ONU advierte sobre peligro de otra recesión mundial

El reporte de la ONU sobre la Situación Económica Mundial y Prospectos para el 2012 pronostica un crecimiento de 2,6% el próximo año en su principal panorama, relativamente optimista, y apenas 0,5% en su panorama más pesimista.

Esa es una reducción considerable de sus pronósticos difundidos en mayo acerca de que la economía mundial crecería 3,6% en el 2012.

"Luego de dos años de una recuperación anémica y desigual de la crisis financiera global, la economía mundial se tambalea al borde de otra nueva declinación", afirma el reporte.

En una conferencia de prensa para dar a conocer el informe, el secretario general asistente para asuntos económicos y sociales, Jomo Sundaram, dijo que "desafortunadamente, las probabilidades de un panorama pesimista son cada vez mayores".

"Tenemos una situación en la que pudiéramos estar ahora en riesgo de una nueva recesión", dijo.

La ONU señaló que el crecimiento económico global se ha desacelerado considerablemente, a 2,8% este año, comparado con 4% el año pasado, con Europa, Estados Unidos y otros países desarrollados duramente afectados.

"Una nueva, grave declinación global acecha debido a la persistente debilidad de las mayores economías relacionada con problemas no resueltos de la gran recesión del 2008-2009", dijo el informe.

El débil crecimiento pronosticado para el año próximo es demasiado bajo para lidiar con la crisis de desempleo en la mayoría de los países industrializados", dijo.

El desempleo promedió 8,3% en países desarrollados este año, aún muy por encima del nivel previo a la crisis, que era de 5,8% en el 2007, agrega el informe.

"La ONU estima que hubo un déficit de 64 millones de empleos en todo el mundo en el 2011", dice. "Esa es la cantidad de empleos que tendrían que ser creados adicionalmente para poder restaurar los niveles de empleo previos a la crisis y absorber los nuevos ingresos al mercado laboral".

De acuerdo con el reporte de la ONU, las naciones desarrolladas enfrentan cuatro debilidades: elevada deuda gubernamental, sectores bancarios frágiles, baja demanda derivada de un alto desempleo y de medidas de austeridad fiscal, y parálisis política.



Ap