María Ruess es una de las hispanas más influyentes en el mundo de la tecnología. | Foto: Cortesía

Perfil

Bendecida por Obama

Una profeta en tierra ajena. María Ruess es una ingeniera caleña que sobresale entre los latinos que viven en EE.UU. y es la primera hispana que alcanza una vicepresidencia en una multinacional de seguridad y defensa.

28 de mayo de 2012

Pese a destacarse por sus conocimientos en ciencias, tecnología y matemáticas, María Rengifo no llegó a Estados Unidos para trabajar en una universidad, ni en una empresa. Su motivación fue mucho menos material y más del corazón. Estaba ennoviada con un estadounidense que conoció en Colombia mientras se preparaba para presentar un examen internacional. Con él se casó, tuvo dos hijos y, por supuesto, pasó a ser la señora Ruess.

Hace 25 años, tras haberse graduado como ingeniera industrial de la Universidad Javeriana, esta caleña arrancó su sueño americano como profesora de español y de física en colegios de Los Ángeles. Cambió de ciudad y también de trabajo, al tiempo que empezó una carrera por varias firmas de telecomunicaciones, que un cuarto de siglo después la llevó a recibir una inesperada llamada de la Casa Blanca. En ella le informaban que el presidente Barak Obama la había nominado para formar parte de la Junta Directiva de la Fundación Barry Goldwater, la cual promueve la excelencia en la educación en ciencias, matemáticas e ingeniería, becando a los mejores estudiantes de Estados Unidos.

“No supe cómo llegaron a mí, ni quién me recomendó, pero obviamente me sentí muy halagada de haber sido nominada para entrar a dicha junta directiva”, dice María, quien debió ser avalada por el Senado estadounidense, en un proceso que tomó un año, para asumir este nuevo rol, que comparte junto con su cargo como la vicepresidenta de negocios internacionales de la multinacional Lockheed Martin, la contratista militar más grande del mundo por volumen de ingresos.

Esta firma se dedica a temas de seguridad y defensa y por eso María, quien hizo su maestría en Finanzas en la Universidad de George Washington, es experta en submarinos, aeroestatos y trenes.

“Me especialicé en finanzas porque considero que ese el lenguaje del mundo de los negocios y aunque comencé en el área de comunicaciones, que era donde tenía experiencia, poco a poco fui conociendo los distintos negocios de la empresa, trabajando diferentes disciplinas, hasta llegar a la vicepresidencia en 2009”, cuenta.

Al asumir ese cargo, 150 de los 123.000 empleados de Lockheed Martin, quedaron bajo el mando directo de María, quien se convirtió en la primera hispana en alcanzar un cargo tan alto en la multinacional, donde además debe supervisar un portafolio de US$ 1.500 millones.

En un avión

A sus 49 años se la pasa recorriendo el mundo para reunirse con los representantes de los ministerios de defensa y pactar negocios (Colombia también está en el itinerario). El tiempo además le alcanza para promover su pasión: ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (Stem por su sigla en inglés). Es mentora de estudiantes a través de organizaciones como el Fondo Hispanic College y el Insituto Congressional Hispanic Caucus.

Es miembro de una ONG llamada Great Minds in STEM, que se dedica a promover la educación en esta área y el año pasado fue elegida como una de las hispanas más influyentes en el mundo de la tecnología. Además trabaja con las organizaciones Colombia Progresa y United for Colombia.

Esta vida paralela dedicada a la educación explicaría la llamada de la Casa Blanca y la posterior ratificación del Senado para que María entrara a ser parte de la Fundación Barry Goldwater, que lleva el nombre de un ex senador y candidato presidencial estadounidense y que es considerada como la más prestigiosa entre los estudiantes de Stem. No en vano, las universidades solo pueden nominar a cuatro estudiantes, dado que el cupo anual de becas es para 30. Princenton y Harvard son las que tienen más becados.

María está convencida de que la educación en ciencias y matemáticas es la que fomenta la competitividad y por eso planea seguir dedicándole tiempo, más ahora que sus hijos están grandes. Ojalá gran parte de ese conocimiento llegué al país.