Foto: Directora de mercadeo de Bendita Aurora, Luisa Restrepo y el gerente general de Siecha, David Eduardo Rincón. Crédito: Universidad EAN. | Foto: 123RF

EMPRENDIMIENTO

Dos jóvenes colombianos demuestran que el emprendimiento social sí paga

Con menos de 30 años, dos emprendedores colombianos no solo la están ‘rompiendo’ en su sector sino que también están demostrando que desarrollar proyectos de emprendimiento social sí paga.

7 de noviembre de 2016

Con el objetivo de beneficiar a mujeres víctimas del conflicto y la violencia intrafamiliar, un dúo de emprendedoras decidió poner en marcha una línea de biocosméticos para vincularlas laboralmente.

Se trata de ‘Bendita Aurora’, un negocio de base social que desde 2015 comercializa cremas, exfoliantes y desodorantes elaborados con ingredientes naturales en ciudades como Bogotá, Medellín y Cartagena.

Gracias a la buena acogida que han tenido sus productos a nivel local, el emprendimiento ha logrado llevar los cosméticos a mercados como el de Estados Unidos, México, España e Italia a través de distribuidores.

Así lo explicó en una entrevista concedida a Dinero la directora de mercadeo de Bendita Aurora, Luisa Restrepo, quien además destaca que su compañía contribuye a la sociedad desde el ámbito social y también ecológico.

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Por un lado, donan parte de sus ingresos a las organizaciones que apoyan a las mujeres con cáncer de seno, y por el otro, utilizan empaques reciclables para no generar contaminación ambiental.

En las huertas, situadas en las poblaciones de Tabio y Fusagasugá (Cundinamarca), además trabajan mujeres cabeza de familia que, en su mayoría, han sido víctimas de violencia.

Luisa Restrepo, una profesional en negocios internacionales de 25 años, explica que los clientes de Bendita Aurora obtienen un valor agregado, ya que cada uno de los productos “cuenta una historia”.

Y es que además de que los cosméticos son elaborados por expertas a partir de ingredientes naturales que no afectan la salud, también hay varios ‘secretos de la abuela’ detrás de la receta, según lo explicó.

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Sin embargo, antes de alcanzar el reconocimiento el equipo de emprendedores liderado por Luisa Restrepo y Luisa Cavanzo, tuvo que superar varios desafíos en materia de regulación.

Comprobar que los ingredientes funcionaran, cumplir con los registros sanitarios y sobre todo con los volúmenes de producción, fueron algunos de los retos que superaron para llegar a facturar entre $100 y $150 millones mensuales.

Otra de las empresas jóvenes que le ha apostado por el mejoramiento de las condiciones sociales de las comunidades es Siecha Sostenible, la cual se dedica a la producción artesanal  de leche de cabra.

Los productos, que se comercializan en la capital del país y otras ciudades como Bucaramanga o Barranquilla, se distribuyen en las principales tiendas orgánicas y restaurantes.

“Siecha Sostenible nace como un proyecto agroindustrial. Creemos en el campo colombiano, por ello hemos vinculado campesinos de la región de Guasca (Cundinamarca), que es donde está ubicado el proyecto”, explicó el gerente general de la compañía, David Eduardo Rincón.

El ingeniero industrial de 28 años, manifestó que la empresa de lácteos ha tratado de conjugar los desarrollos actuales de la agroindustria con los conocimientos tradicionales de los campesinos.

La combinación de estos factores da como resultado una ‘nueva filosofía’ con respecto a la producción de alimentos libres de químicos en el departamento, según lo destacó el directivo.

La idea de la compañía no es compararse con los grandes productores, pues comprenden que sus productos son apreciados por un segmento particular de personas que quieren mantener una alimentación saludable.

De hecho, Rincón explica que uno de sus productos estrella es un yogur que ‘activa’ el sistema inmunológico de las personas, cuyo sabor es considerado un éxito por los consumidores y con el cual la compañía prevé conquistar el mercado internacional.

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