Calentamiento global y sus posibles soluciones: Impuestos vs. Cap-and-trade

14 de enero de 2008

Los instrumentos económicos para enfrentar el problema del calentamiento global por los gases de efecto invernadero tienen dos formas básicas, impuestos a emisiones y topes con comercio de derechos de emisiones (cap-and-trade).

 

En condiciones de mercado perfectamente competitivas el esquema de comercio de emisiones induce a los emisores a reducir las emisiones hasta un nivel en que el costo marginal de reducir las emisiones sea igual al precio de equilibrio del derecho de emisión. Igualmente, un impuesto a las emisiones reducirá las emisiones hasta un nivel en que el costo marginal de reducir las emisiones sea igual a la tasa del impuesto de emisión.

El principal problema de un esquema de impuesto a las emisiones es que no asegura un nivel de reducción de GEI ya que dicho mecanismo esta basado en el precio. Los mecanismos basados en el precio fijan el precio y dejan la incertidumbre en la cantidad, mientras que los mecanismos basados en la cantidad fijan la cantidad y dejan la incertidumbre en el precio. Pero en últimas el esquema de comercio de emisiones, el cual está basado en la cantidad, tampoco asegura un nivel de reducción de GEI debido a la enorme dificultad de monitorear la reducción de emisiones.

El monitoreo de la reducción de emisiones por el sistema cap-and-trade plantea retos importantes por el incentivo implícito por parte de los actores (comprador y vendedor de derechos) de mentir sobre la reducción de emisiones, pero dichas complicaciones de implementación resultan manejables si se tienen en cuenta experiencias anteriores en políticas ambientales como la que redujo del problema de emisiones de contaminantes que eran susceptibles de producir lluvia ácida (Chesnut y Mills, 2005).

 

El sistema de impuesto a las emisiones también necesita a su vez un monitoreo correspondiente que tampoco resulta de fácil implementación ya que el mecanismo planteado está basado en un impuesto a los combustibles fósiles que producen dichas emisiones, sin tener en cuenta las diferentes eficiencias, en términos de emisiones, de la tecnología que se utilice para el uso en que sean empleados los combustibles fósiles.

Otro de los problemas del mecanismo de los impuestos es que depende de las elasticidades del precio de los combustibles fósiles. Por ejemplo, los precios del carbón pueden bajar hasta un nivel en que el impuesto va a resultar insignificante y se perdería todo el supuesto incentivo para reducir las emisiones e implementar tecnologías más eficientes.

En el sistema de impuestos, el dinero recolectado por el estado a partir de los impuestos sería invertido en las personas que son afectadas por las emisiones o en el desarrollo de tecnologías para reducción de emisiones. Aunque en muchos países es probable que este nuevo recaudo no se dedique a esos fines, pero aún si así sucediera, el dinero que se invierta en dichos sectores no es la estrategia más efectiva. En el caso de los desarrollos tecnológicos, la historia ha mostrado que el mercado hace un mejor trabajo en desarrollar nuevas tecnologías que lo que hace el dinero de los impuestos administrado por el estado.

 

El estado no tiene manera de saber cual va a ser la tecnología que va a resultar más útil hacia futuro. En el sistema de cap-and-trade hay incentivos en todos los segmentos de la economía de encontrar y desarrollar formas costo efectivas de reducción de emisiones. Por otra parte, en el caso de que el estado decida invertir en las personas que son afectadas por las emisiones, debe tener en cuenta que no todas las personas contribuyen por igual a dichas emisiones y que se acaben beneficiando también quienes contaminan más y son más ineficientes en el uso de combustibles fósiles.

Los problemas de la implementación del cap-and-trade parten del hecho de que se mira hacia atrás al escoger una línea base para ver quienes son los que han contribuido más a la situación actual de contaminación y ponerles un tope a sus emisiones futuras. El problema de este mecanismo es que muchos de los que más han contribuido a esta contaminación ya han cambiado sus tecnologías de producción de energía hacia energías más limpias como es el caso del Reino Unido y de Francia.

 

Los países desarrollados, que aun no han hecho dicha conversión, pagarían precios más altos. Igualmente los países que se han caracterizando por su alta eficiencia productiva como Japón tienen menos margen para mejorar su eficiencia actual de control de emisiones que la que tendrían los países que no se caracterizan por ello. Esta situación pone de presente que la implementación del cap-and-trade puso en el mercado una cantidad de derechos de emisión de países que contrajeron su economía por la caída de la Unión Soviética y cerraron muchas fabricas altamente contaminantes, trayendo consigo los problemas actuales de poca reducción de emisiones de GEI y precios actuales de los derechos de emisión en su mínimo.

Ningún esquema que se vaya a implementar para reducir las emisiones de GEI es perfecto. El esquema de reducción de emisiones que se implemente, además de ser costo efectivo, debe ser políticamente viable y debe ser un esfuerzo multilateral. El hecho de que Estados Unidos, el principal productor de emisiones no haga parte del Protocolo de Kyoto, le resta grandes posibilidades al acuerdo teniendo en cuenta que todo el esfuerzo que realicen los demás países es un bien público para todos. Últimamente se ha planteado como solución la posibilidad de que se le impongan impuestos a los productos de países que no cumplan su nivel de emisiones o que rechacen el acuerdo, como es el caso de Estados Unidos.

 

Faltaría ver si se atreverían a realizar esta especie de bloqueo comercial a Estados Unidos y ahora a China e India que han manifestado que no se van a comprometer a reducir sus emisiones ya que ellos no causaron la situación actual.


*Ingeniero Civil, MSc(Ing) MSc(Eco)Referencias

 


· Canes. Michael E. (2003), “Economic Modeling of Climate Policy Impacts,” The Climate Policy Center,_Nov.
· Chestnut, L. y Mills D. (2005) “A fresh look at the benefits and costs of the US acid rain program”, Journal of Environmental Management, Sept 19, p. 254.
· Lindzen R. (2006), "Don't Believe the Hype", Wall Street Journal, Julio 2.
· Shapiro, R. (2007), "Addressing the Risks of Climate Change: The Environmental Effectiveness and Economic Efficiency of Emissions Caps and Tradable Permits, Compared to Carbon Taxes", p. 1-31. Disponible en www.theamericanconsumer.org/Shapiro.pdf.

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