Infraestructura vial y salud fiscal

Otro de nuestros lectores, Jamer Arturo Franco, habla sobre la importancia de consolidar los planes de infraestructura vial.

16 de septiembre de 2005

La salud fiscal y la participación de los gobiernos territoriales se hacen esenciales en el largo plazo para lograr mayores tasas de inversión en infraestructura.



En los últimos días se han publicado una serie de documentos sobre la importancia de la inversión en infraestructura para el desarrollo de los países: la Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI) presentó un informe sobre la infraestructura de transporte en Colombia, el Departamento de Planeación Nacional en su documento "2.019, Visión Colombia II Centenario"  propone generar una infraestructura adecuada para el desarrollo, y el Banco Mundial presentó su informe de Infraestructura en América Latina y el Caribe, "Tendencias recientes y retos principales".



Los estudios citados solo han desarrollado el tema de manera tangencial, omitiendo su importante relación con el crecimiento y la disminución de la desigualdad en el país. Si se analiza el caso de la infraestructura en el sector de carreteras, se estima que un incremento del 1% en stock, esta asociado a un crecimiento de 0,42% del PIB, impactos similares se dan en telefonía y generación de energía.



Son evidentes los beneficios que se generan para la economía de un país al mejorar y ampliar su infraestructura. Por esto no deja de ser preocupante que los países latinoamericanos en los últimos años, disminuyeran en proporción del PIB la inversión en infraestructura: se pasó de invertir el 3,7% en los primeros años de la década de los 80 a 2,2% del PIB para finales de los 90. Colombia no es ajena a esta tendencia regional, nuestra situación se ve aun más preocupante por el desbalance de las cuentas del gobierno nacional, donde se sacrifica el sector de infraestructura a la hora de adelantar los ajustes que permitan cumplir con las metas del déficit fiscal.



El actual panorama de las cuentas nacionales no augura un cambio significativo en los recursos destinados a invertir en infraestructura. La salud fiscal del país sigue amenazada por el lento ajuste pensional, las transferencias a los gobiernos territoriales (que recuperaran su creciente participación en los ingresos corrientes de la nación en el 2.009), la deuda pública se presenta como un alto porcentaje del PIB y el régimen impositivo no ha sufrido cambios estructurales que lo hagan más efectivo y equitativo.



Bajo este escenario, la inversión en infraestructura no llegará en los próximos años a participaciones que oscilen entre el 4% y 6% del PIB, rango considerado como adecuado para lograr la competitividad en infraestructura que poseen los países asiáticos similares a los latinoamericanos.



Con tales perspectivas se debe mirar hacia los gobiernos subnacionales, muchos de los cuales han adelantado un verdadero ajuste en sus finanzas y hoy están en capacidad fortalecer la inversión en infraestructura.



Es el caso del Departamento de Antioquia, donde se ha emprendido un ambicioso plan de pavimentación y mejoramiento de su infraestructura vial, inclusive interviniendo en vías que hacen parte de la red a cargo de la nación, como la transversal marginal del Caribe en el tramo de Necocli y San Juan de Uraba. Adicional existen otras vías de la red departamental que serán pavimentadas. En total serán 220 kilómetros que están incluidos en el plan de "Vías para la integración y la equidad", línea que hace parte del programa "Alianza por la equidad" liderado por el gobierno departamental y el sector privado.



La salud fiscal del país no solo tiene relevancia para los mercados financieros, si no que es un pilar fundamental para lograr en el largo plazo niveles de inversión que permitan mejorar las actuales tasas de crecimiento. Por tanto, se hace necesario bajar el déficit del gobierno nacional central presionado por los gastos corrientes, el cual ya bordea el 6% PIB; estabilizar la deuda como porcentaje del PIB; y emprender las reformas estructurales necesarias que permitan lograr un balance fiscal favorable de largo plazo. También se debe promover la vinculación de los gobiernos subnacionales en este tipo de proyectos, facilitándoles la adquisición de créditos con entidades multilaterales sin que lleve a crecientes niveles de deuda como los que afronta el gobierno nacional.

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