Según cifras del DNP, el 60% de la deforestación sucede en los municipios donde hay conflicto armado.

Cambio Climático

Finanzas por el clima en Colombia: ¿debería importarnos?

Según Gallup, entre el 25% y el 50% de los adultos en Colombia no sabe qué es cambio climático. Gobierno, sector público y demás actores ya saben que hay que hacer, solo falta el financiamiento.

13 de noviembre de 2015

Hoy se celebra en Bogotá, el primer debate en las Américas sobre finanzas y medio ambiente, “Finanzas del Clima Colombia 2015” que promete ser la puerta para concretar el financiamiento de todos los grandes proyectos de sostenibilidad y que buscan contrarrestar el cambio climático en Colombia para las próximas décadas.

Y no podía ser más oportuna. Colombia está catalogada como uno de los países a los que el cambio climático puede afectar más entre todos los países del mundo. Si estos efectos negativos sobre el medio ambiente no se mitigan o resuelven, científicos de las Universidades de Berkley y Stanford calcularon que la pérdida en el PIB mundial per cápita para 2100 sería del 23%.

Además, en los últimos años las pérdidas anules promedio asociadas a eventos relacionados con el clima han aumentado abruptamente, en especial en los países en desarrollo cuyos gastos son aproximadamente 440% superiores en los últimos 10 años que hace 20.

Estos datos más que una advertencia son un reflejo de la gran problemática que se vive en la actualidad. Por dar un ejemplo, según el Departamento Nacional de Planeación (DNP), entre 2010 y 2011 los efectos de La Niña generaron pérdidas del 0,38% del PIB de 2010 más daños por valor del 2% del producto de ese año. En total el costo fue de $11,2 billones.

Los peligros de no adaptarse a los cambios

Según el director general del DNP, Simón Gaviria, “No adaptarnos (al cambio climático) implicaría que el PIB de Colombia cada año fuera 0,49% menor”. Esto, es el equivalente a tener cada 4 años una Ola Invernal como la de La Niña 2010-2011.

Aunque las metas sean muy filantrópicas, son los costos los que realmente enseñan la verdadera problemática en estos proyectos.

Si bien, en la actualidad los flujos mundiales de financiamiento contra el cambio climático ascienden a US$331.000 millones (casi el 90% del PIB de Colombia), tan solo en el sector energético se necesitarían US$ 1,1 billones anuales. Lo más sorprendente es que son billones latinos.

¿Qué está pasando en Colombia?

El país presenta la tasa más alta de desastres en Latinoamérica: más de 600 al año. También, la nación está catalogada entre los 40 países con mayor responsabilidad histórica en la generación de gases de efecto invernadero, especialmente gracias a la deforestación.

Y justamente la protección de los bosques y el mejoramiento del uso del suelo en donde el país debe tomar fuertes medidas. Por ello, la propuesta del gobierno nacional es reducir en 20% sus emisiones contaminantes para el 2030 de la mano de grandes programas territoriales.

Además, como afirmó el ministro de Hacienda, Mauricio Cardenas, los efectos positivos de la paz van más allá de lo fiscal: “Concluir el proceso de paz puede permitir una mejor cooperación para acabar con los cultivos ilícitos y proteger los bosques”.

Según cifras del DNP, el 60% de la deforestación sucede en los municipios donde hay conflicto armado y tan solo el 3% tiene en sus Planes de Ordentamiento Territorial (POT) el acercamiento departamental y mediciones de impacto climático.

El financiamiento es de todos

Entre 2011 y 2013 la inversión pública en Colombia proveniente del Presupuesto General de la Nación, corporaciones, departamentos y municipios con objetivos afines con los del cambio climático fue de $5 billones.

El sector privado también juega con papel muy importante. Los resultados de la primera encuesta latinoamericana de desarrollo sostenible de PwC en 2014, demostraron que el 80% de las empresas latinoamericanas considera a la sostenibilidad como un tema relevante.

Encontrar el financiamiento adicional que se necesita no será una tarea fácil, pero hay herramientas financieras que juegan un papel importante. Por ejemplo, los bonos verdes proveen los recursos para el desarrollo de proyectos ambientales y sostenibles.

Otros mecanismos son los impuestos a las emisiones de gases de efecto invernadero, la reactivación de las tasas por uso de agua, políticas públicas de financiamiento, apoyo del mercado capitales mejorando la transparencia y el desempeño frente aspectos ambientales y sociales.

En 2014, se triplicó la emisión de bonos verdes respecto al año anterior cuyo mercado ya alcanza los US$36.000 millones. Los objetivos parecen difíciles de alcanzar, pero es el cambio climático es un tema que ya afecta a cerca de la mitad de las empresas en América Latina.

Trabajar en la búsqueda del financiamiento es solo la primera parte, generar una cultura universal de cuidado ambiental es el objetivo.