Roberto Steiner, director ejecutivo de Fedesarrollo.

Política Monetaria

¿El fin de "la luna de miel" para la política monetaria?

Cuando la Junta Directiva del Banco de la República sienta que está comprometiendo la credibilidad de la meta de inflación, no es exagerado afirmar que podría enfrentar un dilema que afectaría su postura monetaria expansiva, opina Fedesarrollo.

10 de febrero de 2011

En su última publicación de Tendencia Económica, Fedesarrollo, desarrolla el dilema al que deberá enfrentarse la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) en cuanto a su tasa de interés de intervención y política monetaria expansiva. “Es evidente que los acontecimientos recientes están conduciendo a una situación en la que, no obstante mantenerse negativa la brecha del producto, el banco central se podría ver obligado a anticipar el inicio del retiro del impulso monetario”.

En el documento se destaca que la economía muestra signos de desaceleración y que el desempleo bordea el 12%. El ritmo de crecimiento de la economía en la primera mitad de 2010, de 4,3%, se redujo considerablemente en el tercero, en el que registró una expansión anual de 3,6%.

Para el cuarto trimestre de 2010, Fedesarrollo proyecta una tasa de crecimiento de 3%, pues los indicadores líderes para el último trimestre de 2010 aportan señales encontradas, con un sesgo a evidenciar nuevamente una tasa de crecimiento relativamente baja.

Estos resultados, harían pensar que al Banco de la República deberá mantener sus tasas de interés en niveles bajos. Sin embargo, en razón a factores asociados con la ola invernal, se dio un importante aumento tanto en el precio de los alimentos, como en las expectativas de inflación.

Por lo tanto, afirma el informe “en tanto la JDBR perciba que se está comprometiendo la credibilidad de la meta de inflación, pronto sería necesario adoptar una política monetaria más contraccionista. No es exagerado afirmar que a la autoridad monetaria se le podría estar acabando la “luna de miel” sin mayores dilemas en torno a la postura que debe tener la política monetaria”.

El regular comportamiento del crecimiento económico del tercer trimestre de 2010, se explica en gran medida por una caída drástica en el crecimiento de la inversión, la cual se expandió 6,8% en el tercer trimestre, luego de haberlo hecho 20,4% en el segundo.

También se destaca la reducción en el crecimiento del consumo público, de 5,8% en el segundo trimestre a 3,3% en el tercero, por el retraso en las obras y el cambio de Gobierno.

Todas las variables tienen apuntan a que los precios tendrán presiones inevitables, los datos de inflación de los dos últimos meses, el aumento en los precios internacionales de los alimentos, que llevaría a afectar la inflación local debido a que la canasta básica con la que el Dane calcula el IPC incluye alimentos importados tales como harinas y grasas.

Por otro lado, el aumento de los precios los combustibles y la energía eléctrica presentado en enero, se asocia con la evolución del precio del petróleo, que se incrementó 12,1% en 2010. Además, el aumento del salario mínimo por encima de la inflación podría generar presiones inflacionarias.

El pronóstico de inflación de Fedesarrollo al final de 2011 está en 3,8% y que el Banco de la Rpública empiece a aumentar la tasa de intervención en febrero y que esta se ubique a finalizar el año entre 4,5% y 5%.

El informe finaliza con dos comentarios, que dejan abiertos importantes debates económicos en el país. “Pareciera que el ciclo contraccionista, que en varios países de la región comenzó cuando las economías mostraban altas tasas de crecimiento y evidentes signos de recalentamiento, en Colombia se iniciará cuando la actividad económica apenas despega. Ello no hace más que evidenciar que el crecimiento potencial de la economía colombiana escasamente supera el 4%, cifra bien inferior a la de otras economías emergentes”.