Colombia está entre los países con los niveles más bajos de participación del Estado en las rentas del sector minero.

Minería

Lo que pierde el Estado por privilegios tributarios a la minería

No es un secreto que las compañías mineras gozan de amplios beneficios tributarios en Colombia, lo que resulta atractivo para la inversión extranjera. Pero ¿cuánto pierde el Estado por ese concepto?

26 de abril de 2013

La Revista Dinero y Dinero.com conocieron un estudio, dirigido por el economista Luis Jorge Garay para la Contraloría General de la Nación, titulado ‘Minería en Colombia: Fundamentos para superar el modelo extractivista’, que revela que Colombia es uno de los países de América Latina con más bajos ingresos fiscales derivados del impuesto a la renta y de las regalías del sector de la minería e hidrocarburos.

Es así como Colombia, Chile y Perú tiene los niveles más bajos de participación del Estado en las rentas de este sector. Revela la investigación en el capítulo ‘Participación del Estado y de la sociedad en la renta minera’, escrito por el economista Guillermo Rudas, que en las últimas dos décadas, por cada dólar aportado al PIB por la minería y los hidrocarburos, el Estado percibe ingresos fiscales de menos de dieciséis centavos.

Mientras que Bolivia y Venezuela se encuentran en un nivel intermedio, y Ecuador y México presentan una situación mucho más favorable, sobrepasando cuarenta centavos de dólar de ingresos fiscales por cada dólar de valor agregado aportado por la minería y el petróleo.

Este estudio saldrá a la luz pública próximamente y en medio de un escenario de discusión del Código Minero que, a propósito, el pasado miércoles fue ratificado por la Corte Constitucional, negándole así la posibilidad de prorrogar la fecha límite de revisión del proyecto de reforma al mismo.

Para el economista Rudas, esta información “nos lleva a una revisión de cuál es el conjunto de normas excepcionales y preferenciales tributarias que se establecen en los distintos sectores y en la minería especialmente. Y no es que haya evasión de impuestos sino una cantidad opciones de disminuir tasa efectivas”.

Este estudio se suma además a las voces de diferentes sectores que han reclamado que las empresas mineras paguen más impuestos y se reduzcan las deducciones, exenciones y descuentos.

Según la investigación, existe una significativa brecha entre el impuesto a la renta efectivamente asumido por las empresas del sector y el que hubiesen tenido que pagar si no gozaran de las exenciones, deducciones y descuentos que les otorga el régimen tributario.

Entre 2005 y 2010 las empresas mineras pagaron en promedio $878 mil millones anuales por concepto del impuesto a la renta. Pero durante el mismo período tuvieron deducciones, descuentos y exenciones que representaron un gasto tributario para el país de $1,78 billones. Es decir, por cada $100 efectivamente pagados por este concepto, las empresas mineras tuvieron descuentos que terminaron representando pérdidas para el Estado de más de $200.

De acuerdo con Guillermo Rudas, las deducciones en los impuestos resultan una buena estrategia de atracción de inversión extranjera, “pero lo que encontramos es que es un sistema tributario con gran cantidad de detalles que terminan inhabilitando la transparencia del sistema tributario”.

¿Y el sistema general de regalías?

El académico también explica que el Estado está perdiendo muchísimas oportunidades porque “encontramos que hay una estrategia clara que va a en detrimento de los intereses de la nación, no tanto en el sistema tributario, sino en el de regalías”.

Lo anterior, según el economista, porque “tenemos un sistema de regalías anacrónico. Fijan unas tarifas de regalías en unos niveles estáticos y lo que sucede es que en época de elevación de precios, el Estado sigue recibiendo lo mismo”.

Señala el estudio que la reforma al régimen de regalías y su distribución entre los entes territoriales con criterios diferentes al lugar de origen de las mismas, “terminará dejando a los municipios asumiendo todos los riesgos por las consecuencias negativas de esta actividad sobre las condiciones sociales y ambientales locales”, y más preocupante aún no dejarán mayores ingresos fiscales porque “no solo no recibirán las regalías sino porque tampoco percibirán el impuesto por industria y comercio que debería pagar esta actividad productiva”.