Capital humano, innovación y conocimiento

Es necesario trabajar en el capital humano para lograr que haya innovación.

31 de octubre de 2006

En una economía nacional, la competitividad es un asunto sistémico, no el resultado de esfuerzos individuales ni parciales, políticas coyunturales o planes cortoplacistas. La competitividad se construye sobre la base de la calidad y la productividad de los recursos naturales, humanos y de capital que esta posee. Y lógicamente apoyada por su grado de apropiación de conocimientos y capacidad de innovación.

Es importante en los actuales momentos, cuando el fenómeno de la globalización se hace más palpable, identificar los puntos críticos que es necesario que nuestro país fortalezca para poder asumir los retos que en materia económica y empresarial contraerá si se concretan los acuerdos de tipo comercial con Estados Unidos y Chile, y si se pretende avanzar en la búsqueda de un mejor posicionamiento competitivo que el que ostenta actualmente frente a otras economías de la región - Según el índice global de competitividad 2006, Colombia ocupa el puesto 65 entre 125 países, quedando por debajo de Chile, Costa Rica, Panamá, México, Jamaica y El salvador, actores económicos de la región con los cuales se compite en algunos sectores productivos - .

Existe una lección bastante recurrente de los países que se han desarrollado sobre la base de sus recursos naturales, de la cual hoy es necesario aprender, y es que existe la necesidad de generar un alto nivel de capital humano y una capacidad nacional de aprendizaje e innovación. Hacia este encadenamiento – Capital humano, Innovación y Conocimiento – es donde deben confluir precisamente, cuando hemos avanzado en cierto tramo del camino hacia el desarrollo de una base industrial exportadora, los esfuerzos, tanto públicos como privados, para fortalecer los sectores productivos que se encuentran amenazados por la competencia extranjera y afianzar aquellos sobre los cuales se centran las esperanzas de crecimiento que nuestra economía y el país en general necesita.

El primer aspecto sobre el que es pertinente trabajar es sobre la generación de un capital humano capaz de integrarse a la dinámica de cambio característica de todo proceso económico expansionista, pues de ello depende, el nivel de capacidad de generación y apropiación de conocimiento que nacionalmente pueda hacer efectivo el proceso innovador al que se le debe apostar a largo plazo.
 
Pero para cumplir el propósito de forjar un capital humano más productivo es necesario fortalecer y replantear el sistema educativo actual, desde los niveles básicos hasta los superiores, integrando este a la empresa y constituyéndose en su principal alimentador, no solamente desde el punto de vista de mayor fuerza laboral técnica, sino en el plano estratégico mediante la transferencia de conocimientos soportados sobre la base de un continuado proceso de investigación y desarrollo.
 
Para lograr este cometido es fundamental que exista sintonía entre las necesidades actuales de las que adolece el sector empresarial y los programas académicos de las instituciones educativas; pues en algunas, estos no obedecen a la demanda que en materia laboral existe. Además de esto el enfoque sobre el cual se desarrollan algunas carreras no es el adecuado a la hora de hacer un balance entre las necesidades reales y las tendencias en la materia, con la visión y el contenido de la enseñanza impartida en los claustros académicos.

Pero la responsabilidad de asumir el reto de forjar un mejor capital humano no es solamente del sistema educativo, también lo es del sistema empresarial, el cual a través de la capacitación de trabajadores debe contribuir en la creación y apropiación de nuevos conocimientos que propicien el mejoramiento continuo de sus operaciones, de sus procesos productivos en general y que además convierta a la empresa en una organización que aprende.
 
En este aspecto la situación colombiana no es la mejor y esto tiene que ver con la ausencia de incentivos para que las empresas y las familias inviertan en capacitación. En una muestra de 20 países latinoamericanos y del caribe, Colombia es uno de los siete países en que las empresas asignan una menor prioridad a la inversión en capacitación y formación especializada de su personal. Urge intensificar la formación de capital humano a través de la mejora de la calidad de la educación y la reforma del sistema de capacitación laboral.

Un sistema nacional de aprendizaje e innovación será eficiente siempre y cuando exista un capital humano capacitado que sirva de soporte a las iniciativas empresariales y que propicie el fortalecimiento tecnológico y productivo de las instituciones del país.

Este es solo el punto de partida hacia la búsqueda de una elevación de la competitividad, ya que para que las condiciones en que se de la innovación y un aprendizaje continuado sean propicias es importante destacar otros aspectos fundamentales para el caso particular de este país, tales como: el monto de sus recursos productivos (Naturales, humanos y de capital), la eficiencia con que operan sus mercados, el estado de su infraestructura, la percepción existente entre los inversionistas acerca de la estabilidad macroeconómica de largo plazo, la fortaleza de sus instituciones y la percepción acerca de la estabilidad política de largo plazo.

Ahora, para que se den las condicione y se cumplan los requisitos mínimos para ostentar un mayor nivel competitivo se deben, por lo menos, superar tres escollos que le dan a nuestra economía un aire de rezago:
 
1) La solución del conflicto armado,
2) mejorar la infraestructura vial que comunica a los principales centros industriales con los puertos del país o en su defecto buscar medios alternativos para suplir esta deficiencia de infraestructura por otro medio y
3) Estabilizar el sistema tributario nacional para darle mayor credibilidad a nuestra economía.

Espero seguir ampliando este enfoque en próximas entregas.

nevacas2004@yahoo.com
 
Fuente: Colombia: los problemas de competitividad de un país en conflicto. Alberto Melo.





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