La banca hoy en día está muy lejos de ser el pilar de la sociedad que alguna vez fue. | Foto: Wikipedia

Sistema Financiero

¿Pueden ser éticos los bancos y entidades financieras?

Es una pregunta que se ha venido repitiendo después de la crisis de 2007 y los escándalos financieros que le siguieron en una industria que es considerada uno de los pilares económicos de la sociedad.

22 de junio de 2015

Así los amemos u odiemos, los bancos son esenciales para el funcionamiento de la economía moderna... ¿o será que no?

Los bancos permiten que las actividades comerciales y gubernamentales sucedan.

Emplean a miles de personas y pagan millones de dólares de impuestos, lo que ayuda a financiar servicios públicos necesarios. Entonces, ¿por qué a menudo no son considerados como una fuerza en pro del bien de la sociedad?

La banca básica funciona de una manera muy sencilla. Los bancos otorgan y contraen préstamos, pero la tasa de interés que reciben cuando prestan es más alta que la que pagan cuando son ellos los que toman prestado.

Pero incluso eso plantea interrogantes: hay quienes creen que su actividad debía ser un servicio, no un negocio que hace dinero del dinero.

Y hay más. Los bancos pueden tomar riesgos más grandes que, por ejemplo, prestar dinero para la compra de casas o autos, en pos de ganancias. Debido a ello pueden perder plata... mucha plata.

Recientemente la confianza del público en los bancos ha tambaleado, particularmente tras la enorme crisis financiera internacional de 2007 y 2008.

En Reino Unido, por ejemplo, la liquidez de los bancos -su habilidad de tener suficiente dinero entrando para pagar por sus necesidades a corto plazo- se vio bajo presión pues, en busca de réditos más altos, invirtieron en planes que no se concretaron.

El gobierno tuvo que inyectarle fondos a varios de los bancos más conocidos de este centro financiero, pero el problema se agravó pues el gobierno mismo ya tenía muchas deudas y tuvo que endeudarse aún más para ayudar a los bancos.

Esta cadena de eventos hizo que se adoptaran medidas de austeridad que se mantienen todavía y muchos culpan a los bancos por causar la crisis.

Varios otros países hicieron lo mismo que Reino Unido pero...¿Deberían haber dejado que cayera la banca?

Hay quienes argumentan que sí: Islandia lo hizo cuando su sistema bancario colapsó en 2008.

Sin embargo, otros temían que la caída de importantes bancos arrastrara consigo a miles de negocios y familias que dependían de ellos para no quedarse sin fondos.

El caso es que la banca hoy en día está muy lejos de ser el pilar de la sociedad que alguna vez fue.

Y es que no se trató sólo de la crisis: una serie de escándalos han seguido erosionando más y más la credibilidad de esta industria.

No sólo le prestaron a gente que no estaba en capacidad de pagar, sino que algunos hasta manipularon ilegalmente los mercados financieros para sacarles ventaja, por ejemplo, con el maquillaje de las tasas de préstamo interbancario, afectando lo que cuesta tomar un préstamo, o la manipulación de las tasas de cambio.

Además, hay un debate sobre los tipos de compañías en las que invierten los bancos.

¿Le incomodaría que su banco estuviera financiando a un fabricante de armas, una fábrica de cigarrillos o una compañía de juegos de azar?

Al fin y al cabo, los bancos quieren ganancias, así que ¿por qué les va a importar la ética?

Esas inversiones no serían ilegales, pero las cosas no siempre son blanco y negro: lo que es éticamente aceptable para unos no lo es para otros.

Y luego está el tema de la responsabilidad: a pesar de la crisis financiera y los escándalos, los banqueros siguen otorgándose salarios inconcebibles y bonos absurdos.

Esta explosiva mezcla es la que ha llevado a algunos a preguntarse si sería mejor que dejaran de existir.

Un mundo sin bancos

Imaginémonos por un momento cómo sería un mundo sin bancos.

  • No habría acceso inmediato al dinero, por ejemplo, de los cajeros automáticos.
  • Toda clase de transacciones se tornarían más complicadas y sería necesario cargar fajos de dinero en efectivo.
  •  En general, el dinero está más seguro en el banco que debajo del colchón.
  • Como emplean a mucha gente y pagan impuestos, si desaparecieran y no fueran reemplazados la economía sufriría.
  • Se dificultaría el prestar y tomar prestado. Las sociedades de préstamos inmobiliarios podrían ser una opción pues aunque operan de manera similar a un banco le responden a sus miembros, no a accionistas.