Según Unicef, 11% de las niñas del mundo contraen matrimonio antes de cumplir los 15 años y 34% antes de los 18.

Economía

Es verdad, matrimonio infantil en América Latina

Algo que culturalmente no solo es común y aceptado en Asia y África ha pasado de ser percibido en América Latina y el Caribe. Colombia no es la excepción.

31 de julio de 2015

Hasta hace relativamente poco tiempo, el embarazo adolescente era el principal problema que tenía en jaque a la sociedad latinoamericana por los altos índices que mostraba (29% en 2014). Sin embargo, una problemática ha sido catalogada tanto como “causa y consecuencia” del embarazo en menores de 20 años y ha replanteado la forma en cómo se aborda esta nueva situación.

Lo más alarmante del embarazo adolescente es el hecho de que a pesar de ser tan poco conocido está prácticamente establecido no solo en gran parte de la región, si no, de manera muy amplia. El promedio para la región de matrimonio infantil medido como porcentaje de mujeres entre 20 y 24 años que tuvieron una relación matrimonial o de unión libre cuando tenían 15 y 18 años es de 7% y 29% respectivamente, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Según Unicef, 11% de las niñas del mundo contraen matrimonio antes de cumplir los 15 años y 34% antes de los 18.



Fuente UNICEF - Cálculos Dinero

Pero, ¿Por qué los menores se casan tan pronto? ¿Cuáles son las razones y las consecuencias de estas uniones? Promundo ha llevado a cabo una investigación que explora las actitudes y prácticas que rodean a los matrimonios infantiles y adolescentes en Pará y Maranhão, dos estados de Brasil, el país que mayor número absoluto de menores en la región e estado de unión con cerca de 88.000.

¿Por qué se casan los menores?

El informe, resalta varios factores que mantienen con vida la práctica del matrimonio infantil. Entre estos se incluye el deseo de controlar la sexualidad de las niñas por parte de las familias y dar una respuesta oportuna a los embarazos prematuros, principalmente para proteger la reputación de la familia, así como garantizar el apoyo financiero del padre a la joven y el bebé.

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), muchas menores, "por falta de oportunidades, restricciones para elaborar proyectos personales y patrones culturales", ven en la maternidad una forma de superación de la pobreza.

“El embarazo en la adolescencia es una circunstancia que quita la oportunidad de desarrollo, de crecimiento, de completar la educación, de tener mejores oportunidades para el trabajo y mejores condiciones de vida, tanto de la madre como de sus hijos”, advirtió Mariluz Mejía Gómez, asesora en Salud Sexual y Reproductiva del Fondo de Población de la ONU.

Las consecuencias, según el informe, del matrimonio infantil son muy variadas y, al mismo tiempo, perjudiciales tanto para el desarrollo personal de los menores como el desarrollo social de su entorno. Por un lado, los implicados en un matrimonio precoz tienen una probabilidad mucho mayor de tener un embarazo y además con problemas de salud neonatales y materno-infantiles.

Por otro lado, los matrimonios infantiles presentan mayores grados de retraso escolar, las niñas, sufren amplias limitaciones sociales y de movilidad. Inclusive, son expuestas a violencia de género debido en su mayoría los esposos de mayor edad.

El matrimonio, una vía de escape

La investigación sin embargo, arrojo un resultado que contrasta fuertemente las anteriores causas. Los matrimonios infantiles en la región pueden a veces verse como expresiones de empoderamiento de las jóvenes. Esto se da principalmente en contextos de bajas oportunidades de recursos y empleo.

Algunas chicas desean abandonar sus hogares de origen cuando experimentan violencia y abuso infantil. Ante la impotencia para poder tomar acción alguna, y cuando se les presenta un hombre mayor con recursos ven la posibilidad para abandonar su hogar.