Los precios pueden seguir trepando ante las bajas reservas de cereales y el mal tiempo en el mundo, como el clima seco en Argentina o las inundaciones en Australia, según la ONU.

Inflación

Precios mundiales de alimentos avivan inflación

Los crecientes precios de los alimentos han avivado la inflación en Latinoamérica y podrían llevar a los bancos centrales a una encrucijada: subir tasas de interés y enfriar la economía o proteger a sus exportadores.

7 de enero de 2011

Aunque los analistas en Colombia creen que el efecto del aumento en los precios de los alimentos responde a la fuerte ola invernal que vivió el país en el último mes del año y que el efecto sobre el Índice de Precios al Consumidor será temporal, en el mundo y en las economías más importantes de la región las condiciones están dadas para que continúen las presiones sobre este componente tan importante de la canasta familiar.

 

Por ejemplo, en Brasil los alimentos subieron un 9% hasta noviembre y superaron el 5,6% de inflación general.

El ritmo anual de inflación de los alimentos se triplicó en México en noviembre comparado con dos meses antes y en el 2010 los precios de la comida treparon 37% en Argentina, de acuerdo con estimaciones de la consultora EcoLatina.

Naciones Unidas dijo esta semana que los precios globales de los alimentos se dispararon en diciembre a su mayor nivel en dos décadas, superando los registrados en el 2008 durante una crisis alimentaria mundial.

Los precios pueden seguir trepando ante las bajas reservas de cereales y el mal tiempo en el mundo, como el clima seco en Argentina o las inundaciones en Australia, según la ONU.

Si este repunte se prolonga y compromete las metas inflacionarias, las autoridades monetarias de la región tendrán que evaluar un alza de las tasas de interés, una medida que fortalece las monedas pero complica a los exportadores.

"La decisión es entre mantener vivo su modelo exportador o frenar la inflación", dijo Enrique Alvarez, economista jefe de Mercados Emergentes para IDEAglobal en Nueva York.

Hasta ahora, muchos países de la región intentan mantener a raya sus costos productivos y proteger la competitividad de sus exportaciones de materias primas moderando la fortaleza de sus monedas, con medidas que van desde intervenciones cambiarias hasta los encajes bancarios anunciados el jueves en Brasil.

Pero si el alza de los alimentos llegó para quedarse, las autoridades monetarias tendrán que replantear su estrategia.

"Creo que va a tomar un tiempo hasta que se tome la decisión, hay que ver qué tan permanentes o no son estos aumentos en los precios", dijo Marcelo Giugale, funcionario del Banco Mundial (BM) para Latinoamérica.

CON EL OJO EN LOS PRECIOS

América Latina ha sido inundada por dólares en los últimos años por los precios récord de las materias primas que exporta y por los flujos de los inversores, que han puesto miles de millones en la región atraídos por el crecimiento económico y tasas de interés mucho mayores a las del mundo desarrollado.

"Aumentar ahora tasas de interés para amortiguar el golpe inflacionario de la subida de precios de los alimentos (...), claramente lo haría aún más conspicuo, los capitales entrarían más fuerte", dijo Giugale, director de Política Económica y Programas de Reducción de Pobreza del BM para la región.

"Sí hay un dilema a solucionar en esta coyuntura", agregó.

El alza en precios de alimentos preocupa a las autoridades por el impacto adicional que puede acarrear en los precios, mientras el consumo se acelera en gran parte de la región por el mayor poder adquisitivo que trajeron las monedas fuertes.

Ya los bancos centrales de Brasil y México, las dos mayores economías regionales, advirtieron que vigilan de cerca los precios de las materias primas.

Venezuela, importador de varios productos alimenticios, parece más vulnerable al impacto de los precios de la comida, después de haber devaluado su moneda la semana pasada al eliminar tasas preferenciales de cambio y mientras su tasa de inflación trepa al 27 por ciento.

La cosa es menos apremiante en México, donde la lenta recuperación económica tras la crisis global puede posponer los aumentos en la tasa de interés hasta el próximo año.

Pero en Brasil la autoridad monetaria dijo que los precios son un "riesgo relevante" para la inflación y serían una de las razones para los esperados aumentos en las tasas este año.

"Claramente hemos visto que el mayor villano para la inflación han sido los precios de los alimentos", dijo Luciano Rostagno, estratega jefe de CM Capital Markets en Sao Paulo.

La comida representa la cuarta parte del índice de precios de consumidor de Brasil, la quinta parte en el mexicano y pesa un rotundo 60% en el argentino.

Los pobres -que han disminuido en los últimos años pero todavía son un tercio de la población de la región- suelen ser los más afectados porque destinan una mayor parte de su presupuesto a los alimentos, aseguran los especialistas.

Sin embargo, muchos países de la región tienen sistemas muy aceitados para dirigir recursos hacia los sectores sociales más desfavorecidos en caso de golpes transitorios en los precios.

NO ESPERAN MALESTAR SOCIAL

El alza en el maíz llevó a la comerciante mexicana María Hernández a subir los precios de las tortillas de maíz un 6% en su puesto en la capital. A nivel nacional, los precios de las tortillas -infaltables en los hogares de México- subieron un 1 por ciento en la primera mitad de diciembre.

"Los clientes se han estado quejando", dijo Hernández.

En el 2007, decenas de miles de personas marcharon por las calles de la Ciudad de México para protestar por los aumentos en las tortillas. Aunque la inflación en los alimentos se aceleró mucho en México, aún está por abajo de un máximo tocado en 2009.

En Argentina desde hace tiempo el Gobierno interviene los mercados de alimentos, combustibles y servicios para aislar los precios de los vaivenes externos, pero no ha logrado frenar las alzas de precios y las medidas han ocasionado desabastecimiento intermitente y protestas de productores.

En Colombia, donde los precios de los alimentos empujaron la inflación, analistas dicen que la lluvias que acabaron con cosechas y carreteras provocarían mayores aumentos en el 2011.

Y en Perú, donde los costos de los alimentos también subieron, el Gobierno decidió recortar las tarifas de importación a cero para el azúcar y otros productos.

La última crisis alimentaria en el 2008 desató disturbios en Egipto, Camerún y Haití. Pero no se espera agitación social en el corto plazo en Latinoamérica porque muchos gobiernos tienen mecanismos para asistir rápido a los más pobres.

"En el escenario base uno supone que la calidad institucional de la región, en promedio, es suficiente para evitar que haya turbulencia social", dijo Giugale del BM.

(Reuters y Dinero.com)