Mal preparados para los nubarrones que se avecinan

Jamer Franco, lector de Dinero.com, avisa sobre los problemas que sufrirá la economía en 2006 y los retos que suponen para el Gobierno.

16 de enero de 2006

En intervenciones previas a las negociaciones, entre empresarios y representantes de los trabajadores, con el fin de acordar el nuevo salario mínimo, el ministro de Hacienda hizo énfasis en el riesgo de un incremento salarial por encima del que indica el calculo técnico de la inflación esperada más los puntos ganados en productividad; y su principal argumento se basa en que se podría ocasionar un aumento en el empleo informal y desestimular la generación de empleo.

Lo anotado por el ministro, es compartido por técnicos y empresarios, pero lo que dejan de lado es el gran aporte que puede hacer el Gobierno sí asume con decisión y responsabilidad el compromiso de ajustar las finanzas públicas. Luego de la crisis de finales de los noventa la economía en su conjunto tuvo que ajustarse; los empresarios vieron cómo sus negocios decayeron y se encontraron con altas tasas de interés dificultando la financiación para salir de la crisis. El sector bancario sufrió un duro golpe a través de sistema hipotecario y la elevada cartera morosa, los entes territoriales disminuyeron sus inversiones y nivel de endeudamiento y los trabajadores fueron duramente golpeados con la pérdida de puestos de trabajo. Si se trata de sacrificios todos lo hemos hecho, el único que no ha ajustado sus finanzas es el Gobierno central y al parecer el ministro no ha incorporado en sus expectativas este escenario.

No pienso que el gobierno deba generar puestos de trabajo, por la simple razón de emplear a las personas, sin importar la necesidad real o lo productivos que sean estos puestos, además este esquema no es sostenible en el largo plazo y genera muchos mas desequilibrios. Lo que sí se debe tener en cuenta por parte del gobierno es la importancia que tiene para la economía en general que el manejo de las finanzas públicas se haga con responsabilidad.

Desde la mencionada crisis, desatada en 1999 el gobierno central no ha podido reducir su déficit de tasas inferiores al 5.5% del PIB, la deuda publica como porcentaje del PIB aun sigue siendo elevada, se ha visto mejorada por factores externos que muy poco tienen que ver con una gestión responsable del gobierno central, pues el gasto de este nivel de gobierno cada periodo se ve incrementado.

Si bien es válida la preocupación del ministro de no otorgar incrementos en los salarios superiores a los que los modelos y la experiencia recomiendan, no es menos importante el aporte a la estabilidad macroeconómica que puede hacer el gobierno, con unas finanzas equilibradas. Aspiro a que en el próximo periodo de gobierno, en el cual seguramente estará el ministro, si se tomen las medidas definitivas para que el gobierno central logre balancear sus finanzas y recemos para que un cambio en los mercados internacionales nos encuentren preparados porque en el mediano plazo se avizoren nubarrones para nuestra economía. Las preocupaciones vendrán por la disminución de ingresos petroleros, altos vencimientos de deuda, posible incremento de las tasas de interés a nivel mundial trayendo consigo dificultad en la financiación y pagos de la deuda por parte del gobierno.

De darse este escenario, sin que el gobierno se hayan tomado las medidas necesarias, no importara lo mucho o lo poco que se incremente el salario mínimo con seguridad estaremos ante una disminución en la calidad y número de puestos de trabajo que se puedan generar en nuestra economía.

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