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NEGOCIOS

El furor por el mercado del cannabis medicinal en el país

Decenas de emprendimientos exploran oportunidades para crecer en este sector.

6 de mayo de 2018

Desde que en el territorio colombiano se definieron las reglas que permiten el acceso al uso médico y científico del cannabis, un furor por explorar este campo se ha desarrollado en el país. El marco legal quedó establecido con la ley 1787 de 2016 y el decreto 613 de 2017.

De acuerdo con la Subdirección de Control y Fiscalización de Sustancias Químicas y Estupefacientes del Ministerio de Justicia, la reglamentación se está implementado y ya se han dado las primeras licencias en el país, así como las primeras siembras y consecuentes cosechas y se han otorgado los primeros cupos en los casos en que procede. “Esta primera fase de implementación se ha desarrollado de manera ágil y eficiente”, explicó la entidad.

Tanta es la expectativa, que en junio de este año se formalizará la creación de la Red de Emprendedores Cannábicos de Colombia, que tiene más de una decena de integrantes.

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Carol Ortega, fundadora y CEO de Muisca Capital Group, una firma latina de manejo de inversión dentro de la emergente industria legal del cannabis en Estados Unidos, fundadora de CannaCiencia y de la Red de Emprendedores Cannábicos de Colombia, le contó a Dinero que Colombia tiene una gran oportunidad de desarrollar emprendimientos auxiliares dentro de la emergente industria y que estas actividades en industrias como la estadounidense han demostrado ser bastantes lucrativas.

De acuerdo con Ortega, la mayoría de emprendedores a nivel nacional se han enfocado en iniciativas o actividades primarias en la industria, a saber, cultivo y extracción o refinería de aceites, pocos han vislumbrado las oportunidades en términos de bancos de semillas, farmacéuticas, laboratorios de testeo analítico, arquitectura y construcción cannábica, biotecnología, textileras (fibras de cáñamo), fertilizantes, abonos, nutrientes, tecnologías de cultivo controladas - indoor, robótica, tecnologías de impresión 3D, entre otras.

Pero ella explica que hay una oportunidad de expansión mucho más amplia relacionada con actividades auxiliares relacionadas con la tecnología, así como otras administrativas, de comercialización y de promoción de salud, entre otras.

La fundadora de la Red de Emprendedores Cannábicos de Colombia cree que a partir de la legislación, el país tiene una oportunidad de impulsar la investigación científica en varios frentes. A eso suma la privilegiada posición del país para el cultivo al aire libre, que alcanza niveles de escalabilidad que poco se encuentran en otras zonas y los ”costos eficientes en mano de obra altamente calificada".

Pero no todo el camino está despejado para quienes quieran apostar por emprender con negocios en este sector.

“Una de las barreras más grandes es la ignorancia y miedo alrededor del cannabis. Colombia es un país particular. Por décadas esta planta fue objeto de guerra, dolor, estigma, prejuicio, miedo y desinformación. En nuestro país poco o nada se conoce acerca de uno de los descubrimientos científicos más grandes de la historia contemporánea: ‘El sistema endocannabinoide’. Solo 1 de cada 10 médicos en Colombia sabe acerca del sistema endocannabinoide y por ende de los múltiples beneficios del cannabis medicinal”, explica Ortega.

La empresaria considera que la falta de actualización de la academia y de las profesiones relacionadas con ciencias de la salud es una de las principales barreras a las que se enfrentan los emprendedores en la emergente industria.  

“El estigma, prejuicio e ignorancia se ve reflejado no solo en parte de la comunidad científica, también en la comunidad en general. A pesar de que las estadísticas a nivel mundial reportan lo contrario, se ha generado un estereotipo errado del consumidor de cannabis medicinal, se tiene la falsa percepción de que el consumidor de cannabis medicinal es un individuo no apto para la sociedad, que tiene graves problemas sociales, que es por lo general desempleado o un drogadicto”, agrega Carol Ortega.

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Ella cree que esta es una imagen difícil de borrar y que en ocasiones “perjudica al empresario legítimo” dentro de la emergente industria. De la misma manera plantea que esto es una desventaja cuando se compara el emprender en otras industrias.

Para Ortega a medida que la industria legal del cannabis medicinal gane más atención, es probable que la inversión en educación se incremente en Colombia. Para contribuir a ese sentido, se han creado espacios como CannaCiencia, el Simposio de las Américas en Ciencia Cannábica, cuyo objetivo, según explica, es luchar “en contra del estigma, la ignorancia y los miedos alrededor de este tema”.  

Otra barrera legal a la que se enfrentan estos emprendedores es que el cannabis medicinal no es legal a nivel federal en Estados Unidos, es decir, en todos los estados del país. Y a pesar de que la industria local sea legítima, de acuerdo con Ortega varios emprendedores e inversionistas se abstienen de ingresar al ecosistema empresarial porque con la regulación estadounidense, temen que sus negocios o inversiones en ese país se vean afectadas negativamente si ingresan a la emergente industria legal del cannabis medicinal en Colombia.

Los desafíos

En comparación con otras industrias, cuenta la empresaria Carol Ortega, en su sector tienen restricciones de la industria financiera, lo que hace que muchas de las transacciones se tengan que hacer en efectivo. “Esto representa sus propias formas de escrutinio debido a sus desafíos que van desde el manejo normal de la parte contable, el manejo del fraude por parte de empleados, los gastos de seguridad requeridos y el riesgo que corre el emprendedor y su equipo al manejar sus finanzas sobre una base de caja”.

Además añade que los préstamos y los servicios de las agencias crediticias tradicionales tampoco están actualmente disponibles para los empresarios legales del cannabis medicinal que desean expandir sus negocios.

De la misma manera señala que tampoco pueden acceder a fuentes públicas de acceso a capitales semilla y que los capitales de expansión de tipo serie A, B, C, entre otros, solo están disponibles de fuentes privadas usualmente extranjeras.

“Esperamos contar con el apoyo de las entidades de control y supervisión como lo es la Superintendecia Financiera, ya que la industria legal del cannabis necesita ser incluida y requerimos directrices claras que soporten nuestras actividades, actividades que solo le traerán a la economía nacional beneficios y crecimiento”, complementa Ortega.

Ella cree que el escenario ideal sería una comunidad académica, gubernamental, empresarial y en general la sociedad entera educada e informada acerca de cambios de paradigmas en varias ciencias y acerca de los descubrimientos científicos contemporáneos “que van en búsqueda de mejorar la calidad de vida de la humanidad y proteger a nuestro planeta”.

Así mismo considera importante que las profesiones relacionadas a las ciencias de la salud se actualicen con respecto a los últimos descubrimientos científicos en el mundo y que propendan por el bienestar integral de los pacientes.

“La humanidad necesita más investigadores enfocados en las propiedades y beneficios del cannabis medicinal, es obligación de la academia propiciar espacios en donde se ofrezca a estudiantes de posgrado oportunidades de desarrollo de proyectos de investigación innovadores y disruptivos que ayuden a mejorar la calidad de vida del ser humano y el cuidado sostenible de nuestro planeta”, plantea Ortega.

Las licencias

Quienes quieran acceder a la expedición de las licencias de cannabis medicinal en Colombia deben presentarse ante las entidades estatales, según el tipo de modalidad.

Ante el Ministerio de Salud deben solicitar la Licencia de fabricación de derivados de canabbis, en las modalidades: Uso Nacional, el producto no puede ser usado para fines científicos ni de exportación; Investigación científica (no se puede vender; solo se puede exportar en las condiciones determinadas) y Exportación, el producto se puede vender y exportar.

Ante el Ministerio de Justicia deben acudir para solicitar la licencia de uso de semilla para siembra, en las modalidades de: Comercialización o entrega y Fines científicos.

También la licencia de cultivo de plantas de cannabis psicoactivo, en las modalidades de: Producción de semillas para siembra, producción de grano, fabricación de derivados (Se debe contar previamente con la licencia de fabricación de derivados, o constancia de que se encuentra en trámite), fines científicos, almacenamiento y disposición final.

Por último, para la licencia de cultivos de planta de cannabis no psicoactivo, en las modalidades de: producción de grano y de semillas para siembra, fabricación de derivados, fines industriales, almacenamiento y disposición final.

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