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Colombia es una de las 30 naciones con más vacaciones pagas en el mundo | Foto: Archivo Semana

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¡Qué vivan las vacaciones!

De la mano de diciembre viene la perspectiva de tomar vacaciones. ¿Tenemos derecho a muchos o pocos días? ¿Son malas para la productividad? y, ¿qué tan buenas son?

12 de diciembre de 2015

Bueno, ¡llegó Diciembre con su alegría! Y de la mano de esa alegría viene la perspectiva de tomarse unas merecidas vacaciones después de un largo año de trabajo.

Para algunos, los días de vacaciones a los que tienen derecho son relativamente pocos. Para otros, son muchos. Ese exceso se refleja en menor productividad laboral.

Pero, ¿cómo se comparan los beneficios de los empleados colombianos con los de otros países?

En Colombia, al igual que en Bolivia, Chile, Guatemala y Uruguay, los trabajadores pueden disfrutar de 15 días de vacaciones pagas al año (excluyendo feriados).

Hay naciones mucho más generosas como Kuwait, Omán y Libia, al igual que el pueblo hermano de Panamá en donde los trabajadores tienen derecho a disfrutar de 30 días al año. La Unión Europea ha establecido un mínimo de 20 días y hay varios estados miembros (Austria, Francia, Finlandia y Noruega) donde el promedio ronda los 25.

Sin embargo, los mexicanos se deben conformar con 6 días de vacaciones al año (puede aumentar 2 días al año hasta llegar a un máximo de 12). Y si por México llueve, por las dos economías más grandes del mundo no escampa. En Estados Unidos no hay un mínimo legal de vacaciones pero las empresas privadas ofrecen en promedio 6 días al año a aquellos que les han colaborado por un período de entre 1 y 10 años. En China a este tipo de empleados se les da un día menos (es decir, pueden disfrutar de 5 días hábiles de vacaciones al año).

Comparativamente los empleados colombianos tienen entonces buena suerte, especialmente si se incluyen los festivos en la cuenta. Estos ponen al país como una de las 30 naciones con más vacaciones pagas en el mundo (datos 2014).

Pero tener más vacaciones implica trabajar menos horas y, por lo tanto, ser menos productivos. ¿Correcto? Pues no necesariamente.

Dentro de la Ocde, Grecia es el cuarto país donde más se trabaja con 2.000 horas laboradas en promedio durante el 2014. En el otro extremo está Alemania con cerca de 1.400 horas trabajadas al año y consistentemente ocupa el último puesto en el ranking de la Ocde. Uno podría pensar entonces que los teutones son tremendos vagos. Gran error: los alemanes son 70% más productivos que los griegos.

Y, viniéndonos un poco más cerca, Chile y México nos ofrecen una comparación bien interesante. Los mexicanos trabajan en promedio cerca de 2.200 horas al año, lo que los coloca como la nación de la Ocde en donde más se trabaja. Si bien en Chile se trabajan cerca de 30 días menos al año (1.990 horas, para ser más precisos), su productividad es alrededor de 40% más alta que la de sus contrapartes aztecas.  

Tomarnos unas merecidas vacaciones nos sirve para recargar nuestras baterías y revitalizarnos. Pasar tiempo con nuestras familias en ambientes diferentes, nos permite comunicarnos de maneras distintas y fortalecer nuestros lazos. Apartarnos un poco de nuestros trabajos puede además estimular nuestra creatividad, incrementar nuestra capacidad para estar enfocados y nuestra motivación y, por lo tanto, nuestra productividad laboral. 

Y bueno, si bien hay investigaciones que sugieren que el efecto revitalizador de las vacaciones tiene una duración corta (en promedio, alrededor de 3 semanas después desaparece la magia), también hay evidencia que indica que no tomar vacaciones aumenta el riesgo de tener enfermedades cardiovasculares.  Como quien dice, tomar vacaciones actúa como un cuasi seguro de vida.

Entonces, a todos los que puedan, ¡les deseo un delicioso y revitalizante descanso de Fin de año! Y a los que aún no puedan tomarse unos días, les compartiré mi último escrito de este fantástico 2014 el 26 de diciembre, un par de días después de la tan anhelada entrega de regalos, el respectivo bailoteo, el festín de buñuelos, y las toneladas de cariño que todos nos merecemos. Y, YALA!

Beatriz Yemail