Brasil es el país más endeudado de Latinoamérica, seguido por México. Ambos con altas tasas de depreciación a lo largo del año la cual exacerba la deuda del país. | Foto: Bloomberg

Economía

¿Se avecina una crisis de deuda en Latinoamérica?

Más allá de la agitación que generó China al devaluar su moneda casi un 3% respecto al dólar estadounidense, los países emergentes sienten una fuerte depreciación de su moneda y esto les está pasando factura, literalmente.

2 de septiembre de 2015

Algunos países usan a propósito su tipo de cambio para estimular las exportaciones pues sus productos se vuelven más competitivos en términos de precio en el comercio internacional, pero también se enfrentan a vulnerabilidades por aumentos en la deuda en moneda extranjera. Especialmente, países emergentes como México, Turquía y Brasil.

Especialmente cuando no cuentan con los suficientes recursos para sostener esa política, como los mercados emergentes como la mayoría de países del sudeste asiático.

En los últimos años, de acuerdo con Bloomberg, estos mercados han acumulado más de US$2 billones en deuda.

La deuda en dólares parecía un buen negocio para las empresas y para los Gobiernos cuando el dólar americano estaba relativamente barato y la Reserva Federal (FED) mantenía las tasas de interés cercanas a cero.

Sin embargo, la historia ahora es diferente pues con el dólar fortaleciéndose desde el año pasado, con la devaluación sorpresiva del yuan en China, y con la Reserva Federal (FED) alistándose a subir las tasas de interés, la deuda se está volviendo una gran carga por pagar. 


Fuente: Bloomberg


Por esta razón, los países que han sufrido mayores depreciaciones tienden a ser los más afectados, pues la deuda representa un porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) aún mayor solo por el efecto del tipo de cambio.

La deuda en estos países se ha incrementado más del 20%, en la mayoría de países emergentes especialmente, en Latinoamérica. Aunque los niveles de deuda aún no son tan alarmantes como en el caso de Grecia, Puerto Rico en donde superan el 100% de su PIB, que los niveles de deuda aumenten sin fuentes de financiación estable puede no ser bien visto por los inversionistas y las calificadoras de riesgo.


Situación preocupante para Latinoamérica

De los 15 países que tienen la mayor cantidad de deuda en bonos en dólares como porcentaje de PIB, 10 son Latinoamericanos empezando por Chile, Argentina, Perú, México y Colombia. Sin embargo, Brasil es el país más endeudado tanto de deuda privada como deuda pública en la región, seguido por México.

Por esta razón, la economía de Brasil será probada severamente en tanto que aumente el precio del dólar, pues el 2,49% de la deuda mundial la tiene el país carioca de acuerdo a cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI), seguido por México con el 0,98%.

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Brasil, quien representa el 56% del Producto Interno Bruto (PIB) total de Latinoamérica, ha sufrido una depreciación del 35% en lo corrido del año, y en esta misma magnitud ha aumentado la deuda adquirida en dólares.

Ann Pettifor, de Prime Economics, quien previó la crisis del crédito en su libro publicado en 2003 “The coming First World Debt Crisis”, aseguró que “vamos a tener otra crisis financiera.  Brasil ya tiene un gran problema con la fortaleza del dólar”.

Por otro lado, el peso mexicano ha perdido casi una cuarta parte de su valor en el último año, incrementando la deuda en dólares y algunas de las corporaciones más grandes de ese país han adquirido la última porción de deuda antes de que la Reserva Federal (FED) aumente las tasas de interés.

De acuerdo con Business Insider, los problemas económicos actuales que enfrenta México y gran parte de América Latina, en particular Brasil, además de otras variables, es el resultado directo de un fuerte aumento de la deuda corporativa denominada en dólares.

Pero las dificultades no solo surgen porque la deuda contraída en dólares se haya acrecentado con la depreciación, sino que las utilidades de las compañías se reciben en moneda local y esto hace que la deuda sea cada vez más difícil de mantener. Por lo que esto representa “una receta para una crisis de la deuda”.