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CINE

Malcolm X

Spike Lee combate el prejuicio con el prejuicio.

BEN ODELL
1 de mayo de 1993

El mundo colectivo de las películas de Spike Lee es un mundo negro que sólo periódicamente da un vistazo a los blancos para amonestarlos, para mostrar su maldad total, para manejar la culpabilidad y la culpa que se merecen por su trato a los afroamericanos. Lee es capaz -y con frecuencia lo logra-de causar la ira hasta de los liberales más liberales. Spike Lee lleva menos de una década en el negocio de hacer películas y ya es considerado como el mejor director negro en los Estados Unidos y en el mundo.

Lee pone a pensar al público, tanto blanco como negro. Y los negros necesitan un podio cinematográfico para compensar el medio siglo de estereotipo en el celuloide producido por Hollywood. El problema es que Lee aborda los temas con tal fuerza que ofende a la misma gente cuya mentalidad necesita cambiar.

La mayoría de las biografías necesitan manipulación para generar la tensión estructural necesaria en el cine norteamericano, pero la historia de Malcolm X requiere poca intensificación en su drama. Malcolm X, nacido Malcolm Little, fue drogadicto, ladronzuelo, recluso en el sistema carcelario de los Estados Unidos, predicador, racista convertido en filántropo, y un vocero de pueblo negro de los Estados Unidos, cuyo tono casi iguala al de Martin Luther King.

La película empieza mostrando la toma completa de la paliza a Rodney King, incidente que provocó muchos interrogantes acerca del racismo. Con la fuerte voz de predicador de Malcolm X superpuesta, la intención de Lee es probar que no importa cuanto haya hecho Malcolm X, no fue suficiente. La película está salpicada de pizcas de propaganda racial. Los pocos blancos que muestra aparecen como tontos, sin excepción alguna. El controvertido reverendo Al Sharpton tiene un camafeo, lo mismo que el líder civil negro, Nelson Mandela. No obstante, aparte de todo esto, la película, que dura más de tres horas, es bellamente filmada, bien actuada y bien escrita.

Lo más representativo de Malcolm X es la escena en la que, siendo todavía un gangster, juega a la ruleta rusa con una pistola que todos en el cuarto creen está cargada. Sabiendo que no lo está, Malcolm impone temor y respeto a todos los que lo observan. De joven, y mientras le servía a un rico gangster negro, Malcolm se involucra con una mujer blanca. Y como lo dice Lee en Jungle Fever, Malcolm admite que es simplemente la idea de conquistar a los blancos lo que le atrae a ella. Pero los temerarios días como gangster están contados y finalmente es encarcelado. Allí conoce al hermano Baines, un discípulo de Elija Mohammad. Este es el hombre que ha de cambiar la vida y la perspectiva de Malcolm para siempre.

Además de hacer a Malcolm romper con su atracción por las mujeres blancas, Baines le enseña que el licor y la droga son la manera de los blancos de oprimir a los negros, que para poder liberarse del malvado hombre blanco, no se puede ser adicto a sus sustancias.

Después de educarse en la cárcel, Malcolm sale libre e inmediatamente se afilia a la Nación Islámica de Elijah Muhammad. Allí aprende más sobre la lucha negra. Con el tiempo y con discernimiento, Malcolm X logra agudizar su retórica y crear una multitud de seguidores como representante de la Nación. Y mientras crece su séquito de gente negra, su popularidad dentro del liderazgo de la Nación va simultáneamente en decadencia. Por razones éticas, Malcolm X se ve obligado a romper sus lazos con la secta religiosa. Cambia de tono, ve que su aislamiento en la lucha negra no va a funcionar; y cuando viaja al Africa para investigar sobre las raíces de la Iglesia Islámica, abre su mente a la lucha negra y la necesidad de

involucrar a los blancos. Regresa a los Estados Unidos sin vincularse a la Nación Islámica de Muhammad.

Sin embargo, aquellos con quienes estuvo asociado antes no lo han olvidado y consideran sus creencias como un impedimento a la causa negra. La película termina con una declaración fatal acerca del problema negro, a medida que su vida es despreciada por la misma gente por quien él luchó.

La filmación está realizada muy artísticamente en esta película. Cuando Malcolm X es un joven gangster, el trabajo de las cámaras es juguetón, como lo es el contenido. Pero a medida que Malcolm X se vuelve más serio, también lo es la voz fílmica de la película. La cámara siempre desempeña un papel muy activo, tomando ángulos oscuros y moviéndose en grandes brochazos a través de cada escena. Las habilidades técnicas de Lee se han vuelto notablemente conscientes y bien ejecutadas en los últimos años.

De igual manera la actuación es convincente. Denzel Washington (Glory) al parecer profundizó en su papel como Malcolm X con tanta intensidad que al final de la película cuando muestran apartes del verdadero Malcolm X, sus movimientos y talante hacen que sea difícil creer que ya no es Denzel Washington haciendo el papel. Albert Hall como Baines, Spike Lee como Shorty, y Angela Basett como Betty Shabazz, la esposa de Malcolm, también dan credibilidad a sus papeles.

Siendo una película tan larga, Lee ocasionalmente pierde el control. Algunas partes de la película son ambiguas y dejan periódicamente al público inseguro sobre la ubicación de las escenas y el significado de los rostros siempre cambiantes que continuamente rodean a Malcolm X. De igual manera, no se cuenta la historia de Elijah Muhammad y la Nación Islámica, y por tanto, es difícil ver su atractivo o poder para la comunidad negra.

No obstante, Lee da prueba de sus capacidades como director al presentar una película el doble de larga de la mayoría, rara vez pierde el ritmo y que nunca deja de desafiar e interesar a la audiencia.

Clasificación: ****



Un Milagro para Lorenzo es la historia real de un matrimonio, Augusto y Michaela Odone, cuyo hijo es atacado por una rara enfermedad, para la cual según los médicos no hay cura. Se enteran de que su hijo de cinco años pronto quedará sordo, ciego, mudo y que tendrá ataques de convulsiones violentas. Como carecen de conocimientos médicos, Michaela y Augusto emplean únicamente la perseverancia y la fe para buscar la curación de su hijo, que va deteriorándose rápidamente.

Pero la película no es solamente un relato biográfico acerca de una pareja decidida; también cuestiona el campo de la ciencia médica, las preguntas éticas y morales que tanto médicos como pacientes deben afrontar, y la burocracia existente causada por quienes ejercen la medicina, más preocupados por la reputación que por la salvación.

A pesar de todos estos instrumentos dramáticos, Un Milagro para Lorenzo no tiene incentivo para arrastrar al público a lo largo de esta historia de dos horas. Gran parte de la película está dedicada, no a la lucha emocional de ver a su hijo deteriorarse física y mentalmente, sino a la investigación real que realizaron los padres con la esperanza de encontrar una cura. La película con frecuencia parece una revista médica con diagramas que se mueven.

Hollywood gusta de las historias acerca de triunfos de la vida real, y ocasionalmente estas películas tienen suficiente estructura y coraje para lograr dar el largo salto de la realidad a la ficción. Pero en el caso de Un Milagro para Lorenzo simplemente no hay suficiente para mostrar y por esta razón, los cineastas no se deben tomar la molestia de ir a verla.

Clasificación: **



Howard's End está basada en la novela de E. M. Forster sobre la Inglaterra de principios de siglo, está animada por una red de personajes que están encasillados en diferentes posiciones sociales por el dinero o su carencia. Las hermanas Schlegel, Margaret y Helen, son por definición de clase media, aunque sus puntos de vista sobre la sociedad son ligeramente más radicales. A través de una relación entre Helen y el hijo menor de la acaudalada familia Wilcox, relación que se termina por ser inadecuada socialmente, se unen las dos familias. Y es esta relación la que genera los conflictos de la película.

Por casualidad, los Wilcox se mudan al mismo barrio que los Schlegels y Margaret pronto decide hacerle una visita a la señora Wilcox, ya mayor. Pronto establecen una profunda y encantadora relación entre sí, y es entonces cuando la señora Wilcox invita a Margaret a su casa solariega, Howard's End. Howard's End es más que una casa, es el concepto de la vida inglesa ideal que rápidamente está desapareciendo, una tradición que con el tiempo está envejeciendo mal. Y es contra Howard's End, tanto la casa como el concepto, que los personajes luchan por el resto de la película.

Está hecha de imágenes oscuras y pesadas, con una sensación, aun cuando todo parece estar bien, de que es incontrolablemente fatal. Los personajes son interesantes, aunque Hopkins hace un papel más bien plano como el opulento señor Wilcox. Su encanto es transparente desde el principio y siempre es exasperante odiar al adversario tan fácilmente. Pero quizás en el contexto de la película, él representa el aspecto negativo de la vida inglesa ideal: el ignorante educado. Su esposa (Vanessa Redgrave), supremamente buena, representa el otro aspecto, y juntos crean el balance de la realidad. La actuación está bien ejecutada por todos, especialmente por Emma Thompson, quien hace el papel de Margaret, una mujer que se desgarra entre la moralidad ideal y la vida que le ofrece el señor Wilcox.

Howard's End es a veces pesada y aunque las escenas son cortas en tiempo, el desarrollo de la historia se ciñe a la realidad algunas veces con lentitud desconsoladora. De igual manera, el tema del conflicto entre las clases sociales se ha tratado muchas veces en el pasado. Pero esta película tiene algo reiterativamente sutil. Ofrece a los aficionados al cine el escape que buscan de sus vidas y el realismo que le da a la película calidad y profundidad. Howard's End obtuvo tres Oscar, que incluyen a la mejor actriz y a la mejor adaptación a la pantalla.

Clasificación: ****

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