Alrededor del 75% de pequeños productores no tiene acceso al crédito formal. Foto: Bloomberg.

Colombia

Los desafíos del financiamiento rural en Colombia

El crédito en el sector agrícola constituye solo una pequeña fracción de los créditos comerciales en el país. Bajos niveles de ingreso, falta de experiencia y poca utilización de la tecnología, son factores que han dificultado los procesos de financiamiento rural.

26 de febrero de 2016

La mejora en el acceso a financiamiento para la población rural y los pequeños agricultores es de vital importancia para lograr la reducción de la pobreza y la desigualdad. Además, es indispensable en el desarrollo económico del país. Según el estudio sobre Mayores oportunidades de financiamiento rural en Colombia, del Banco Mundial.

Como se alega en el informe, los préstamos en las zonas rurales del país y de la región latinoamericana continúan siendo limitados. El 13% de las personas que habitan en el sector rural solicitó un préstamo a entidades financieras formales, según la encuesta Findex del Banco Mundial.

A pesar de la importancia del sector agrícola en materia de empleo e ingresos, el crédito para el sector constituye una fracción muy pequeña de los créditos comerciales en el país. La proporción de créditos agrícolas en Colombia está por debajo de niveles observados en otros países de la región como Uruguay y Brasil.

Además, los bancos comerciales en Colombia poseen un volumen de crédito limitado en zonas rurales. Según datos del 2013, el 94% de créditos se entregaron en zonas urbanas con más de 100.000 habitantes.

Existen algunos factores clave que explican este comportamiento de otorgamiento de crédito rural en Colombia, entre ellos:

  • Menor nivel de ingresos de la población rural.
  • Falta de experiencia en financiamiento a pequeños productores agrícolas.
  • Bajo uso de la tecnología en el sector rural para la realización de las transacciones.

Es importante nombrar que la mayor parte del crédito agrícola se otorgó a medianos y grandes productores. Los pequeños productores continúan enfrentando grandes problemas con el acceso al crédito, según cifras, alrededor del 75% de pequeños productores no tiene acceso al crédito formal.

Según el Banco Mundial, “los almacenes generales de depósito y la Bolsa Mercantil de Colombia (BMC) también brindan financiamiento a las actividades agrícolas, pero están poco desarrollados en comparación con los pares regionales y prestan el servicio solo a medianos y grandes productores”. Factores como los costos de transacción, el volumen de producción y falta de información, impiden el uso de la BMC a los pequeños productores.

Entonces, ¿qué hacen los pequeños productores?

El Banco Agrario de Colombia (BAC), es un banco público de desarrollo agrícola en el país y tiene la mayoría de las sucursales tradicionales en las zonas rurales (65%).

Además, este banco es el único proveedor de servicios financieros en muchas comunidades rurales  y forma la fuente principal de crédito rural para los pequeños productores. Al menos el 70% de la cartera de préstamos debe otorgarse para actividades netamente rurales, sean primarias o agroindustriales.

Es por estos motivos que el 89% de las sucursales están ubicadas en zonas rurales y representan más del 50% de oficinas bancarias en la zona rural.

Por otro lado, el Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario (FINAGRO), también es un banco público de desarrollo agrícola que pone los recursos a disposición de las instituciones financieras para el otorgamiento de préstamos  al sector agrícola, en particular para pequeños productores.

¿Qué ocurre en cuanto a la utilización de la tecnología, educación financiera e historial crediticio en la población rural?

“El uso de servicios financieros para pagos a través de la telefonía móvil o internet sigue siendo bajo en las zonas rurales de Colombia”, según el Banco Mundial.

De acuerdo a los datos de Findex en 2014, se indica que para pagos de servicios, el 99% de personas realizan los pagos en efectivo y el 1% a través de una institución financiera, se afirma que esto impide la generación de historial crediticio para gran parte de la población.

Además, solo el 6% de personas en las zonas rurales dijo haber utilizado el internet para la realización de transacciones durante el último año. Esto también impide una completa recopilación de información para el desarrollo de instrumentos de acceso al crédito.