La misión del mercado de capitales, diez años después

3 de septiembre de 2007

Hace poco más de 10 años (1996) se conformó la Misión del Mercado de Capitales, la cual tenía como principal propósito el diagnóstico del mercado de capitales colombiano y establecer recomendaciones que contribuyeran con el desarrollo del mismo.

Después de más de una década, resulta oportuno revisar qué ha sucedido con el mercado de capitales en función de las recomendaciones que en su momento realizó dicha Misión y evaluar así su verdadera contribución a la construcción de un país con un mayor grado de desarrollo. Para ello, a continuación se evaluará lo que ha sucedido con las más importantes recomendaciones.

El fortalecimiento patrimonial de las firmas comisionistas es hoy una realidad y si bien puede que para algunos sea necesario consolidarlo aún más, lo cierto del caso es que estos intermediarios hoy cuentan con una mayor capacidad patrimonial producto entre otros, de la fusión de las bolsas y de la creciente competencia que ha originado una serie de fusiones y adquisiciones que si bien han disminuido el número de firmas, las ha dotado de mayor respaldo.

La Misión determinó que uno de los principales aspectos que condicionaban la utilización de instrumentos de renta fija estaba asociado con los altos costos, situación que a la fecha no ha mejorado, pues si bien puede existir disminución en algunos de ellos, estos sólo se logran “atomizar” en emisiones con un alto volumen colocado, las cuales sólo están al alcance de grandes compañías.

No se puede desconocer que la emisión de bonos y papeles comerciales ha apalancado de manera significativa los planes de inversión de un grupo de compañías locales, sin embargo, las medianas empresas no han tenido la posibilidad de llegar a este mercado, lo cual debe continuar siendo un reto que debe mantener la Bolsa de Valores y el mismo ente regulador.

En relación con la deuda pública, los avances son importantes, en la actualidad se cuenta con un mercado maduro, no solo en las colocaciones primarias (mecanismo de market maker), sino también, en el secundario, donde son muy significativos los movimientos de estos títulos producto de la alta liquidez que tienen. Se destacan también cómo otras sugerencias de la Misión se han venido implementando, tales como la utilización por parte del Emisor de los títulos del Gobierno para control monetario, el manejo de tasas flotantes en el mercado con emisiones indexadas al IPC y UVR y la colocación de emisiones en serie a diversos plazos.

Para algunos, el dinamismo de este mercado podría ser explicado sólo por el hecho del alto déficit fiscal que tiene el Gobierno, que hace imperiosa la necesidad de emitir títulos en masa para compensar el alto nivel de egresos, sin embargo, en la práctica factores como la alta liquidez de los inversionistas institucionales, el ingreso de nuevos agentes al mercado, la posición propia de las firmas y la búsqueda de papeles con alta liquidez para los inversionistas son aspectos que han contribuido a profundizar el mercado.

Solo en este aspecto es bueno mencionar que la Misión fue clara en que si bien este mercado es importante, no puede desplazar la inversión privada (crowding out). Esto en la realidad pareciera no notarse ante la alta liquidez de los mercados, pero debe ser muy tenido en cuenta por el Gobierno para evitar que se llegue a presentar un fenómeno de este tipo.

La experiencia internacional ha demostrado en algunos países que cuando el Gobierno inscribe acciones de empresas públicas en bolsa se genera una externalidad positiva para el sector privado. Si bien no existen demasiados ejemplos, los que se han dado han generado un impacto positivo en el ahorro de muchos colombianos del común, tal es el caso de ISA, ETB , ISAGEN y ahora ECOPETROL, que están convirtiendo a personas del común en propietarias de empresas en donde el Gobierno tiene alta participación.

A pesar de que la Misión mencionó el mantener las 3 bolsas independientes, la fusión en el año 2001 de las mismas ha dado como resultado un mercado más maduro no solo desde el punto de vista transaccional, sino también, en la eliminación de los arbitrajes existentes, en la competencia entre las firmas y por qué no pensar, en un mercado bursátil que integre varias bolsas de América Latina.

En general, otros aspectos sugeridos por la Misión, como la exigencia de calificación a los emisores de títulos, la implementación del leasing habitacional, el desarrollo de las titularizaciones y el mercado de forwards (peso dólar), han presentando un nivel de desarrollo en el transcurso de esto años.

Están pendientes por profundizar y definir elementos claros sugeridos por la Misión en el establecimiento de una banda dentro de la cual pueda fluctuar la rentabilidad de los fondos de pensiones y cesantías, en el establecimiento de reglas claras en materia de inversión extranjera de portafolio y en la adopción de un sistema donde coexistan la bolsa de futuros y opciones.

Esperemos pues, que se continúen presentando desarrollos en el mercado de capitales, buscando así que se contribuya con el crecimiento económico que facilite la eliminación de las grandes brechas que presenta nuestro país.

*Juan Diego Ortiz Hoyos
Profesor Universitario, Universidad de Medellín.
Jdoh72@yahoo.com

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