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Cinco cosas que las empresas pueden aprender de la naturaleza

La década de la volatilidad, de la creación destructiva y la transformación. Así se ha llamado a la década en la que estamos viviendo, dijo a BBC Mundo, Denise DeLuca, experta en biomimética o biomimesis, la búsqueda de soluciones inspiradas en la naturaleza.

20 de octubre de 2012

DeLuca integra la red de profesionales llamada Biomimética para Innovaciones Creativas, o BCI por sus siglas en inglés, impulsó el blog sobre biomimética y empresas en el sitio del Jardín Botánico de Londres y enseña cursos de liderazgo en los que una parte esencial es aprender a observar la naturaleza.

La analista basada en Seattle, Estados Unidos, asegura que "enfrentamos simultáneamente limitaciones en recursos como agua y petróleo, tecnologías transformadoras, cambio climático, inestabilidad económica y conmociones políticas".

Para la transición a una era de sostenibilidad "no podemos enfrentar estos cambios con modificaciones incrementales según enfoques tradicionales".

DeLuca compartió con BBC Mundo cinco ejemplos de qué pueden aprender las organizaciones y empresas de la naturaleza.

Las organizaciones jerárquicas o top-down tradicionales funcionan bien cuando deben tomarse acciones urgentes y decisivas, ante situaciones cambiantes en las que no todos tienen acceso a la información pero deben responder como un grupo coordinado. Los tres ejemplos clásicos son los militares, los servicios de emergencia y los equipos deportivos.

Este enfoque jerárquico fuincionó cuando las tecnologías de comunicación eran limitadas y los cambios eran más lentos y predecibles. Pero las organizaciones top down controlan el flujo de información y los recursos de forma que inhiben la polinización cruzada y paralizan las ideas nuevas. Son incapaces de optmizar la diversidad, riqueza y carácter único de los individuos.

La alternativa es una empresa que funciona más como un ecosistema.

En una cadena productiva por ejemplo, materia prima, manufactura, transporte, venta, el enfoque tradicional es que el consumidor sólo interactúa con el último eslabón. Pero si pensamos en sistemas, esa cadena se vuelve una red dinámica, en la que todos los participantes se comunican e intercambian ideas en forma libre. Estamos comenzando a ver esto en el llamado "open sourcing", en el que las compañías piden directamente a los consumidores soluciones e ideas.

¿Cómo podemos aprender a pensar en sistemas? Si observamos cómo funcionan los ecosistemas en la naturaleza podemos aplicar lo que aprendemos para crear organizaciones sostenibles, dinámicas, adaptables y con capacidad de respuesta.

Los árboles, por ejemplo, se benefician de compartir recursos, como el mycelium. Si un árbol sufre alguna carencia, el micelium puede tomar recursos de un individuo sano y llevarlos al enfermo, mejorando la saludo de todo el bosque.

En la naturaleza vemos además casos de "heterarquías", como las formaciones en V en el vuelo de los gansos, en las que siempre hay un líder, pero ningún individuo puede cumplir ese rol efectivamente todo el tiempo. El individuo apropiado lidera de acuerdo a las circunstancias.