Según Asobancaria, el índice de bancarización en Colombia está en 71,2% (22,6 millones de adultos tienen al menos un producto financiero).

Economía

Reforma Tributaria frena la bancarización

Las modificaciones al estatuto tributario contemplan además de la extensión del 4XMIL, la eliminación de dos puntos del IVA sobre las compras hechas con dinero plástico.

19 de diciembre de 2014

El sistema financiero fue uno los grandes perdedores con la reforma tributaria aprobada hace tres días en Congreso de la República, pues dentro de sus artículos se prolongó por cuatro años más el impuesto a las transacciones financieras y se castigó a los tarjetahabientes que no recibirán la devolución de dos puntos del IVA por las compras hechas con dinero plástico.

Además se postergó el reconocimiento fiscal de los pagos que realicen los contribuyentes, tales como costos, deducciones, pasivos o impuestos descontables, a aquellos que se realicen con medios de pago diferentes del efectivo.

Pese a que el nuevo estatuto tributario contempla la eliminación de los estímulos que se habían generado para incentivar el uso del dinero electrónico, mantuvo el impuesto del 4XMIL que en varias ocasiones ha estado sujeto a su naturaleza inicial de impuesto temporal.

Razón tendrán Roberto Junguito y Hernán Rincón en su estudio titulado La política fiscal en el siglo XX en Colombia en el que sostienen que a través de la historia se ha dado demostrado que los impuestos temporales en Colombia no existen, pues todos aquellos que nacieron bajo esa premisa, se establecieron definitivamente.

De acuerdo con la Asobancaria, el índice de bancarización en Colombia está en 71,2% (22,6 millones de adultos tienen al menos un producto financiero); 33,4% de los adultos en el país tienen al menos un crédito; existe presencia del sistema financiero en el 100% de los municipios en Colombia, por medio de oficinas o corresponsales bancarios, cuyo número es cada vez mayor (70.582 a julio de este año).

Es importante señalar que para la banca, esto ha significado un cambio radical de su estrategia tecnológica y comercial, al pasar de atender una población reducida pero de elevados ingresos a prestar sus servicios a la gran mayoría con transacciones de reducido valor, situación que podría verse seriamente perjudicada con las nuevas disposiciones.