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¿Cuáles son los obstáculos que limitan el desarrollo de los negocios sociales en Colombia?

Un estudio de The Boston Consulting Group expuso que la ambigüedad en la definición del modelo social de un negocio, la falta de un modelo de negocio rentable que garantice la sostenibilidad, entre otros, son las principales limitantes a la hora de desarrollar negocios sociales rentables en el país.

16 de julio de 2018

El estudio ‘Maximizar el impacto de los negocios sociales en el campo colombiano’ de The Boston Consulting Group, desarrollado por Nuno Monteiro, Sandro Marzo y Emile Gameiro Pais, da cuenta de varios obstáculos que existen en el país para llevar a cabo el sano desarrollo de un negocio social.

De acuerdo al documento, a pesar de que el potencial en la promoción del desarrollo del campo es significativo, los negocios sociales colombianos se enfrentan a problemáticas comunes que limitan la efectividad de su impacto y comprometen su sostenibilidad. The Boston Consulting Group expuso, luego de analizar casos puntuales en compañía de Yunus Social Business, los problemas que se han convertido en ‘la piedra del zapato’ para empresarios y emprendedores sociales en el país. Los obstáculos son:

Ambigüedad en la definición del modelo social

Según el estudio, la maximización del impacto social es el principal objetivo de los negocios sociales. No obstante, en varios de los casos observados, a la conclusión que se llegó es que la definición del impacto social es ambigua y no existen objetivos de impacto cuantificables. Además, se comprobó que la población considerada beneficiaria es muy amplia y en ocasiones, varía constantemente.

Un ejemplo de ello es que hay emprendedores sociales que han definido su impacto como la mejora de las condiciones de una comunidad particular, pero no han especificado si este impacto comprende variables específicas como, por ejemplo, la oferta de empleo formal, la generación de una demanda constante a precios justos, el apoyo en la creación de cooperativas para fomentar el apoyo técnico, etc.

The Boston Consulting Group indicó que “al tener un modelo de negocio social ambiguo, el emprendedor social será incapaz de diferenciarse de otros negocios sociales del país que, si bien adoptan prácticas socialmente responsables, no están enfocados en generar valor social”.

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Por esta razón, la entidad afirma que es imprescindible que los negocios sociales logren diferenciarse para establecer relaciones con actores interesados en programas de responsabilidad social, acceder a programas especializados de financiamiento y apelar al público en general. En cambio, si esto no se lleva a cabo de esta manera, estas empresas y sus negocios estarían fallando con su principal objetivo.

“Con el fin de definir su negocio social, los emprendedores sociales deben comprender que, para lograr un impacto social efectivo, es necesario que esté enfocado en una problemática específica y una población particular. Por tanto, el emprendedor debe seleccionar un problema social y caracterizarlo para entender las causas raíces de la situación y la población afectada a la que busca beneficiar”, cita el estudio.

Posteriormente, según el documento, el emprendedor debe efectuar un mapeo exhaustivo de los actores que trabajan en el problema social, y los modelos de impacto que han puesto en marcha para definir un modelo social propio según sus capacidades.

Es así como el modelo definido debe tener metas de impacto social claras, para las cuales el emprendedor debe establecer indicadores que le permitan monitorear la efectividad de su intervención. En este caso, The Boston Consulting Group abunda en que es igualmente importante que los emprendedores establezcan vínculos duraderos con las comunidades beneficiarias, no solo para lograr trazabilidad sino también para desarrollar relaciones de confianza, conseguir continuidad y entender mejor sus necesidades.

Falta de un modelo de negocio rentable que garantice la sostenibilidad

Otra problemática para los negocios sociales es que se da prioridad al modelo de impacto social frente al modelo de negocio, lo que implica que, en ocasiones, los empresarios y emprendedores sociales no cuentan con un modelo de negocio estructurado.

Por tal razón, estos pequeños empresarios muchas veces no saben cuáles son sus productos más rentables y no conocen la segmentación de su mercado objetivo o su propuesta de valor diferencial. Asimismo, de acuerdo con la publicación The Boston Consulting Group, los emprendedores suelen incurrir en altos costos logísticos para transportar sus productos y el resultado de esto deriva en que algunas oportunidades de mejora se dejan de lado o se desarrollan estrategias de crecimiento sin un enfoque claro, que pueden eventualmente comprometer la sostenibilidad del negocio.

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“Para hacer frente a los retos de infraestructura, los emprendedores sociales deben idear mecanismos para optimizar los costos logísticos y de transporte, y para lograr aprovechar al máximo los productos, de modo que puedan minimizar desperdicios. En efecto, todos los negocios sociales estudiados muestran múltiples oportunidades de mejora en términos de logística y aprovechamiento de su producción”, expone el estudio.

A modo de ejemplo, en la industria cocotera colombiana la mayor parte de los procesadores aprovechan un 20% del fruto (la pulpa) y desechan el 80% restante como residuo (agua, concha, estopa), incurriendo en costos elevados para deshacerse de los mismos y generando un impacto ambiental negativo por su quema o vertimiento a fuentes hídricas.

Fuente: The Boston Consulting Group

Falta de oportunidades para mejorar la profesionalización del emprendedor

Generalmente, las personas que se están dedicando de lleno a este tipo de negocios sociales tienen oportunidad de mejorar su profesionalización en términos de gestión de recursos, cumplimiento regulatorio y adopción de buenas prácticas, pero no lo están haciendo del todo.

Dentro de los casos estudiados por The Boston Consulting Group, el empresario no tiene claridad sobre el costeo y la rentabilidad de sus productos, y no está realizando análisis financieros y de capacidad para evaluar la viabilidad de una inversión.

Según la institución, el conocimiento técnico de los emprendedores suele ser elevado, por lo general no tienen incentivos para incorporar buenas prácticas o controles de calidad en sus procesos, lo que en ocasiones puede impedir que sus productos cumplan con los parámetros exigidos por un comprador potencial.

Pero eso no es todo, estas personas tampoco conocen las normas tributarias y regulatorias que circundan su negocio, ni las consecuencias de su desacato lo que las llevan a estar en riesgo de infringir la ley y ser sancionadas.

Si bien estructurar un modelo de negocio es esencial para garantizar la sostenibilidad del emprendimiento social, también la profesionalización de los que se dedican a este negocio es indispensable para desarrollar capacidades clave, conforme a lo expuesto en el estudio.

El documento cita que esta profesionalización debe ser holística y adaptarse a las necesidades particulares de cada negocio social:

  • Debe conocerse bien el costeo y la rentabilidad de los diversos productos y subproductos, para así priorizar aquellos que permitan capturar una mejor rentabilidad.
  • La estrategia de pricing (precios) debe garantizar el pago de precios justos a pequeños agricultores, soportando incluso fluctuaciones en los precios nacionales y distribuyendo el premium pagado al agricultor entre cliente final y la empresa procesadora.

  • Los costos de envío deben negociarse a priori con las empresas proveedoras del servicio, y se deben optimizar la frecuencia y el destino de los envíos para minimizar los costos logísticos.
  • Por último, los procesadores deben instruirse en las normas regulatorias y tributarias relevantes y las consecuencias de no acatarlas.