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CALIFICADORAS

¿Por qué Standard & Poor’s nos mantiene al borde de un ataque de nervios?

Mientras que las otras dos calificadoras internacionales, Fitch y Moody’s, mantienen al país un escalón más arriba del límite entre el grado de inversión y el grado especulativo, la otra calificadora ha sostenido a Colombia en el límite de la mala nota. ¿Por qué?

24 de mayo de 2019

A finales de 2018 Standard & Poor’s, ratificó su calificación de Colombia en BBB- con perspectiva estable. Lo sorprendente es que los argumentos para mantener la perspectiva en ese nivel -lo que significa que muy difícilmente va a subir la nota de la deuda soberana nacional, a menos que haya cambios estructurales en la situación de la economía y las finanzas públicas- son muy parecidos a los de las otras calificadoras que tomaron decisiones distintas en materia de “outlook” o perspectiva.

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Según Standard & Poor’s, tomó la decisión de ratificar el nivel de nota y su perspectiva, porque prevé que el Gobierno y el Congreso colombianos van a realizar las acciones necesarias para enfrentar los desbalances internos y externos que enfrentaba la economía.

“Podríamos degradar a Colombia -dijo la agencia en diciembre de 2018- en los próximos uno o dos años si nuestras proyectadas mejorías en su perfil externo, particularmente su apretado balance de deuda externa neta se estanca o da marcha atrás, o en el evento de un deterioro en el acceso a los mercados externos de financiamiento”.

Sin lugar a dudas, la principal preocupación es sobre el cumplimiento de las metas fiscales, en especial, con las relacionadas a la regla fiscal.

“Mientras nuestras proyecciones fiscales no adquieran adherencia con los objetivos de déficit fijados por la regla fiscal, un deslizamiento en la ejecución de la política fiscal o retraso percibido en el prudente manejo fiscal por la administración o el Congreso, podría poner presión sobre las calificaciones”.

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Sin lugar a dudas, las calificadoras jugarán un rol clave en el acontecer económico este año.

Fitch y Moody’s ya hicieron sus apuestas y aunque tienen divergencias en sus perspectivas, todavía mantienen a Colombia lejos del grado especulativo, que es una calificación que encarecería considerablemente el endeudamiento para el Gobierno y los empresarios colombianos.

Standard & Poor’s, por su parte, tiene al país al borde del grado especulativo, lo que significaría un duro golpe. En cualquier caso, todos están pendientes de que el país mantenga su disciplina fiscal, reduzca su desbalance externo y logre consolidar niveles de crecimiento cercanos a su PIB potencial. Esa es la crónica económica que deberá contarse sobre este año si no queremos que haya una crisis más aguda en las próximas vigencias.