Maryori Vivas, columnista. | Foto: Maryori Vivas

Opinión

Cuando 1+1=1

La mayoría de las veces la cultura corporativa no es incluida como parte de una negociación de compra o venta de empresas y por eso hay choques culturales serios. El caso de Aires. La opinión de Maryori Vivas.

Maryori Vivas
30 de octubre de 2010

La globalización trae consigo cambios, desafíos y hechos. Algunas veces podemos manejarlos, otras veces simplemente debemos enfrentarlos o aceptarlos. Lo peor es lo último, cuando no se tiene la opción de decidir u opinar, la realidad cambia y ya. Este es el caso de los empleados en compañías en procesos de fusiones y adquisiciones. Solamente la Alta Dirección pueden proponer y ser parte del la negociación final. Sin embargo, en el medio aún cuando las organizaciones no se detienen, algo dentro de ellas comienza a cambiar. La incertidumbre sobre el futuro genera estrés, ansiedad y una gran inquietud: ¿Qué pasará conmigo, mi cargo, mi trabajo?

 

La mayoría de las veces la cultura corporativa no es incluida como parte de la negociación. Más aún, no es considerada del todo y tácitamente se entiende que eso se puede solucionar luego o en el camino. ¡Qué gran error! Cuando dos o más organizaciones se fusionan es crucial superar las barreras culturales y transformarlas en áreas de sinergia. Este es un desafío mayor y no puede ser llevado a cabo a menos que cada una de las organizaciones aprenda a entender y respetar la cultura del otro. Sin embargo, este proceso es muy complejo y a veces hasta imposible de completar sin ayuda externa ya que las partes están emocionalmente involucradas en sus respectivas culturas. La integración intercultural se convierte frecuentemente en el choque de las culturas nacionales, regionales o de carácter organizacional.

 

Como resultado de lo anterior, los buenos empleados pueden irse, los clientes pueden buscar nuevas alternativas, la productividad decrece en el proceso de ajuste y las fricciones internas aumentan. Por lo tanto, es necesario hacer una planeación adecuada antes de la fusión o adquisición, buscar ayuda externa para facilitar el proceso de manera que la empresa pueda estar enfocada en el negocio y ser proactiva en el manejo del riesgo.

Las últimas noticias nos muestran grandes cambios en la aviación continental: la fusión LAN – TAM una empresa chilena con una brasilera, y ahora la adquisición de Aires una aerolínea colombiana. Por otro lado Aerorepublica (Colombia) es ahora oficialmente Copa Airlines Colombia, y tan sólo un tiempo atrás Avianca (Colombia) se fusionó con Ocean Air (Brasil) ahora Avianca Brasil.

No hay duda de sus capacidades técnicas, todos tienen una excelente flota y personal calificado, recursos competitivos. Pero ¿qué pasa ahora que la suma de 1+1 debe ser igual a 1? Gran desafío será indefectiblemente el lograr que este resultado sea posible en todos los casos. Suena simple pero no lo es, si los choques culturales no son evitados o bien manejados las nuevas compañías traerán una cultura corporativa débil y la sinergia será tan sólo el mejor de los sueños que tuvieron los accionistas cuando optaron por fusiones o adquisiciones.

Solamente el tiempo nos dirá quien jugó el mejor partido, y efectivamente pudo encontrar la respuesta para obtener el resultado esperado de “1”. El riesgo es que la competencia ha comenzado con un alto estándar de requerimientos en calidad del servicio y satisfacción de los clientes. “Si usted no cuida de su cliente, alguien más lo hará”, dice un sabio proverbio. La fidelidad en nuestros días es a la propia satisfacción, no a una marca o a una tarjeta de beneficios. El juego ha comenzado y solamente los mejores entrenadores llevarán a sus equipos a la victoria.
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