Precio del café ha dejado de ser amortiguador de los bajos volúmenes de producción. | Foto: Archivo Semana

Agroindustria

Cuatro años de grave "postración" cafetera

Así lo plantea Anif en su más reciente informe en el que destaca que en realidad el sector cafetero atraviesa por graves problemáticas de carácter estructural, afectando tanto su arista productiva como la institucional.

26 de noviembre de 2012

La caficultora colombiana cerraría el año 2012 con una producción en el rango 8.5 millones de sacos y nueve millones de saco, de acuerdo con estimaciones de la Federación Nacional de Cafetero.

Para la Asociación Nacional de Instituciones Financieras los problemas del sector en Colombia van más allá del exceso de lluvias en las regiones cafeteras, ataques de roya por los altos niveles de humedad y esquemas de renovación.

“Va quedando claro que en realidad el sector cafetero atraviesa por graves problemáticas de carácter estructural, afectando tanto su arista productiva como la institucional”, dice el informe.

Asegura que el panorama es más desalentador que en 2009 debido a la caída internacional de los precios .

La cotización internacional del café en Nueva York ha pasado de niveles de US$3/libra en mayo de 2011 a sólo US$1.6-1.8/libra en los últimos meses de 2012.

Esto se ha reflejado en un precio interno de la carga que se ha reducido de $1 millón a sólo $520.000-$600.000 durante dicho lapso.

Anif considera que la recuperación de la caficultura requiere repensar la institucionalidad cafetera, inclinándose más por un modelo de libre mercado. Para ello, acelerar la ejecución del programa de cafés con valor agregado sería una buena alternativa.

En los mercados internacionales, estos son bien valorados y un mercado desregulado inclinaría las fuerzas productivas en dicha dirección.

A su vez, el Estado colombiano requiere sembrar el actual auge minero-energético bajo la forma de proveer los bienes públicos necesarios para que las regiones cafeteras puedan competir a nivel global.

De no obrarse con celeridad, el desempleo de la zona cafetera central (ahora promediando un 15%) se deterioraría aún más y la tensión social crecería, al igual que en la zona suroccidental de Colombia.