El plan de rescate amortizaría 100.000 millones de euros de la deuda y los acreedores privados deberán aceptar una reducción del 70% de lo que Grecia les debe.

Crisis Financiera

Por qué Europa parece más dispuesta a aceptar una quiebra de Grecia

Los ministros de Finanzas de la Eurozona se reúnen este lunes en Bruselas para decidir si Grecia ha hecho lo suficiente para merecer un nuevo rescate financiero.

Alianza BBC
20 de febrero de 2012

Atenas necesita 130.000 millones de euros (US$170.000 millones) para evitar declararse en bancarrota a mediados de marzo, cuando deberá realizar un pago de su deuda. Por eso, el rescate debe aprobarse y tramitarse lo más pronto posible.

El primer ministro griego Lucas Papademos ya se encuentra en Bruselas para tratar de lograr el acuerdo.

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, dijo el domingo que estaba alentando al Fondo Monetario Internacional para que apoyara el plan de rescate, aunque no está claro de cuánto podría ser la contribución del Fondo.

El plan de rescate amortizaría 100.000 millones de euros de la deuda y los acreedores privados deberán aceptar una reducción del 70% de lo que Grecia les debe.

Y según el ministro de Finanzas de Francia, Francois Baroin, todos las piezas parecen estar alineadas para permitir el acuerdo.

Pero una diferencia importante con el primer paquete de rescate, aprobado en mayo de 2010, es que, como explica el editor para asuntos europeos de la BBC, Gavin Hewitt, los líderes continentales ya no parecen tan convencidos de que hay que rescatar a Grecia "cueste lo que cueste".

Las dudas de la eurozona

"Son varios los funcionarios que ya están diciendo en público lo que hace poco tiempo sólo se murmuraba: que lo mejor para Grecia podría ser declararse en cesación de pagos y salir de la Eurozona", dijo Hewitt.

"Se acabó la paciencia. En los más altos niveles de gobierno de Alemania, Holanda, Finlandia y Austria la actitud dominante en lo que tiene que ver con Grecia es el escepticismo. No creen que los políticos en Atenas puedan cumplir sus promesas", agregó.

Y el propio ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, dijo la semana pasada que en la Eurozona había países que quería a Grecia fuera del club.

"Hay muchos en la Eurozona que ya no nos quieren ahí", advirtió.

La falta de cumplimiento de la mayoría de las condiciones del rescate financiero de mayo de 2010 explica este cambio de actitud.

Atenas se comprometió a reducir significativamente el número de empleados públicos, pero las contrataciones continuaron hasta mediados del año pasado.

Otra promesa incluía recaudar 50.000 millones de euros (US$66.000 millones) vía privatizaciones, pero en la práctica se podría llegar a los 1.500 millones de euros por la venta de una empresa de telecomunicaciones.

Y tampoco se ha logrado mayor progreso en la lucha contra la evasión fiscal: los impuestos sin cobrar suman aproximadamente 60.000 millones de euros.

Antes de la reunión Jean-Claude Juncker, presidente del llamado Eurogrupo, dijo que era necesario trabajar más para supervisar la forma en que Grecia pone en práctica sus planes de austeridad.

Y la UE y el FMI también quieren que los políticos en Atenas se comprometan a mantener sus promesas luego de las elecciones, previstas para abril.

Segunda oportunidad

Por lo pronto, la desconfianza también ha llevado a una re-evaluación de las consecuencias de una eventual quiebra de Grecia.

Cinco años consecutivos de recesión han dejado a Grecia con una deuda de más del 160% de su Producto Interno Bruto (PIB).

Y, de aprobarse, el de este lunes sería el segundo plan de rescate para Grecia en menos de dos años.

El fondo de rescate de 2010, de 110.000 millones de euros, no fue sin embrago suficiente para evitar la crisis.

Y las sucesivas medidas de austeridad exigidas por la Unión Europea, el FMI y el Banco Central Europeo -los acreedores internacionales de Grecia- no han contribuido al crecimiento económico y han provocado enfrentamientos entre la policía y grupos de manifestantes en las calles del país.

Medidas aprobadas por el Parlamento la semana pasada contemplan recortes por 3.300 millones de euros en salarios, pensiones y gastos de salud y defensa.

Y miles de personas protestaron en Atenas el domingo en respuesta a nuevos recortes acordados por el gabinete de Papademos el sábado, aunque la manifestación fue mucho más pequeña que la semana pasada.

Según Hewitt, se teme que incluso con el rescate de Grecia sea capaz de reducir su deuda a un nivel sostenible.

Y otra diferencia importante con mayo de hace dos años es que Europa está mejor preparada para evitar un contagio si Grecia se declara en cesación de pagos o termina abandonando el euro.

Hewitt cree que al final se llegará a un acuerdo, pero todo indica que esta podría ser la última oportunidad de Atenas.

"La Canciller de Alemania Angela Merkel todavía considera que los peligros de una cesación de pagos de Grecias hacen inviable su salida de la Eurozona", dijo Hewitt.

"Pero esa valoración está cambiando", concluyó.