Vivienda, salud, empleo, alimentación, educación y desabastecimiento de productos básicos son algunos de los aspectos que más han afectado a quienes viven en la región. Foto: Bloomberg

Conflictos sociales

Cerca de US$35.000 millones le ha costado a Medio Oriente los conflictos sociales

Alrededor de 45 millones de personas en el Medio Oriente y Norte de África, necesitan de ayuda humanitaria por causa de los conflictos sociales, según el Banco Mundial. ¿Cuáles son las repercusiones económicas para estos países? Y ¿cómo se pueden revertir los daños?

25 de febrero de 2016

Las consecuencias de la guerra no solo plantean problemas de tipo social y humano, los daños y pérdidas económicas son evidentes en el corto y largo plazo.

Según cifras del Banco Mundial anunciadas a principios del mes de febrero, las personas en las regiones de Oriente Medio y Norte de África (MENA), se han visto altamente perjudicadas.

Alrededor de 87 millones de personas de cuatro países en esta región (Iraq, Siria, Libia y Yemen) representan casi un tercio de la población de la región. La vida de estas personas se ha visto en gran medida perjudicada por los intensos combates. Vivienda, salud, empleo, alimentación, educación y desabastecimiento de productos básicos son algunos de los aspectos que más han afectado a quienes viven en la región.

Las cifras del conflicto son preocupantes, más de 45 millones de personas, se encuentran necesitando ayuda humanitaria en la región.

Fuente: Banco Mundial, elaboración Dinero

En Yemen, el 80% de la población del país (aproximadamente 20 millones de habitantes) se considera pobre según el Banco Mundial. Esta cifra aumentó 30% desde el cuarto mes del año anterior cuando los conflictos se intensificaron.

Como si fuera poco, la región MENA, ha perdido alrededor de US$35.000 millones en producción, debido a la crisis de Siria.

Las grandes consecuencias negativas no solo han afectado económicamente a la región mencionada, sino que además algunos de los países vecinos como Jordania, Líbano Egipto y Turquía han experimentado limitaciones presupuestarias y económicas evidentes.

Según el Banco Mundial, la llegada de más de 600.000 refugiados Sirios en Jordania, le ha costado al país alrededor de US$2.500 millones. Esto representa aproximadamente el 6% del Producto Interno Bruto (PIB) al año.

El desempleo de refugiados sirios sigue siendo alto y quienes cuentan con un empleo tienen remuneración insuficiente. Por ejemplo, casi el 92% de los refugiados Sirios en el Líbano no cuentan con un contrato de trabajo, la mayoría obtiene una remuneración diaria o semanal. En este contexto, el Banco Mundial pronostica que la tasa de desempleo se podría duplicar.

Fuente: Banco Mundial

¿Y, en un escenario sin guerra?

Si los países miembros de la región MENA hubiesen contado con regímenes democráticos durante el año anterior, el PIB per cápita podría haber presentado un crecimiento de 7,8% en cinco años. De esta manera, las perspectivas a corto plazo para la región son pesimistas. 

Según el Banco Mundial, los enfrentamientos en Siria han afectado no solo a los Gobiernos vecinos, sino también a sus ciudadanos, calculándose que los ingresos promedio per cápita son un 1,5 % más bajos ahora de lo que habrían sido (sin la agitación en Siria) para muchos turcos, egipcios y jordanos.

De no haberse presentado los conflictos, el ingreso per cápita de países como Siria e Iraq, podría haber sido mayor en aproximadamente 23% y 28% respectivamente.

¿Cómo revertir los daños?

No hay duda de que el fin del conflicto traería enormes beneficios económicos en la región. El traslado de gastos militares a gastos en educación y salud podría elevar de manera significativa los indicadores sociales y económicos.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la recuperación de este tipo de países también se encuentra directamente atada al comportamiento de los productos básicos.

“Las economías ricas en petróleo se restablecen de manera más rápida debido a que la producción petrolera es relativamente fácil de volver a poner en marcha. Pero si los precios del petróleo permanecen bajos, y la ayuda internacional sigue siendo escasa, Libia, Siria, Iraq y Yemen (todos países exportadores de petróleo), tendrán más dificultades para recuperarse de su situación actual. Se necesitará inversión privada”. Según el Banco Mundial.