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Rodger Dudding dice que su portafolio de propiedades está valorado en más de US$160 millones.

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Se hicieron millonarios vendiendo espacios vacíos

Hace 30 años, Gran Bretaña no tenía una industria de almacenamiento al estilo de autoservicio. Ahora, posee la más grande en Europa. ¿Quiénes fueron los astutos emprendedores que se han enriquecido vendiendo espacios vacíos?

19 de abril de 2014

En inglés se le conoce como self-storage o mini-storage. Es un servicio que utilizan las personas que quieren almacenar sus pertenencias en depósitos que rentan y a los cuales pueden acceder cuando quieran con sus propias llaves.

"Almacenamiento… No se trata de centros comerciales, de hoteles, de moda, a primera vista no es uno de los productos más sexy", admite James Gibson, uno de los fundadores de la compañía de almacenamiento Big Yellow.

Puede que sea sexy, pero la industria de ese tipo de almacenamiento ha superado sucesivas recesiones.

Marcas como Safestore, Big Yellow y Access han cubierto el territorio británico de cobertizos multicolores en los cuales más y más personas están guardando las pertenencias que no necesitan tener a primera mano, pero de las cuales no se quieren deshacer. Es un negocio que cosecha ingresos que se aproximan a los US$800 millones anuales.

Reputación dudosa

La industria es el resultado de un gran cambio sociológico. Danny Dorling, profesor de la Universidad de Oxford, afirma que tenemos seis veces más "cosas" que la generación que nos precedió.
Ropa, muebles, aparatos tecnológicos y otros objetos que han sido embutidos en algunas de las viviendas más pequeñas de Europa.

Si a eso añadimos el instinto propio que desarrollamos a medida que envejecemos de querer acaparar, tenemos las condiciones perfectas para que haya un boom del almacenamiento.
Como en todo, cada oportunidad que se presenta necesita de gente que la aproveche. Unos cuantos afortunados fueron capaces de ver el potencial de vender espacios vacíos y convertirse en millonarios del almacenamiento.

Uno de los primeros fue Rodger Dudding, conocido entre sus varios clientes simplemente como Mr Lock Up, que en español podría traducirse como "Señor guardar bajo llave".

Es el propietario con más depósitos privados en el país. El número de garajes bajo su poder asciende a 12.000.

Dudding reconoce que el negocio puede tener matices de dudosa reputación. Ha visto cómo sus cobertizos han guardado de todo, desde "parejas que necesitan un espacio para encuentros amorosos en la tarde" hasta un cuerpo descuartizado.

El empresario estima que su portafolio está valorado en más de US$160 millones, pero el proceso de convertirse en el mayor propietario privado de garajes para almacenamiento no fue nada sencillo.
El padre

Cuando comenzó, no existía un directorio de garajes ni de sus propietarios. Dudding se tomó a la tarea de conducir los domingos en la mañana para "descubrir los garajes… escondidos detrás de los bloques de casas".

Esperaba hasta que alguien se dispusiera a usarlos y educadamente les preguntaba quién era el propietario.

A medida de que construía su imperio, admite que no llegó a anticipar su uso ulterior. El empresario esperaba que la gente usara los garajes para guardar sus vehículos durante la noche. Pero hoy en día, el 80% de los garajes son usados para almacenar objetos domésticos.

Si Dudding demostró que el simple acto de guardar nuestras pertenencias podría producir una fortuna, fue Doug Hampson el que le dio a Gran Bretaña la industria moderna del almacenamiento, con instalaciones hechas de corredores brillantes y limpios y filas interminables de puertas.

Dentro de la industria, se le conoce con el título del "padre del almacenamiento de autoservicio de Reino Unido".

EE.UU.

Hampson siguió la antigua tradición de importar una idea de negocios exitosa de Estados Unidos. Mientras los emprendedores de la actualidad pueden encontrar inspiración en el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, la estrella que guiaba a Hampson era una instalación de almacenamiento en Los Ángeles por la que pasó en 1977.

La idea de que las personas guarden sus pertenencias en otro lugar diferente a sus viviendas comenzó en EE.UU. a inicios de la década de los 60 y hoy la escala de la industria es impactante.

"Era algo muy básico, nadie vivía en ellos, no había tuberías y lo que tenías que hacer para mantener a los clientes completamente satisfechos era muy poco", recuerda el empresario.

Cuando regresó de Estados Unidos, en 1979, él y su esposa fundaron los Depósitos de Almacenamiento Abbey, la primera cadena de almacenamiento de Reino Unido.

Los ingredientes eran bastante básicos. Hampson usó fábricas que no estaban en funcionamiento y depósitos en desuso. Con frecuencia se trataba de locales que estaban "obsoletos para el uso con el cual fueron concebidos".

Hampson es cortésmente reticente a la hora de responder a la pregunta de cuánto dinero hizo con la introducción de la industria del almacenamiento de autoservicio en Reino Unido. Sin embargo, estima que se trata de millones de dólares.

Siguiendo la estela

Decenas de empresarios siguieron sus huellas. Andrew Jacobs, fundador del imperioLok'nStore, indica que cuando vio por primera vez el potencia del almacenamiento "sintió como si hubiese entrado a la cocina y hubiese visto sobre la mesa un maletín con billetes de 20 libras que nadie más se había tomado la molestia de agarrar".

No fue hasta finales de los años 90 que la corriente de negocios mundial se vio envuelta en el sector del almacenamiento.

Los fundadores de Big Yellow, Nicholas Vetch, Philip Burks y James Gibson ya habían hecho una fortuna en la industria de las propiedades comerciales.

Ese antecedente significó que fueron una de las primeras compañías en recibir el importante apoyo de la City -como se conoce el centro financiero de Londres- para incursionar en el sector.

En la actualidad, Big Yellow cotiza en la bolsa y está valorada en cerca de US$1.200 millones. Una idea que en su momento fue considerada como excéntrica ha salido de las sombras.

Los propietarios de las principales compañías generalmente coinciden en que se ha vuelto cada vez más difícil y más costoso conseguir los edificios y los espacios necesarios y lo que llegó a tener una tasa rápida de expansión ha comenzado a desacelerar.

Pero hay una lección clara de la historia del almacenamiento: si quiere ser millonario, es mejor que vea más allá de lo que luce sexy.

BBC Mundo