FARC también quiere puesto en el BanRepública

Una de las cosas que se destaca del Banco de la República es la independencia para tomar las decisiones económicas sin tener en cuenta las presiones políticas del Gobierno.

Esa ha sido la premisa desde hace 22 años y para mantenerla el Gobierno se ha dedicado a escoger de manera cautelosa y responsable, no a dedo y mucho menos democráticamente, a los miembros de la autoridad monetaria.

Sin embargo, lo anterior ha sido pasado por alto por los miembros de las FARC que la semana pasada, plantearon la necesidad de la “participación social y popular” en la definición de la política económica del país, y pidió espacio en la Junta Directiva del Banco de la República.

De acuerdo con Freddy Castro, subdirector financiero de Fasecolda, la iniciativa y el lugar donde se plantea, hace recordar la época en que el ‘Che’ Guevara fue presidente del Banco Central de Cuba y “deja de manifiesto el anacronismo de las propuestas de la organización guerrillera, que olvida que uno de los mayores activos con los que cuenta el país desde la Constitución del 91, es la independencia de la Junta del Banco Central”.

“La experiencia le ha mostrado al país que ningún sector de la economía debe tener representación en las decisiones del Emisor”, agrega.

Castro argumenta que en caso de que algún sector de Colombia llegara a sentarse en las sillas de la Junta del Emisor se pondría en riesgo las funciones de la moneda, la cual es un bien público que presta servicios de naturaleza colectiva.

Ahora bien, ¿Qué implicaría la “participación social y popular”? ¿Es mejor y, por ende, más “social” nombrar a un representante elegido popularmente - posiblemente sin la formación técnica adecuada - para que tome decisiones que afectan a la sociedad? ¿O será necesario que el Banco adelante referendos antes de tomar medidas impopulares para estar en sintonía con el pueblo?

Explica que el hecho de promover la “participación social” o cualquier otra participación que no sea técnica o independiente, podría llevar al país a escenarios ya superados en el pasado, como la que llevó la inflación a niveles cercanos al 40% en los años 70.

También recordó otro escenario superado, el de la Resolución 33 de 1984 de la Junta Monetaria: ésta en un ambiente de devaluación del peso, activó una línea de crédito para que empresas endeudadas en dólares pudieran refinanciar estos pasivos, tal como en su momento lo hicieron Avianca, Coltejer, Fabricato, Paz del Río e Inversiones Samper.

El subdirector financiero de Fsecolda considera que un espacio para las FARC podría conllevar a que una institución que ya funciona bien y que es reconocida internacionalmente por este hecho, se termine, como Venezuela y Argentina, donde el control de la inflación se le salió de las manos a la autoridad monetaria.

Con lo que sí está de acuerdo es en la posibilidad de llevar a cabo reformas a la estructura del Emisor, debido a que en Colombia ya existe la reelección, “por esta vía existiría un riesgo latente de que en el futuro una serie de hechos desafortunados nos lleve a perder este importante activo: la independencia del Banco Central”.