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ANÁLISIS

¿Es usted quien dice ser?

El reto de la tecnología es aumentar la seguridad para que se sigan haciendo transacciones con confianza. Este tipo de innovaciones potencian los canales digitales, la banca móvil y dan mayor confianza al manejo de datos personales en los mismos.

14 de noviembre de 2017

A Daniel Cuéllar, alto ejecutivo de una compañía de tecnología, le llamaron de un concesionario de carros para avisarle que su crédito para el nuevo vehículo estaba aprobado y que podía acercarse al día siguiente para continuar con el trámite de la compra.

Sin embargo, Daniel no había solicitado ningún crédito ni quería comprar un carro nuevo. Un delincuente le había robado su cédula de identidad y tramitado un crédito a su nombre para adquirir el automóvil, haciendo responsable del pago del crédito a Daniel.

Es una historia frecuente, y la razón es que la delincuencia cuenta cada vez más con mejor tecnología, y puede sobreponerse a robustos sistemas de autenticación. El delincuente puso su propia foto en la cédula de Daniel y con ella hizo todos los trámites. La pregunta que surge es, si existen otros mecanismos para verificar y asegurar que quien porta una cédula dice ser quien es y no otra persona. La respuesta es afirmativa.

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A medida que la delincuencia avanza, la tecnología para la protección de la identidad también, y desde hace un tiempo en el mundo de la seguridad digital se está utilizando el análisis de datos biométricos de las personas, con el fin de confirmar su identidad. Por eso no es extraño que nos pidan pasar la huella, tomarnos una selfie e incluso someternos a un escaneo de los ojos para generar una protección más sólida de los datos personales.

Y para incrementar aún más dicha seguridad, ahora también es posible identificarnos a través de nuestros hábitos particulares en internet, como por ejemplo, el peso exacto y la velocidad del dedo a la hora de poner la huella en el smartphone, el tiempo promedio con el que oprimimos las teclas del computador, los hábitos de navegación, el horario, y el computador que usualmente utilizamos. Cuando algo en estos comportamientos cambia, se genera una duda y es posible pedir una mayor verificación a través de formas tradicionales como identificación por medio del rostro con una fotografía, huella digital y el uso de claves.

Por lo tanto, el reto de la tecnología es aumentar la seguridad para que  se sigan haciendo transacciones con confianza. Este tipo de innovaciones potencian los canales digitales, la banca móvil y dan mayor confianza al manejo de datos personales en los mismos.

El último reporte de Economía Móvil 2017 de la GSMA, una sociedad que representa los intereses de varias empresas de telefonía móvil a nivel global, dice que para el año de 2020 habrá 5,7 billones de celulares inteligentes en uso. Una cifra que pone de manifiesto la importancia de implementar medidas de seguridad informática más prácticas y eficientes. 

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Por: Gustavo Paissan, Marketing and Business Development Andean Pact, de Gemalto Colombia