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Impuestos

¿Cómo mejorar la figura del impuesto 4x1.000?

El gravamen a los movimientos financieros ha recibido muchas críticas, es uno de los impuestos más eficientes por su alto recaudo y el bajo costo del mismo, lo que lo hace de difícil reemplazo. Podría mantenerse como mecanismo de control con una tarifa significativamente inferior y permitir su deducción sobre la renta.

15 de julio de 2015

Dos expertos en materia tributaria y legislativa, Javier Hoyos Arboleda y Silvia Reyes Cepeda, asesores de la firma Gestión Legislativa y Gobierno, opinan que pese a que se ha señalado que el 4x1.000 distorsiona las transacciones financieras y dificulta la bancarización, su recaudo ha aumentado año tras año a pesar de la presencia del impuesto.

Sin embargo, deben tenerse en cuenta aquellos casos en que el gravamen a los movimientos financieros (GMF) más retenciones en la fuente que operan sobre pagos electrónicos, desestimulan este tipo de transacciones, en razón a que se aplica sobre el valor total de la transacción y no sobre el margen que obtiene quien hace el pago.

Con o sin presencia de este impuesto, la mayoría de las actividades informales seguirán haciendo sus transacciones en efectivo.

En la práctica, el pago del impuesto al patrimonio o de las transacciones financieras salen de la renta. Además, cuando se pagan los impuestos, también se cobra el gravamen a los movimientos financieros sobre dichos pagos, constituyéndose en un impuesto sobre otro impuesto. Es decir, los contribuyentes que colaboran con la gestión de la DIAN mediante retenciones, se ven castigados con este impuesto cuando se lo entregan al Estado. De mantenerse este impuesto con alguna tarifa, debe excluirse el pago de impuestos.

Lo más preocupante del GMF es que recarga más a los mismos contribuyentes.