Las billonarias ventas de Reficar llegaron a US$4.373 millones

El balance financiero de la Refinería de Cartagena, Reficar, volvió a sorprender por un resultado con cifras muy positivas al cierre de 2018. El reporte presentado por el presidente de la compañía, Amaury de la Espriella, durante la asamblea de accionistas que tuvo lugar este martes 26 de marzo en Cartagena, confirmó que esta sigue siendo una de las actividades que más jalona el crecimiento del país.

Los ingresos operacionales de la compañía alcanzaron el año pasado una cifra astronómica de US$4.373 millones, es decir algo más de $13 billones, y superior en 41% a la que había reportado en el ejercicio financiero de 2017. En este año, la compañía reportó ventas por $9,1 billones.
El Ebitda de la compañía también tuvo una variación muy positiva: alcanzó los US$148 millones el año pasado, frente a los US$4 millones registrados un año atrás, con lo cual superó con creces la meta que se había establecido la compañía.

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En el estado de resultados, sin embargo, la compañía sigue reportando cifras negativas en el ejercicio financiero de 2018 por US$262 millones, que se atribuye principalmente a la depreciación y al reconocimiento del cálculo anual del denominado ‘impairment’, es decir el resultado de comparar el valor razonable de la compañía frente al valor neto de la propiedad, planta y equipo, al cierre del periodo contable. Este reconocimiento, aseguran los directivos de Reficar, se rige por las normas internacionales de contabilidad y no afectan ni la caja ni la liquidez de la empresa. Este resultado, sin embargo, sigue siendo muy bueno si se compara con el del año pasado, que había alcanzado los US$416 millones.

Pero no solo en términos de resultados financieros la compañía reportó mejoras sustanciales en su ejercicio contable del año pasado. También la producción de combustibles mucho más amigables con el medio ambiente y la generación de divisas producto de las exportaciones de mayores volúmenes de productos refinados del petróleo, son parte de los buenos resultados.

Para el presidente de Reficar “en 2018, con una operación estable, la refinería de Cartagena aportó al desarrollo de la economía nacional y al mejoramiento del medio ambiente en las ciudades de Colombia, gracias a la producción de los combustibles más limpios que se hayan refinado en el país”.

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El año pasado, Reficar produjo el 34% del diésel que se consumió en el país y el 23% de las gasolinas, lo que le representó a la Nación ahorros en divisas por unos US$2.000 millones, equivalentes a lo que habría costado importar el volumen de productos que procesó en sus instalaciones.

Además, se trató de combustibles mucho más limpios, pues a los centros urbanos fueron enviados combustibles como diésel de ultra bajo azufre, inclusive de menos de 25 partes por millón de azufre, cuando la regulación colombiana permite en el país menos de 50 partes por millón. “En algunos meses del año, gracias a la producción en Cartagena, se entregó diésel de 10 y 15 partes por millón, equivalente al mejor de países como Estados Unidos”, puntualizó la compañía a través de un comunicado.

En cuanto a la producción, la refinería ha venido ganando volumen de procesamiento y el año pasado llegó a 151.331 barriles diarios de crudos pesados procesados, cifra que muestra un aumento del 11,5% frente a la carga diaria que se procesó durante 2017. Desde que entró en operación, a finales de 2015, la refinería ha venido mejorando sustancialmente su capacidad de procesamiento desde los 80.000 barriles diarios que se transformaban antes de que se construyera la moderna refinería, hasta 151.331 barriles el año pasado, con Reficar en operación cada vez más estable.

El año pasado, la compañía vendió un total de 59 millones de barriles en productos con mayor valor agregado, de los cuales 32 millones se destinaron al mercado interno y otros 27 millones se exportaron.

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Finalmente, aunque persisten las sombras que se generaron por los sobrecostos en la construcción de esta moderna refinería, lo cierto es que hoy Reficar es una de las compañías que mayores divisas, empleo y desarrollo le generan al país.