Colombia ya tiene demandas ante la OMC por restringir comercio. | Foto: Sociedad Portuaria de Cartagena.

Comercio

Para qué TLC si continúan las restricciones

La Organización Mundial de Comercio ya evalúa, de diversos sectores y países, las restricciones que Colombia impone al ingreso de productos.

30 de agosto de 2013

En el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, los tractocamiones son vehículos que tienen eliminación inmediata de aranceles, sin embargo, las restricciones para su comercio están en el país, donde para comprar uno de estos vehículos es necesario chatarrizar otro.

Recientemente, Fenalco resaltó que la venta de vehículos de carga en lo corrido de 2013 ha caído en más de un 50%, lo que atribuyen precisamente a la imposición del proceso de chatarrización uno por uno y, además, a la entrada en vigencia del Decreto 1769 que prohíbe matricular camiones con caución (póliza).

La caución o póliza era básicamente un impuesto que el comprador del camión pagaba para asegurar que seguiría el proceso de chatarrización, que si no lograba efectuarlo a los 18 meses se hacía efectiva dicha póliza. El valor era de $70 millones, lo que ya era una restricción costosa para el comercio de vehículos de carga pesada.

El presidente de Andemos, Oliverio García, dice que si el problema es renovar la flota  para que los camioneros tengan unos equipos más eficientes para que puedan competir, “pues hay que emprender una política tal y como lo hacen en todas las partes del mundo, incentivar con beneficios económicos el cambio del camión, pero acá es todo lo contrario, dificultan la renovación”.

En la opinión de García se trata de una traba a la importación de este tipo de vehículos porque es difícil que haya una demanda de los mismos con las condiciones existentes. “No solo están violando los acuerdos internacionales sino que también están violando el mismo acuerdo de obstáculos técnicos de la Organización Mundial de Comercio (OMC)".

En ese sentido, el directivo del gremio de importadores de vehículos informó que ese hecho está demandado ante  la OMC y, además, ha causado molestia en los países que tienen acuerdos comerciales con Colombia como México, Estados Unidos y, ahora, Europa.

Calzado y confección

Un hecho de dimensión similar está sucediendo con confecciones, cuero y calzado, que a través de un decreto le fueron impuestos aranceles a la importación, infringiendo el arancel máximo consolidado, acordado con la Organización Mundial del Comercio (OMC). 

En ese sentido, el exministro de Comercio Exterior, Carlos Ronderos, manifestó que de las 264 posiciones arancelarias consideradas para evaluar si cumplían o no con los aranceles consolidados entre el Gobierno Nacional y la OMC, se encontró que el arancel que se fijó mediante el decreto superaba al consolidado en 85,6% de las partidas. 

Al respecto, señaló que de mantenerse ésta medida comercial, el Gobierno Nacional enfrentará consultas comerciales frente al tribunal de arbitramiento de este organismo internacional.

Por otro lado, el presidente de Fenalco Nacional, Guillermo Botero Nieto, manifestó que, a partir de un estudio hecho por la Universidad Sergio Arboleda, se concluye que la medida era innecesaria pues en los 10 años anteriores el desempeño económico de las confecciones y el calzado fue altamente positivo, exceptuando 2008 y 2009, años en los que se registró la crisis política entre Colombia y Venezuela. 

“Luego de eso, el valor de las exportaciones totales presentó cierta recuperación. Pero la investigación revela que los empresarios no realizaron las inversiones que les permitieran ampliar sus capacidades de producción y modernizar su maquinaria y equipo”, señaló Botero. 

La consecuencia inmediata de la medida ha sido el aumento de los precios domésticos, con efectos negativos para la población con los menores niveles de ingresos. Evidentemente, este arancel resulta ser una de las medidas más regresivas de los últimos años, pues un par de zapatos que cuesta 5 dólares, comprado por una familia de bajos ingresos paga un arancel del 100%, mientras que un par de zapatos que cuesta 200 dólares, comprado por una familia más pudiente paga un arancel de sólo un 2,5%. 

De acuerdo con cifras del DANE, luego de la medida se observa un incremento mensual en los precios en vestuario de un 0,2% a julio de 2013. “Este hecho es preocupante si se tiene en cuenta que entre los ponderadores de la canasta básica el vestuario tiene un peso significativo, especialmente en los hogares de ingresos bajos”, comentó Botero. 

En términos de empleo, se observa que el número de ocupados en estos tres sectores (confecciones, calzado y cuero) ha caído, entre junio de 2012 y junio de 2013. “En confecciones y prendas de vestir se ha reducido un 5,6%; en curtido y preparado de cueros, un 6,9% y en fabricación de calzado un 11,2%, según los Datos Muestra Mensual Manufacturera”, indicó el ex ministro Ronderos. 

Otro aspecto destacable del informe, según Fenalco, es que el decreto no está cumpliendo con su propósito, que era el de dinamizar la producción nacional. Por el contrario, el estudio muestra que, de acuerdo con la Muestra Mensual Manufacturera, se observa una caída en términos reales en la producción entre junio de 2012 y junio de 2013 del 10,8% en confecciones y prendas de vestir, de un 13% en curtido y preparado de cueros y de un 2.1% en la fabricación de calzado

“A partir de las estadísticas disponibles, las actividades manufactureras objeto de la medida no han respondido a los incentivos económicos que les ofreció el Gobierno Nacional. Por el contrario, se están afectando negativamente otras empresas y actividades en la cadena de valor, que han mostrado mayor dinámica en su crecimiento y en la generación de empleo. El gobierno está dando señales contradictorias con respecto a cuál es la verdadera política comercial del país”, concluyó Botero. 

Finalmente, si bien el estudio evidenció contrabando técnico por subfacturación, el informe muestra que el aumento de los aranceles no es la medida más apropiada. La investigación citó el caso mexicano, donde frente a una situación similar se aumentaron las imposiciones arancelarias, lo que aumentó el contrabando y la corrupción.