Para Wheels, exportar servicios es un acto de supervivencia

En el 2014 la historia económica del mundo era otra. Los precios del petróleo apenas empezaban a desacelerar las dinámicas de cada país y Colombia logró un crecimiento de 4,6%.

Uno de los resultados de la bonanza anterior a ese choque fue el nacimiento de incontables emprendimientos en el país que eran incentivados por concursos públicos y privados que prometían su financiación, asesorías, alianzas e incluso modelos de implementación, varios de ellos con la única condición de ofrecer una solución sostenible a problemas tan comunes como el de la movilidad en las capitales del país.

En esa línea nació Wheels, un emprendimiento de movilidad sostenible que crearon Wilber Jiménez y Jose David Monterroza López, con la idea de ofrecer alternativas de transporte dentro de la ciudad que fueran más rápidas y amables tanto con los usuarios como con el medio ambiente.

“Tal vez el reto más grande que tenemos es que no digitalizamos una actividad que ya existía en el paso, como lo hicieron Uber o Tappsi que digitalizaron la solicitud de un servicio de taxi, nosotros lo que hacemos es ofrecer soluciones de movilidad sostenible, propiciar que las personas se pongan de acuerdo para interactuar y movilizarse lo que implica una actividad que no existía”, explica Jiménez.

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La aplicación inició con grupos de Whatsapp, Facebook y otros métodos digitales de interacción entre los usuarios mientras que Jiménez y sus compañeros lograban diseñar y perfeccionar una plataforma digital que simplificara la interacción entre quienes querían compartir un vehículo particular, un taxi o crear caravanas de bicicletas con un destino común.

Pronto el modelo se tomó varias universidades de la capital colombiana, que la siguen utilizando, así como empresas y se trasladó a otras ciudades como Medellín.

Pero en el 2015 Colombia ya sentía con mayor intensidad los efectos de la caída de los precios del petróleo y con una desaceleración que siguió hasta el 2017, los recortes presupuestales no se hicieron esperar y, como es natural, los recursos empezaron a desaparecer en los campos que para las empresas son menos urgentes.

Desafortunadamente, en Colombia todavía son pocas las entidades y empresas que tienen entre su lista de asuntos urgentes la sostenibilidad. Así que Wheels vio cómo se le reducía la financiación en Colombia y sus creadores tenían que tomar una decisión: esperar en el país hasta que los recursos se terminaran en medio de las mejoras que debían hacerle a su novedoso modelo o ampliar sus fronteras.

Finalmente se decidieron por la segunda y por medio de un concurso abierto a emprendimientos sostenibles, llegaron a México.

Wilber Jiménez / Foto: Daniel Reina, Dinero

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En ese país empezaron por implementar el modelo en algunas empresas y en el 2017 llegaron al municipio de San Pedro Garza García, que se convirtió en el primer paso a la implementación del modelo en las administraciones públicas para pensar en soluciones de movilidad sostenible a gran escala.

Tal como ocurre en el sector privado, Wheels apoya la implementación del sistema entre los funcionarios de la entidad que les contrató y a cambio le entrega datos como la cantidad de dióxido de carbono que sus empleados están ahorrando al compartir el transporte, quienes son los más comprometidos con la movilidad sostenible y quienes podrían hacer un mayor esfuerzo.

Así, explica Jiménez, las empresas pueden aplicar las normas de compensación de huella ambiental según los estándares internacionales y las entidades públicas generan una competencia sana entre sus funcionarios y frente a otras entidades, lo que además ayuda a que sea el sector público el que le dé el ejemplo a los privados sobre la necesidad de mejorar tanto el impacto ambiental como la movilidad especialmente en zonas o ciudades de alta congestión vehicular.

Wheels ya está también en Ecuador y Perú, pero además se prepara desde el 2017 para entrar en Abu Dabi. El reto es grande pues será la primera vez que la aplicación salga de América y se enfrente a una cultura totalmente diferente.

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Jiménez explica que llegaron allí mediante un grupo de estudiantes en Nueva York, Estados Unidos, a quienes apoyaron en la creación e implementación de un modelo similar al suyo como parte de su proyecto de grado. Ahora, el grupo espera para ejecutar el contrato que ganaron, nuevamente, gracias a un concurso de emprendimiento en ese país.

En un país en el que la mayoría de los emprendimientos fracasan en los primeros cinco años, Jiménez destaca que los retos para los nuevos modelos de negocio son “encontrar un mercado en el que realmente sea sostenible tu proyecto, porque uno o dos buenos clientes se pueden conseguir pero la cantidad suficiente de clientes para que el proyecto pueda andar por sí solo, es retador”.

Además, el acceso al financiamiento es más difícil en América Latina, que en otras regiones. El creador de Wheels agrega que “hay otro factor que será un reto para el próximo gobierno y es la carga tributaria porque cuando tienes un servicio que puede brindarse desde cualquier lugar del mundo pues se provee digitalmente, el inversionista tiene la preocupación de ubicarse en un lugar en el que de entrada tenga que pagar más impuestos que en cualquier otra parte, si el proyecto al final no tiene una ubicación geográfica necesaria”.

Por el otro lado está el acceso de la población a esos mismos servicios. Jiménez explica que uno de los grandes retos del país es que “dado que ya sabemos que hay unos sectores que son cruciales para nosotros como la movilidad o el ambiente y dado que hay plataformas que dan soluciones a esas problemáticas, a lo mejor el país está en mora de pensar en iniciativas que faciliten ese tipo de usos”.

Este emprendedor destaca que un informe del mismo Departamento Nacional de Planeación concluye que “lo mejor que le puede ocurrir al país en determinadas zonas es que determinados tipos de servicio, que le hacen mucho bien a la sociedad, a lo mejor puedan tener un consumo de datos libre de los planes de servicio dado que le están haciendo un bien a la población”.

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