La importancia de las matemáticas para la vida | Foto: BID tv

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La importancia de las matemáticas para la vida

El juego, los tutores computarizados, y la aplicación de vivencias cotidianas en la resolución de retos son sugerencias en el Día Mundial de la Ciencia, que se realizó por estos días.

14 de noviembre de 2011

La educación a través del juego, experimentos prácticos y pensamiento crítico, son nuevos métodos para enseñar matemáticas y ciencias, que elevan el rendimiento y estimulan el aprendizaje en docentes y estudiantes. Así lo indican estudios y seguimientos de proyectos llevados a cabo por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

“Los padres y madres de familia, los docentes y formuladores de políticas queremos asegurar que los niños aprendan a leer y escribir, y nos olvidamos de las matemáticas y las ciencias que son vitales para el desarrollo”, dijo Emma Naslund-Hadley especialista en educación del BID. “Si los niños no tienen una buena base en estas áreas no estarán en condiciones de salir a enfrentar el mundo del futuro. Las matemáticas y ciencias ayudan a los niños a utilizar la lógica y convertirse en pensadores independientes, con lo que los chicos tienen más herramientas para resolver problemas en el mundo real”.

Desde 2008 el BID ha llevado a cabo programas piloto con métodos de aprendizaje que se contraponen a la memorización, la copia del pizarrón y las largas cátedras de los profesores en Argentina, Brasil, Paraguay y Perú, y han tenido gran acogida.

Los resultados de 2009 del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) muestran que los estudiantes latinoamericanos están rezagados respecto a sus pares en los países más desarrollados, tanto en matemáticas como en ciencias. Si la tasa de crecimiento de los últimos 10 años se mantiene, según cálculos del BID, América Latina necesitaría 21 años para alcanzar la puntuación media en matemáticas, y 42 años en ciencias. En su gran mayoría los sistemas educativos de América Latina y el Caribe (ALC) no cuentan con mecanismos que ayuden a los niños y jóvenes a desarrollar sus conocimientos básicos en estas asignaturas.

Las cosas están mejorando, aunque con lentitud. En los tres años de la implementación, algunos de estos programas que ya han sido evaluados muestran cambios en las prácticas pedagógicas de los docentes y mejoras en los aprendizajes de los alumnos.