| Foto: Standard & Poor's

CALIFICACIONES

S&P rebajó calificación de Colombia a "BBB-" y mejoró la perspectiva a estable

La calificadora de riesgo Standard & Poor’s rebajó la calificación crediticia del país a “BBB-” desde “BBB” y argumentó que el país tiene una limitada flexibilidad política debida su debilidad fiscal y externa.

11 de diciembre de 2017

La agencia Standard & Poor’s (S&P) indicó este lunes que “la combinación de un crecimiento más débil de lo esperado en 2017 y la dependencia parcial de ingresos extraordinarios para compensar el bajo desempeño de la reforma impositiva de 2016 demuestran la dificultad de reducir gradualmente el déficit general del Gobierno para cumplir con la regla fiscal de Colombia”.

Entre tanto, la calificadora de riesgo señaló que “la economía colombiana sigue sufriendo las repercusiones de los efectos de los menores precios de las materias primas, reflejados en el alto nivel de deuda externa y la pronunciada volatilidad en los términos de intercambio del país”.

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Adicionalmente, S&P mejoró el panorama a “estable” desde “negativo”, afirmando que la perspectiva refleja la expectativa de que las instituciones políticas contribuirán a la estabilidad económica del país después de las elecciones legislativas y presidenciales del próximo año.

De acuerdo con información de Reuters, los analistas del mercado habían alertado sobre el riesgo de una rebaja en la calificación soberana al país, que es la cuarta economía más grande de América Latina, en medio de una combinación de factores que van desde la debilidad de la economía hasta un aumento en la emisión de deuda, en medio de la perspectiva demasiado optimista del Gobierno sobre las finanzas.

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Cabe recordar que se trata de la primera calificadora que rebaja un escalón a la nota de Colombia. Actualmente, el país ostenta una calificación de BBB por parte de Fitch y de Baa2 por parte de Moody’s.

Hay que decir que, durante el 2017 el Gobierno se vio obligado a reducir en 2 ocasiones su meta original de crecimiento económico para este año de un 2,5% hasta el objetivo actual de 1,8%, en medio de una caída del consumo doméstico y los menores recursos producto de la actividad petrolera.

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