisar las experiencias internacionales, procesar las encuestas a empresas del sector en Colombia, proteger a los proveedores nacionales de instrumentos distorsionantes, los sobrecostos, la mala calidad y las pocas posibilidades de generar nuevos sectores exportadores.

El Director de Fedesarrollo anotó que para avanzar se requieren iniciativas públicas, privadas o mixtas; atraer inversionistas (nacionales e internacionales); capacitar a empresarios y trabajadores; suministrar amplia información sobre necesidades de mediano y largo plazo por parte de las empresas mineras; facilitar acceso a financiamiento y la generación de condiciones propicias (infraestructura, servicios públicos, etc.) y remover los obstáculos regulatorios por parte de las autoridades nacionales y locales.