BOLSILLO

Precios de alimentos suben en el mundo

Si ve que los precios de los comestibles suben, no piense que lo suyo es algo aislado. Todo es una combinación letal de factores que están contribuyendo a este problema.

26 de marzo de 2008

Desde los campesinos ecuatorianos que subsisten a base de arroz hasta los magnates que piden los platos más refinados en Francia, en todo el mundo están aumentando los precios de los alimentos.

Inusuales fenómenos climáticos son uno de ellos, lo mismo que las cambiantes condiciones de la economía mundial, el alza en los precios del petróleo, una merma en las reservas de alimentos y la creciente demanda de China y la India.

Las naciones pobres siguen siendo las más expuestas a hambrunas, pero también se registran protestas por el alza de los precios de los productos alimenticios en lugares como Italia y Japón.

"Es poco probable que los precios vuelvan a los niveles de antes", expresó Abdolreza Abbassian, secretaria del departamento de granos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). "En la actualidad, si uno está en Haití, el consumidor no tiene otra salida que reducir el consumo, a menos que reciba subsidios del gobierno. Es un panorama despiadado, pero así son las cosas".

Nadie lo sabe mejor que Eugene Thermilon, un jornalero haitiano de 30 años que ya no puede comprar pasta para alimentar a su esposa y cuatro hijos pues los precios se duplicaron y el paquete cuesta ahora 57 centavos de dólar. La única comida que tuvo la familia en un día reciente fue dos latas de sémola de maíz.

"Después de comer, todavía estaban hambrientos", dijo Thermilon, mientras caminaba hacia su rústica vivienda en un barranco lleno de basura. Al mediodía del día siguiente, no sabía qué les daría de comer a sus hijos.

La falta de medios para adquirir alimentos tiene múltiples efectos. Fabiola Duran Estime, una vendedora de comida de 31 años, perdió tantos clientes como Thermilon que tuvo que sacar a su hija Fyva del jardín de infantes porque no podía pagar la tarifa de 20 dólares mensuales.

Fyva estaba recién aprendiendo a leer.

Se espera que los precios se estabilicen algún día. Los agricultores producirán más granos para alimentos y combustible, y los precios bajarán. Ello ya está sucediendo con el maíz, en parte porque Estados Unidos, Canadá y varios países europeos tendrán cosechas más grandes el año que viene.

De todos modos, la FAO calcula que, en términos generales, los precios de los alimentos seguirán altos unos diez años más.

Los altos precios del petróleo son una de las razones, ya que hacen que aumenten los costos de todo, desde los fertilizantes hasta el transporte y el procesamiento de los alimentos. Una creciente demanda de carne y productor lácteos en países de rápido desarrollo como China y la India hace que suban los precios de los granos y de las materias primas usadas para los biocombustibles.

Lo notable es que los aumentos afectan a casi todos los principales alimentos y en la mayoría de los países al mismo tiempo. No se salva ni Estados Unidos, donde los precios de los alimentos subieron un 4% el año pasado, en que registraron el alza más grande desde 1990.

Hacia fines del 2007, 37 países enfrentaban crisis relacionadas con los productos alimenticios y 20 habían fijado controles de precios para esos productos.

En muchos casos, la situación es desastrosa. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU dice que no cuenta con 500 millones de dólares de los fondos requeridos para alimentar a 89 millones de personas necesitadas este año.

En Egipto, donde el pan subió un 35% y el aceite un 26%, el gobierno propuso suspender los subsidios a los alimentos y reemplazarlos con ayuda financiera a los necesitados. Pero el proyecto quedó en suspenso al estallar protestas.

"Se está gestando una revolución de los que pasan hambre", afirmó Mohammed el-Askalani, de la organización Ciudadanos Contra el Alto Costo de la Vida, que busca evitar el fin de los subsidios.

En China, los aumentos en los precios de los alimentos son una carga y al mismo tiempo una oportunidad.

El consumo de carne aumentó un 150% desde 1980, por lo que Zhou Jian decidió hace seis meses dejar de vender repuestos para automóviles y dedicarse en cambio a la venta de carne de cerdo. El precio de la carne de cerdo subió un 58% el año pasado, pero las amas de casa siguen haciendo cola en su negocio de Shanghai y hay abundante demanda de los cortes más caros.

Zhou, de 26 años, gana unos 4.200 dólares al mes, dos o tres veces lo que ganaba con los repuestos de automóviles. Y el cerdo no es la única carne popular. La carne vacuna se vende también cada vez más.

"La clase media china ya no considera la carne vacuna un lujo", dijo Kevin Timberlake, gerente de una hacienda de capitales estadounidenses donde se engorda el ganado en China.

Al alza en los precios de los alimentos para el ganado amenaza con crear un caos. Beijing ha estado vendiendo granos de sus reservas para contener la subida de los precios, según Jing Ulrich, presidenta de la sucursal china de JP Morgan.

"Pero esto no va a la raíz del problema", expresó Ulrich. "La causa del problema es un desequilibrio entre la oferta y la demanda. La demanda es muy alta y la oferta limitada. Es así de sencillo".

El primer ministro chino Wen Jiabao dice que la lucha contra la inflación derivada de la escasez de alimentos es una prioridad. La inflación fue del 7,1% en enero, la más alta en 11 años. Y reflejó un aumento del 18,2% en los precios de los productos alimenticios.

Los precios del petróleo, por otra parte, subieron a niveles sin precedentes y también provocaron aumentos en el costo de los fertilizantes y del transporte de productos. A su vez hicieron que los países apostasen a los biocombustibles, lo que, según la FAO, hará que suban los precios del maíz, el azúcar y la soya "por muchos años".

Nadie parece a salvo de los aumentos en los precios de los productos alimenticios. En septiembre pasado hubo una huelga de un día en Italia para protestar al alza de los precios de la pasta, el plato nacional. Si bien la protesta fue más bien simbólica, en los dos meses siguientes el consumo de pasta disminuyó un 5%.

En el pasado, subsidios y otros programas de apoyo permitían a los países exportadores de granos acumular abundantes reservas, a las que se recurría en épocas de escasez para mantener los precios bajos. Pero políticas más liberales hacen que los productores almacenen menos y las reservas están en sus niveles más bajos en un cuarto de siglo.

Al mermar las reservas, el mal tiempo y las malas cosechas tienen un impacto más grande en los precios.

"El mercado está muy inquieto y reacciona a cualquier noticia de mal tiempo", dijo la economista Abbassian.

Ello hizo que una sequía en Australia e inundaciones en Argentina, ambos importantes productores de leche industrial y mantequilla, derivasen en un aumento del 37% en la mantequilla en Francia entre el 2006 y el 2007.

La leche, por su parte, subió un 21%. Mantequilla y leche son la base de los croissants, que también aumentaron significativamente.

"La gente no entiende por qué suben tanto los precios", manifestó Nicole Watelet, secretaria general de la Federación de Panaderos de Francia. "Piensan que alguien está haciéndose rico. Pero no somos nosotros".

Los productos alimenticios subieron un 23% a nivel mundial entre el 2006 y el 2007, según la FAO. Los granos aumentaron un 42%, los aceites un 50% y los lácteos un 80%.

Los economistas dicen que, a corto plazo, los gobiernos deberán intervenir para evitar un descontento generalizado.

Pero eso no es tan sencillo, y los controles de precios en un país pueden repercutir en otro. Las restricciones a las exportaciones de harina de maíz en China, por ejemplo, generaron un aumento en los precios en Indonesia, de acuerdo con la FAO. Ucarnia y Rusia restringieron las exportaciones de maíz, lo que redujo la oferta y aumentó los precios que pagan los países importadores. Como consecuencia de ello, los militares peruanos están ingiriendo pan a base de harina de papa.

 

 

AP