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¿Es una buena opción elegir un milenial para la junta directiva?

La disrupción llega también a los directorios de las empresas colombianas. ¿La razón? tener diferentes visiones sobre el negocio y el hecho de vivir en una economía cada vez más digital, lleva a que los accionistas de las compañías incluyan en sus nóminas de junta nuevos perfiles que se adapten a consumidores más diversos.

13 de agosto de 2018

Es la reunión periódica de la junta directiva. En la sala, ejecutivos de toda índole: impecablemente ataviados con corbata, sin corbata, algunos tacones, un miembro asiático, otro afro y quizá alguno, con blazer y tenis. ¿Edades? entre 30 y 65 años.

¿Será alguna extraña película con personajes de todo tipo del cineasta Tim Burton? no. Es una tendencia creciente en el mundo empresarial: cómo las juntas directivas cada vez más dejan de ser ‘clubes sociales‘ en donde se reúnen ejecutivos ‘muy importantes‘ a pontificar sobre el futuro del negocio y se convierten en verdaderos escenarios de conocimiento y norte estratégico de las compañías.

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Un ejemplo vivo de la nueva manera de conformar juntas directivas se ha evidenciado en empresas como Nutresa. Resulta que hace varios años, ante el retiro de José Alberto Vélez de la Junta, lo sucedió una joven promesa a la que muchos califican como una ejecutiva brillante. Se trata de María Clara Aristizábal, de 35 años, quien hoy se da el lujo de pertenecer a directorios como la Empresa de Energía del Pacífico (Epsa) y Pactia.

"Hoy es más común encontrar personas muy jóvenes en las empresas familiares que se están preparando para conocer mejor el negocio. En general, existe una mayor conciencia de ofrecer una mayor diversidad en las juntas. Existen nuevos canales para atender las solicitudes de las compañías y tener un pool de candidatos que no son los miembros de toda la vida o porque ya están llegando a la edad de retiro. Se busca diversidad teniendo en cuenta los nuevos conocimientos en el área digital, así como entendimiento del consumidor", comenta Eulalia Sanín, socia de A.T Kearney, especializada en consultoría gerencial.

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Lexco, es una empresa de tecnología que se especializa en gestión documental, que también representa a la marca Canon en Colombia. Su facturación anual alcanza los $13.000 millones. Sus accionistas son los herederos del fallecido fundador de Legis, Tito Livio Caldas. Si bien sus miembros de junta son ejecutivos de gran trayectoria que superan los 45 años, hace dos años invitó a su directorio a uno de los nietos de Caldas, Pedro Tobar, de 32 años.

"Estar en una junta me reta porque estoy al lado de personas que saben demasiado y me motiva verlos actuar", afirma Tobar, quien llegó al directorio para apoyar con sus conocimientos en tecnología: entender la recolección de datos del usuario y otros asuntos como conocer los modelos de negocio de las startups para imprimir la necesidad de transformación. Jamás usa traje, a pesar de que los demás miembros van regularmente vestidos de corbata.

¿Vale la pena tener un miembro joven en un directorio?

La respuesta de Andrés Bernal, socio de Governance Consultants es un contundente sí. "La reconfiguración de juntas directivas es un fenómeno reciente. Aunque hoy la mayor parte de la fuerza laboral del mundo son milenials, los directorios están dominados por personas por encima de los 55 años", afirma.

Y es cierto: mientras en Estados Unidos el promedio de edad de los miembros de directorio de empresas emisoras del S&P 500 es de 63 años, en las de Silicon Valley, considerada la meca de la innovación y de las empresas más valiosas del mundo, es de 59 años, lo que resulta paradójico. "Hay milenials fundadores de startups y de compañías que crecieron en tiempo récord, quienes reconocen el valor de la experiencia y el conocimiento de profesionales con amplia trayectoria y que buscan mentores que los orienten", según una fuente consultada.

Por otra parte, Ricardo Obregón, presidente de la Junta Directiva de Productos Ramo, comenta que "las juntas deben tener una visión integral de los negocios, un milenial puede ser experto en algún punto en particular pero no son generalistas que se forman con la experiencia vivida de muchos años. Sin embargo, deben ser fuente de inspiración de la administración, quien deberá invitar a estas personas a sesiones de junta, a que recomienden y sugieran acciones concretas en temas puntuales de los que sean expertos".

¿Hay diversidad en las juntas colombianas?

A pesar de los avances, los directorios en Colombia tienen mucho camino por recorrer. Para empezar, no solo las firmas listadas en bolsa deben preocuparse por contar con altos estándares de gobierno corporativo, entre los que se cuenta la conformación de juntas directivas idóneas y con miembros independientes, sino también las firmas no listadas, entre ellas las pymes.

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Además, hace falta una mayor incoporación femenina en las juntas, que aún hoy siguen siendo de predominio masculino. Así lo indica Mónica Aparicio, exdirectora del Fondo de Garantías de Instituciones Financieras (Fogafin), quien ha sido miembro de juntas directivas como Avianca (hace dos años), Corpbanca e Intertug, quien dice que la participación femenina en bufetes no alcanza ni el 10%.

A la discusión, se le agregan nuevos elementos considerando que la junta es el máximo órgano de gobierno que dirige la organización, asegura el control y la supervisión de la dirección general y también debe ser guía sobre para dónde va la empresa, cómo hacerla sostenible en el largo plazo, así como escoger y retirar al CEO. Por ello, es un error dejar en manos de la administración la dirección y que los accionistas y miembros de junta sean sujetos pasivos o convidados de piedra en las decisiones.

Y en esa forma de gobernar hacen falta nuevas voces, como las de los jóvenes. "Los millennials traen diversidad. Conozco algunos que asisten a las juntas como suplentes de sus padres o como asistentes solo para oir y aprender del negocio de la familia", comenta Fabiola Sojet, expresidente de GE Colombia y hoy miembro activo en diferentes juntas.

Así que prepárense. Una nueva era en los directorios se abre paso en un mundo que estará dominado por la inteligencia artificial, la tecnología big data y en general, la economía digital. Los tenis llegan pisando fuerte.