La gente está más conectada, mejor informada y son más demandantes. Los medios sociales están reemplazando a los partidos políticos como medio de movilización social.

Economía

¿Se puede recuperar la fe en los gobiernos corruptos?

La tecnología se abre paso para estrechar las relaciones entre gobiernos con cada vez mayores casos revelados de corrupción y una ciudadanía ansiosa de resultados.

28 de agosto de 2015

En los últimos meses los escándalos de corrupción en Latinoamérica han debilitado peligrosamente la confianza en los gobiernos y en las instituciones. En varios países se presentan protestas callejeras exigiendo la renuncia de presidentes y miembros de sus gabinetes (Chile, Brasil y Honduras por ejemplo), mientras que en otros las encuestas de opinión sobre sus mandatarios caen en picada.

Gobiernos tanto democráticos como reformistas se tornan frágiles en la región más desigual del planeta, según el Banco Mundial.

Recientemente, desde el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se realizó un estudio de la capacidad institucional para una gestión pública basada en resultados de 24 países. Aunque, la región avanzó de un puntaje de 2/5 en 2007 hasta 2,4/5 en 2013, le queda mucha tarea por delante.

Carlos Santiso, jefe de la División de Capacidad Institucional del Estado del (BID) cree que en esta época es fundamental cuestionarse sobre si es que la corrupción ha empeorado o los procesos de denuncia y persecución se han vuelto más efectivos.

Conforme la economía de la región se desacelera, los niveles de desigualdad se mantienen y el sentimiento de impunidad se fortalece, “la tolerancia al despilfarro y a la corrupción disminuye” explica Santiso.

También, afirma que “hoy en día las personas son más exigentes con sus gobiernos. La gente está más conectada, mejor informada y son más demandantes. Los medios sociales están reemplazando a los partidos políticos como medio de movilización social”.

Además, el estudio revela que la mayoría de los grandes municipios en la región han institucionalizado el uso de herramientas digitales en la administración pública: Facebook, YouTube y Twitter (en ese orden) y cuentan con equipos jóvenes especializados en la comunicación digital del municipio.

Sin embargo, esta comunicación no ha alcanzado el potencial de interacción que las redes sociales ofrecen. Los alcaldes y las alcaldesas no utilizan las redes sociales para interactuar con el ciudadano y no siempre tocan los temas que la ciudadanía propone a través de las mismas redes.

¿Cómo creer de nuevo?

Según un estudio del BID, titulado “Improving lives through better government” en 2014 se destacan 3 elementos claves que pueden ser muy útiles para ayudar a recuperar la confianza de los ciudadanos en sus gobiernos.

1. Un gobierno más abierto y transparente:
Sin duda un elemento clave para renovar la ética del sector público y sobre todo para fomentar la participación ciudadana. Los avances en la tecnología permiten a los gobiernos acercarse más a la opinión ciudadana. Permitir a las agencias de auditoria trabajar junto al gobierno puede detectar la corrupción y mejorar la gestión del gasto público.
 
Algo destacable en Colombia, es que ha puesto todos los datos de sus pagos de regalías en una plataforma georreferenciada en línea para que todos puedan ver cuánto dinero ingresa al gobierno mediante regalías y cuanto se gasta.

2. Aumentar la efectividad gubernamental:
El clásico dicho de “los gobiernos prometen mucho y cumplen poco” es la mejor definición del problema de efectividad. A pesar de que en los últimos años los gobiernos latinoamericanos están adoptando mejores políticas y mayor disciplina fiscal estas no siempre se implementen según lo previsto generando falsas expectativas.

Simplificar la burocracia. Uruguay se comprometió a que todos sus procesos burocráticos estén disponibles en línea para 2017 liderando así en materia de gobierno electrónico en la región.

3. Mejorar la administración: Así como en las empresas, se necesitan modelos de gestión que fijen prioridades y estrategias a largo plazo. En otra publicación del BID, titulada “Gobernar para cumplir con los ciudadanos: el rol del centro de gobierno” en 2014 se evidencia la necesidad de ramas ejecutivas que coordinen y reglamenten mejor las políticas públicas.

Para Santiso, estos desafíos son fundamentales, especialmente para los gobiernos locales de los países con gran cantidad de recursos naturales. América Latina no aprovecho todo el potencial de su década de gran crecimiento jalonada por el precio de las materias primas y el descontento general del público lo hizo conocer.