¿Qué alternativas hay para una reforma tributaria estructural?

La carga impositiva sobre las empresas es muy elevada, lo que termina motivando exenciones que terminan estableciendo una estructura que distorsiona la asignación de recursos y es regresiva dijo en enero de este año la OCDE. Una reforma tributaria estructural debe tratar de corregir todos esos aspectos y es lo que estudia la Comisión de Estudio del Sistema Tributario Colombiano.

Ante las pocas alternativas el debate está en si gravar o no a los dividendos.

Estatuto Tributario (ET) establece que los dividendos no constituyen renta ni ganancia ocasional. Para quienes se oponen a que si constituyan renta y ganancia ocasional señalan que las utilidades de la sociedad ya han sido gravadas con el impuesto a la renta, se caería en doble tributación si se gravaran sus dividendos nuevamente.

Sin embargo, el año pasado Salomón Kalmanovitz en su columna en el diario El Espectador señaló que el impuesto a los dividendos permite “cobrar impuestos proporcionales a la riqueza de los individuos y de que la desigualdad se reduzca, algo que no sucede en Colombia, uno de los países con mayor desigualdad en el mundo”. Las empresas al no pagar impuestos sobre los divídenos tienden a repartir más dividendos y a reinvertir menos sus utilidades--dijo. Por el contrario, impuestos como el del patrimonio o a la riqueza, influyen negativamente para que ciertas inversiones simplemente no se hagan. A juicio suyo, es técnicamente superior un impuesto al flujo de ingresos que al patrimonio, pues éste puede no estar generando la caja requerida para enfrentarlo.

El año pasado el entonces Director de la DIAN, Juan Ricardo Ortega, también defendía la necesidad de cobrarle impuestos a los dividendos y argumentaba que cobrarlos no significaba doble tributación.

En opinión de otros expertos, las exenciones tributarias para el pago del impuesto de renta se pueden corregir con el impuesto a los dividendos, lo que  disminuiría las críticas código tributario en materia distributiva. Marcela Eslava y Marcela Meléndez en La Silla Vacía reseñaron el año pasado la inconveniencia de gravar progresivamente a las empresas. Por lo mismo dicen es una excelente razón para luego gravar de forma muy progresiva los dividendos que se reparten a los accionistas.

En noviembre del año pasado, el proyecto de reforma tributaria presentado al Congreso dejó por fuera la iniciativa que entonces lideró el Senador Antonio Navarro Wolf de gravar los dividendos. El senador argumentaba que en caso de gravarse los dividendos, el impuesto a la riqueza podría reducirse a la mitad. A su vez, decía que el impuesto a la riqueza desestimulaba las inversiones productivas en el país.

Mientras en Colombia no se acogió la propuesta de Navarro, en Perú el Congreso aprobaba una medida por la cual mantenía el impuesto a los dividendos y determinaba que si eran girados al exterior del país, dicha tarifa aumentaba al 9,3%.

Este año, tras el documento de la OCDE,  Fedesarrollo a través de su Director, Leonardo Villar, propuso como elementos fundamentales para adelantar una reforma tributaria estructural elevar el impuesto a las ventas, IVA, así como establecer un gravamen a los dividendos y las pensiones.

¿Por qué ha sido difícil acoger las recomendaciones de expertos y entidades?
 
Una razón es que puede desincentivar el desarrollo del mercado de acciones. Razón por la que la Bolsa de Valores de Colombia y Asobolsa el año pasado estuvieron en desacuerdo con la propuesta de Navarro. A su vez, el año pasado la preocupación era como pronto mejorar el recaudo de 2015 y tener medidas para afrontar parcialmente la caída en los precios del petróleo. La premura del tiempo era excluyente con una discusión a fondo de la reforma estructural que a juicio de toda Colombia se necesita. Falta ver cómo se hace.