La dinámica de los TLC dependerá de reformas estructurales principalmente en energía, transporte y tema laboral.

Comercio

Sobrecostos dificultarán los TLC

La reducción de las altas tarifas en materia energética, transporte de carga y mercado laboral van a paso lento y pondrán en dificultades al país para afrontar los acuerdos comerciales.

20 de abril de 2014

Los tratados de libre comercio que ha suscrito Colombia en los últimos años son una realidad y las herramientas y mecanismo en el país para su implementación no están claros.

El primer TLC fue con Estados Unidos y una de las tareas se concentró en la reducción de los sobrecostos de varios sectores.

Luego se firmaron nuevos acuerdos los cuales también vieron la necesidad de tomar medidas que garantizaran el cumplimiento de los puntos básicos en materia de comercio exterior.

Pero a la fecha el proceso ha sido paulatino y la disminución de los sobrecostos prácticamente no se ha dado poniendo en dificultades a los exportadores e importadores que siguen teniendo problemas para la venta y compra de sus productos.

Sobre el tema la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, Anif hace una radiografía sobre los inconvenientes que ha traído este frente.

Para la agremiación ya se nos han venido encima los TLC, los cuales ya cubren cerca del 75% del comercio internacional, y los avances en la reducción de los sobrecostos que exhibe Colombia en materia energética, de transporte (especialmente de carga terrestre) y laboral han ido mucho más lento de los imaginado.

En efecto, si bien recientemente el Gobierno logró reducciones en las tarifas de la energía eléctrica y del gas natural, los empresarios del país continúan enfrentando altos costos de transporte, superando significativamente el promedio de la región latinoamericana, y elevados sobrecostos no salariales del orden de 50 puntos porcentuales (aun después de la reciente reducción de 13.5 puntos).

Energía

Anif había reportado que la tarifa cobrada a los industriales en Colombia se había reducido a cerca de los 7.8 centavos-dólar/Kwh, tras la aplicación de la Ley 1430 de 2010.

Ese valor resultaba similar a los costos que enfrentaban los industriales de Brasil o México. Sin embargo, esa nueva tarifa de energía todavía superaba en un 15% la cobrada en Estados Unidos y en un 66% la observada en Perú.

El Gobierno había dado la buena noticia de entrar a complementar la disminución en el costo de la energía eléctrica con un abaratamiento en los costos del gas.

En efecto, el Pipe, Plan de Estímulo para la Productividad y el Empleo, instituyó una reducción del 8.9% en el costo del gas natural, la cual entró a ser reforzada por una mejor regulación en su cadena de comercialización (Resolución CREG 089 de 2013).

El resultado inmediato ha sido una reducción en el precio del gas natural pactado para los próximos años (de 1 a 5 años).

Así, el precio promedio del hidrocarburo se ubicó en US$3.8/MMBtu recientemente, el cual es inferior a los US$5.9/MMBtu que se cobraban en La Guajira (principal zona productora) en julio de 2013. Gracias a ello, ahora el precio del gas en Colombia resulta similar al observado en Estados Unidos.

Transporte

La Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI) ha venido enfatizando que no basta con acelerar la dotación de “dobles calzadas”, sino que se requiere que éstas sean trazadas por los corredores más vitales por donde debe cruzar la carga del país.

Igualmente que las pendientes, viaductos y puentes permitan que dicho transporte ocurra con mayor productividad (es decir, en menos tiempo y a menor costo por unidad transportada).

Anif ha estimado que, infortunadamente, dichos costos de transporte no se han reducido, sino que por el contrario han continuado encareciéndose.

Por ejemplo, el costo promedio por contendor de carga (derivado del promedio entre el costo de exportación y el costo de importación) pasó de US$1.759 en 2006 a US$2.413 en 2013, un impresionante incremento del 37% en siete años, equivalente a incrementos del 5.4% anual (el doble de la inflación anual).

Todavía peor, si se contabiliza lo ocurrido durante la Administración Santos (2010-2013) se observa un incremento (en dólares) a razón del 18% anual.

Esta tendencia en el valor de fletes va en contravía de lo observado en la propia América Latina, para no mencionar el caso de Asia.

En efecto, el valor promedio de fletes en la región fue de US$1.310 durante 2006-2013, mientras que en Colombia ascendió a los US$1.983, manteniéndose una brecha promedio cercana al 50% (en dólares). Dicha brecha en contra del país supera el 100% cuando se le compara con Chile (US$764) o Perú (US$822).

Laboral

En materia tributaria-laboral se han introducido importantes cambios, donde cabe resaltar la mini reforma tributaria de 2010 la cual vino a desmontar algunas gabelas tributarias al capital, particularmente la deducción de reinversión en activos fijos.

También el alivio a los sobrecostos a la nómina de introducidos por la Ley 1607 de 2012 referente a los aportes al Sena y al Bienestar Familiar buscando incentivar el uso de la mano de obra formal.

Además las rebajas arancelarias de 2011 – 2012 abaratando nuevamente el uso de capital y el reciente encarecimiento de la mano de obra por cuenta de los mayores costos de los pasantes – Sena.

La buena noticia es que se tienen señales claras de reducción del desempleo (promediando 9.6% durante 2013) y algunas ganancias marginales en materia de formalización laboral (+1 punto porcentual en la relación Cotizantes PILA/PEA, promediando 34.5% en 2013).

El análisis más reciente de Anif indica que se han logrado ganancias marginales en el precio relativo Capital/Trabajo.

Detrás de dicho resultado se encuentran: a) el abaratamiento del capital a través de las rebajas arancelarias unilaterales (acelerando cronogramas de los TCLs) del 12.2% al 6.2% durante 2011-2012; y b) los aumentos del SML por encima de lo sugerido por la “fórmula universal” (= inflación + productividad), a razón del 0.4% (en promedio) por año durante 2011-2014.

Así, se observa que la intensidad del uso relativo K/L continuó con su tendencia histórica creciente, favoreciendo más el uso del capital que el del trabajo, incluyendo los sobrecostos laborales de firmas forzadas a reconocer el 100% del SML a los pasantes-Sena.