Del total de cuentas de ahorro cerca del 50% están inactivas. | Foto: Bloomberg

Ahorro

¿Qué tanto ha funcionado la educación financiera en Colombia?

El gobierno de Colombia en 2009 aprobó un marco normativo para que los consumidores financieros estuvieran protegidos, principalemente mediante la educación financiera. Sin embargo, las cifras no son tan buenas en lo que concierne al ahorro.

13 de junio de 2015

De acuerdo con Leopoldo Romero, presidente del consejo directivo de la Asociación de Fiduciarias, en Colombia hay cerca de 6,5 millones de familias en clase media, aproximadamente 30 millones de personas, en promedio el 64% de la población nacional. Entre 2010 y 2014 el crédito de consumo pasó de $176 millones a $326 millones, es decir, un crecimiento de 84%. Durante este mismo periodo se adquirieron cerca de 5 millones de nuevas tarjetas de crédito, anotando una cifra de 11 millones de tarjetas.

Sin embargo, el ahorro tan solo creció 2%. Al mismo tiempo, del total de cuentas de ahorro cerca del 50% están inactivas, lo que sugiere que las personas abren estas cuentas para algun pago en especifico y no vuelven a hacer uso de estas.

Por el contrario, el uso de mecanismos no tradicionales creció, por ejemplo, las personas que ahorran en alcancias crecieron 10%, las que lo hicieron en cadenas 10%, entre otros.




Todo esto sugiere que aunque las personas cuentan con mayores ingresos, y estos son los suficientes como para generar ahorro, pero sus preferencias aún no se inclinan a ahorrar más y si lo hacen no lo depositan en una entidad bancaria o financiera, entonces la educación financiera no ha dado el impulso que se esperaba.  

¿EN QUÉ ESTA FALLANDO?

De acuerdo con los diferentes panelistas que debatieron en el Congreso de Asofiduciaria de 2015, existen tres grandes problemáticas:

  • La educación financiera que se está implementando no influencia a las personas del común para que ahorren y mucho menos para que se involucren en el mercado financiero. De acuerdo con Leopoldo Romero, "nos falta aún más como país, generar una conciencia (a través de políticas públicas) que incentiven de verdad el ahorro. La realidad lo evidencia, a pesar del mayor ingreso que se está generando para la clase media, el ahorro no se está satisfaciendo, por lo que hay que empujar más y el factor que podría ayudar es darle una nueva dirección a la educación financiera".

  • Hace falta un enlace entre los agentes y el sistema: las personas no tienen confianza ni credibilidad en el sistema financiero, usualmente cuando piensan en ahorrar en una institución bancaria o financiera, se piensa en los diferentes costos (retiro, uso de tarjeta, impuestos) y al mismo tiempo se recuerdan los eventos lamentables que ha tenido el país, por lo que consideran que los van a “tumbar”. Por lo tanto, volver a retomar esa confianza es necesario para una mejora en la dinámica del ahorro tradicional y la inversión.

  • Ana Fernanda Maiguashca, recalcó la importancia de que el portafolio de productos que ofrecen los fondos de inversión evolucionen y ofrezcan artículos adecuados a las necesidades de los usuarios y no basados en lo que quieren que compren las personas. Al mismo tiempo, consideran que al momento de explicarle el funcionamiento del fondo se haga de la manera más sencilla pero que no se le oculte información al cliente.