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Juan Carlos Villafuerte, gerente de Congrupo.

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La colombiana que se enganchó con marcas de clase mundial

Congrupo, que hace 20 años inició con la comercialización de alimentos importados, ahora manufactura marcas de compañías extranjeras.

16 de noviembre de 2012

La empresa Congrupo ha adelantado alianzas con empresas globales y regionales como Conagra, Hersheys, Heinz, McCormick y Campbells, entre otras, que le han traído el crecimiento alcanzado a través de la comercialización.

Sin embargo, su modelo de negocio abarca la manufactura de productos, como los cereales Karymba y Flips en sus distintas presentaciones, y acuerdos con compañías extranjeras para desarrollar e incluso manufacturar sus marcas en el país.

Para lograrlo, el gerente de la compañía, Juan Carlos Villafuerte, explica Congrupo se ha apoyado en cuatro segmentos estratégicos que le han dado resultados: nutrición, ingredientes y cocina, impulso y bebidas.

Desde 2009 iniciaron la producción de alimentos basados en cereales: Productos Flips, Karimba, entre otros. Algunos de ellos los exporta a Panamá y a Estados Unidos, en su mayoría a La Florida y Texas. También tienen la licencia para producir y comercializar la marca McCormick.

Según Villafuerte, las ventas de Congrupo han crecido 23% en lo corrido del año respecto al año anterior, registrando ventas que superan  los $39.000 millones.

El directivo insiste en que los resultados obtenidos obedecen al enfoque que se ha dado al negocio, “se le da peso al desarrollo de una marca en el país, al cambio de cultura del consumidor de probar marcas nuevas y al incremento en el consumo local”.

Con presencia en 21 ciudades y más de 1.500 clientes a escala nacional, la meta de Congrupo para el 2015 es duplicar sus ventas. “De acuerdo a nuestro plan estratégico, la proyección es crecer anualmente un 25% y mantenernos en esa vía hasta el 2015”, finalizó Villafuerte.

Recientemente Congrupo inauguró una planta en Siberia, al occidente de Bogotá, se trata de unas instalaciones donde llevan a cabo todas sus operaciones y en las cuales requirieron cerca de US$6 millones.

Los inicios de esta empresa colombiana se remontan a un modesto negocio dedicado a la comercialización de la marca de palomitas Act II. La operación funcionaba en el barrio 7 de Agosto y de allí se traslado a San Cayetano, donde incursionó en el modelo híbrido de manufactura, principalmente cereales expandidos y alianzas con empresas globales y regionales.

La progresiva inclusión de marcas propias y de terceros condujo a un crecimiento que hoy se traduce en un portafolio amplio de productos, agrupados en los segmentos de: nutrición, ingredientes y cocina, impulso y bebidas. Un equipo de 150 colaboradores para la distribución y el desarrollo de marcas líderes de consumo masivo, son la carta de presentación de la compañía en la actualidad.