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Entrevista con Luis Fernando Jaramillo, Director de INALDE. | Foto: Dinero

DIRECTIVOS

Las historias y los legados de la formación empresarial de INALDE

Tras tres décadas de INALDE, el reto es que los empresarios apuesten seriamente a que detrás de la competitividad está la formación. La escuela de negocios quisiera tener master de tiempo completo y avizora el futuro de Barranquilla. Entrevista con su Director Luis Fernando Jaramillo.

Daniel Niño Tarazona
11 de noviembre de 2015

“Sin resultado no hay continuidad de las empresas pero el resultado no puede ir contra la sociedad, la familia y las personas”: filosofía INALDE

La historia de INALDE comienza cuando Alfonso Dávila Ortiz conoció el IESE como embajador de Colombia en España, averiguó todo lo que ocurría en esa escuela de negocio y a su regreso le dijo a los empresarios que lo que faltaba en Colombia era un IESE. Cuando le cuenta el tema a Octavio Arismendi Posada éste le cuenta que lleva 5 años en conversaciones con ellos buscando convencerlos de abrir la escuela en Colombia. Así junto con un grupo de empresarios tomó forma la idea de tener en Colombia una escuela de negocios hace 30 años en la Universidad de la Sabana.

Una de las tareas inconclusas según su Director Luis Fernando Jaramillo es poder ofrecer una maestría en administración de negocios de tiempo completo. La escuela siente que teniendo competidores en Colombia fabulosos, su mayor logro más allá del prestigio, es el testimonio de sus egresados que reivindican que las organizaciones son las personas, donde partir de una visión humanística diferente, los trabajadores no son ecuaciones ni herramientas sino seres en su integridad ética, sus capacidades y limitaciones. Eso no quiere decir que no persuadan sobre la importancia del resultado pues sin resultado no hay continuidad de las empresas pero el resultado no puede ir contra la sociedad, la familia y las personas. El hombre productivo, también es espiritual, es intelectual, es familiar, es social. Es pensante, estructurado y tiene criterio.

¿Qué fue lo más importante al comienzo hace 30 años?

LFJ/ El empeño que pusieron los empresarios poniendo muchos participantes, empujando la formación de sus directivos. Contamos con el apoyo de grupos económicos importantes, tradicionales, del sector financiero y hoy, uno de esos grupos, me permite decir que todas las personas de los niveles de primer, segundo y tercero han recibido formación del INALDE, en los últimos 30 años. Una confianza invaluable y ha sido más importante que darnos una ayuda económica.

¿Cuál ha sido el momento más delicado de INALDE en estos 30 años?

LFJ/ Sufrimos lo que sufrieron las empresas en los años 1997, 98 y 99, pues redujeron su inversión en formación. Vivimos por lo mismo con el factor económico, pero lo que más nos afecta es la incertidumbre. La economía ha ido bien pero ha sido más incierta y ello genera lentitud en la toma de decisiones. Las empresas se paralizan, aplazan decisiones y postergan inversiones pero deberían estar invirtiendo más cuando la situación es más retadora, es menos clara y se requieren afinar procesos. Con eso se preparan para cuando llegan las ventanas de oportunidad, con el fin de obtener lo mejor y lo mayor en ese momento.

¿Falta más inversión en formación directiva?

LFJ/ Extraño mucho que se sumen muchas más empresas, que hagan lo que han hecho unas 8 empresas para que el proyecto desde sus comienzos caminara. Por ejemplo, en mi luna de miel de 40 años estuve en Santiago de Compostela y allí me encontré por casualidad con uno de mis profesores del master. Estaba allí empezando un programa de perfeccionamiento directivo. En una ciudad de 97 mil habitantes. Eso demuestra que los empresarios se sienten en obligación de formarse, están dispuestos a invertir en su formación y apuestan seriamente a que detrás de la competitividad esta la formación. Más que el problema del cheque comprenden el problema de la falta de formación.

En Colombia hablamos del rezago en educación que nos muestran las pruebas pisa y hablamos de la baja competitividad, pero el Banco Mundial con William Maloney ha reseñado que uno de los grandes desafíos de la economía colombiana es que nos va muy mal en las comparaciones internacionales sobre la calidad de la gestión y la gerencia empresarial. 

LFJ/ Aunque tenemos reconocidos profesionales y se considera alta la calidad de los profesionales colombianos, estoy de acuerdo con eso que dice. Tenemos un agujero en la calidad de la dirección o la gerencia empresarial y es porque una vez llegamos a un cargo directivo creemos que con lo que hemos aprendido y vivido basta y no necesitamos nada más. Pero se requiere crecer y tomar más pista.

En INALDE tenemos programas de perfeccionamiento directivo que apuntan a esa falencia, incluyendo programas para la empresa familiar y programas solo para propietarios.

El método del caso desafía a que las personas se enfrenten a una situación práctica, real, donde más que una respuesta correcta en su solución se requiere aplicación y conexión de conocimientos. ¿No es eso lo que adolece la academia en el pregrado?

LFJ/ Creemos que la metodología del caso requiere haberse untado de vida práctica, si uno es muy poco experimentado puede quedarse sin aportar a la metodología. Se requiere el aprendizaje de un directivo, que es haber pasado por situaciones que les lleven a adquirir criterios y evaluar alternativos. Se necesita que los jóvenes se hayan estrellado, que hayan estado ante situaciones con las que no lograron determinados resultados en su vida. La realidad de las empresas es muy diferente, una cosa es lo que yo quiero hacer y otras es  lo que me permite hacer la empresa, el jefe, la organización, la competencia, el mercado. Eso solo se aprende viviéndolo.

¿El criterio es entonces saber esa diferencia, entre lo que se aprende como teoría académica y lo que se realiza como práctica laboral?

LFJ/ Así es, porque cuando a un muchacho le preguntas te dice que aprendió que algo es así y si le pides su opinión te dice que es así, como lo aprendió. No te ofrece un amplio abanico de alternativas para la discusión. El master se aprovecha porque piensas diferente que tu vecino, basado en una óptica diferente que te dejaron tus vivencias y experiencias. El método del caso se basa en "yo he vivido esto". Por ejemplo, yo hice el master a los 34 años, tenía 5 hijos y allí nació el sexto de mis 9 hijos. Ya tenía un recorrido de 13 años de vida profesional cuando llegue al master. Ya había negociado un sindicato, tenido 250 obreros a cargo, por lo cual sabía los pros y contras del factor humano y podría aportar y enriquecer la clase. Por lo mismo sería ideal que después de hacer prácticas, en el último semestre, los estudiantes de pregrado pudieran tener contacto con el método del caso.

¿Que sigue para INALDE?

LFJ/ Desde al año pasado tenemos un director de INALDE en Medellín con una fuerza comercial y una planta administrativa. Vamos transcurriendo un camino que nos permitirá tener una sede y luego sueño que el siguiente paso será Barranquilla. El año entrante allí haremos con el Latin America Management Seminar (LAMS). Barranquilla es una ciudad que tiene todo el futuro, hace 20 años era inviable para el mundo empresarial pero hay un enorme esfuerzo público-privado con una significativa inversión. El número de zonas francas con “clusters” productivos es algo que debe enseñarse a Colombia y divulgarse al mundo.