Juan Manuel Santos, Presidente de la República. | Foto: AP

País

La paz, el negocio del siglo

Si las negociaciones entre el Gobierno y la guerrilla fueran exitosas y se lograra la paz, la economía se vería beneficiada, según expertos. Sin embargo, los mercados son indiferentes ante esa posibilidad.

29 de agosto de 2012

La bolsa, el peso y la deuda locales permanecieron incólumes ante el anuncio del presidente Juan Manuel Santos del lunes, cuando admitió que su Gobierno mantiene conversaciones exploratorias de paz con las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Adicionalmente, el mandatario dijo que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) también podría ser incluido en un proceso similar, después de que el máximo comandante del grupo, Nicolás Rodríguez, dijo a Reuters que está abierto a conversar para poner fin al conflicto. "De entrada, la perspectiva de crecimiento puede ser tremendamente más favorable si se analiza que actualmente nos gastamos cerca del 5% del PIB en gasto de guerra y pudiéramos disminuir una parte importante de ese gasto, podría terminar de solucionar la parte fiscal del Gobierno", dijo el consultor independiente Daniel Niño.

Colombia estableció dentro de su presupuesto del 2013 un gasto en defensa de $21,5 billones (US$11.803 millones), siendo el sector que más recursos recibe.

Ese gasto ha sido clave para que en la última década el país redujera la inseguridad pública, que se tradujo en una multiplicación por 10 de la inversión extranjera directa en ese periodo a US$13.200 millones el año pasado.

"El tener una situación institucional sólida, una economía en paz y un ambiente distinto de reglas de juego, de respeto a la vida, es un elemento central para el crecimiento económico y para la generación de empleo", afirmó el gerente del Banco Central, José Darío Uribe.

Mercados, ¿Calmados o indiferentes?
De acuerdo a analistas, la guerra le resta cerca de un punto porcentual de crecimiento anual a la economía colombiana, que el año pasado se expandió un 5,9%, su mayor nivel en los últimos cuatro años. "El impacto es positivo, porque consolida la imagen de que el riesgo de violencia va a disminuir reduciendo el costo de inversión", opinó el estratega Pedro Tuesta, de la consultoría 4Cast Inc, desde Washington.

No obstante, los mercados no registraron ninguna reacción a los anuncios del Gobierno, algo común en los últimos años y que contrasta con la volatilidad que mostraban una década atrás, cuando el solo sonido de sirenas de ambulancias en la capital despertaban el temor a un atentado, pan de cada día en esa época.

El martes en el mercado secundario de deuda pública interna, los títulos de referencia TES con vencimiento en julio del 2024 terminaron sin cambios a un rendimiento del 6,62%.

En tanto, los índices accionarios subieron en promedio un 0,6 por ciento y el peso perdió un 0,29 por ciento a 1.828,2 unidades por dólar, pendientes más de factores externos que de política doméstica. "No hemos visto ningún impacto por esas noticias en la tendencia, en el movimiento de las acciones hoy, en ese sentido a la gente no le preocupa el tema", dijo Katherine Ortiz, analista bursátil de la firma Corredores Asociados.

Para Tuesta, la reacción de los mercados pudo ser opacada por temas del día a día, como la persistente intervención del Banco Central comprando dólares en el mercado cambiario, así como por un entorno externo pendiente de posibles medidas de reactivación de los grandes bancos centrales mundiales.

A los asuntos de contingencia económica se suma el escepticismo sobre las conversaciones de paz, que en el pasado no han dado resultados. "Es un punto de arranque de algo que puede durar años y cuyo resultado es incierto. En este momento realmente no hay nada", dijo un economista de un banco que pidió omitir su nombre.

Reuters