Mauricio Cárdenas, ministro de Hacienda. | Foto: Mauricio Cárdenas MinHacienda archivo

ECONOMÍA

MinHacienda aumentó previsión del déficit de cuenta corriente para 2017 y 2018

Durante los debates del Presupuesto General para 2018 y su aprobación pasó desapercibido el cambio en los supuestos macroeconómicos del Ministerio de Hacienda, que ya dejó de estar entre los más optimistas en el pronóstico de déficit de cuenta corriente.

25 de octubre de 2017

En julio de este año, en la presentación del Marco Fiscal de Mediano Plazo, el Ministerio de Hacienda pronosticó un déficit de cuenta corriente de 3,6% para este año y de 2,9% para el 2018, en línea con el ajuste que dicho indicador registró desde el 2016 cuando cerró en 4%.

Sin embargo otros agentes del mercado, incluido el equipo técnico del Banco de la República, señalaron que el déficit de cuenta corriente de este año podría estar más bien alrededor del 3,7%.

Con el paso del tiempo el Ministerio de Hacienda hizo un ajuste a sus pronósticos para este año que llevó al movimiento de la curva de TES: disminuyó su expectativa de PIB para este año y aunque sigue siendo uno de los más optimistas ahora espera que sea de 2%.

Dicho anuncio se dio con los primeros debates sobre el presupuesto para el próximo año pero poco se dijo sobre los demás cambios.

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Un par de meses después de presentar el Marco Fiscal de Mediano Plazo el MinHacienda dejó de esperar un déficit de cuenta corriente de 3,6% para este año a pronosticar uno de 3,8%, superior incluso a la estimación del Banco de la República.

Y para el 2018 también incrementó su previsión. Pasó de un cálculo de 2,9% a uno de 3,2%, es decir 30 puntos básicos más y que además significa una desaceleración en el ajuste de este indicador para el próximo año, luego de que cayera aceleradamente de 6,5% en el 2015 hasta 4% en el 2016.

Este déficit es uno de los elementos que preocupa hoy a la Junta Directiva del Banco de la República y que se debate ampliamente, junto con la inflación y la brecha del producto, para tomar la decisión de continuar o no la senda de descenso en la tasa de interés.

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La razón es que si bien la inflación ha cedido y ya está en la parte superior del rango meta, un estímulo mayor al deseado para el consumo interno podría incentivar una nueva subida de las importaciones que, de no compensarse con un mayor ingreso de capitales, volvería a abrir la brecha externa.

Al debate deben sumarse también las advertencias de las calificadoras y algunas bancas de inversión sobre lo complicado que se le está volviendo al país poder garantizar su estabilidad fiscal.