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La depresión ejecutiva

Usted o sus empleados pueden tener tendencias depresivas y el costo de no saberlo y no tratarlas oportunamente puede ser considerable. ¿Cuáles son los síntomas y los remedios existentes?

ADRIANA MORENO
1 de julio de 1994

Es un ejecutivo admirado y en ascenso, derrocha energía, rebosa de ideas, se ofrece siempre a hacer esos largos viajes de negocios, habla a la velocidad de un jet y motiva a los demás con la mera fuerza de su ambición.

Así es en la oficina. En la casa, tiene problemas de insomnio, sufre de dolores de estómago o de cabeza, no ha hecho el amor con su esposa desde hace varias semanas, no encuentra placer en sus hijos, no tiene interés en esa invitación a jugar golf con los amigos, quizás se exceda de copas a la comida

En la oficina, ella es eficiente y creativa, la primera en llegar en la mañana y la última en salir por la noche, e imparte órdenes como un general.

En su casa, mira televisión durante horas sin poner atención al programa, se olvida de comer, a veces empieza a llorar sin motivo, y no puede dormir por la noche pensando que no se merece todos los elogios que le hacen su jefe y sus compañeros de trabajo.

¿Qué está ocurriendo? Se trata de un problema común con efectos secundarios poco comunes: la depresión.



¿QUÉ ES EXACTAMENTE LA DEPRESIÓN?



La depresión es uno de los males emocionales más fácilmente tratados, pero cuando está en su punto culminante puede destruir carreras, matrimonios y hasta ser fatal. La buena noticia es que más del 80% de las personas que padecen de depresión se recuperan, generalmente en pocas semanas, porque los médicos ahora están mejor preparados que antes para detectarla y tratarla. Hoy existen más terapias a nuestra disposición que hace diez años. Y lo que es más importante, la gente que sufre de depresión está más dispuesta a hablar abiertamente del tema con su familia, amigos y médicos.

Todo parece indicar que la depresión es mucho más común de lo que la mayoría de nosotros piensa. Los cálculos no son precisos, pero algunos médicos creen que hasta una de cada cinco personas en Colombia puede sufrir de depresión grave durante su vida, generalmente antes de los 40. Muchos ni siquiera saben que la tienen, y sufren en silencio por semanas y hasta meses, antes de que los síntomas se agudicen, mientras que otros seguirán deprimidos por meses hasta que la depresión destruya su vida personal y pública.

Se calcula que hasta el 3% de los hombres y el 6% de las mujeres sufren de depresión en un momento dado. La mayor incidencia de la depresión en las mujeres puede atribuirse a la mezcla de una mayor tensión, por ser profesional, esposa y madre a la vez, así como a diferencias sutiles en la química del cerebro.

Las investigaciones registran un importante aumento en la depresión entre los nacidos después de la Segunda Guerra Mundial -los famosos "Baby Boomers". Esto podría deberse en parte a que las personas más jóvenes son más conscientes de los síntomas de la depresión, o están más dispuestas a hablar de ella y a buscar ayuda de otras personas. Otros piensan que la razón es que los "Boomers" tienen mayores expectativas de la vida y se desengañan más fácilmente en el hogar o en el trabajo cuando las cosas no resultan como esperaban. Otros creen que la mayor cantidad de divorcios y el creciente número de hogares con un solo jefe de familia son la causa del aumento de la depresión.



TIPOS DE DEPRESIÓN



Existen varios tipos de depresión, así como hay diversos tipos de enfermedades.

La maníaco-depresión, conocida también como desorden bipolar, se caracteriza, por ejemplo, por cambios impredecibles del estado de ánimo, desde una euforia desenfrenada hasta una profunda desolación. Cerca del 1% de la población y quizás un 5% de los ejecutivos en Colombia padecen este desorden.

Los maníaco-depresivos oscilan entre períodos de intensa energía y gran productividad y períodos de casi parálisis e inhabilidad para tomar las decisiones más simples. Algunos de los más exitosos empresarios han sido maníaco-depresivos, como J. P. Morgan. En sus "buenos" momentos disfrutan corriendo riesgos y tomando decisiones rápidas y efectivas. Los altos cargos políticos también parecen atraer a líderes maníaco-depresivos, como Winston Churchill y Abraham Lincoln. Churchill inclusive tenía un nombre para su comportamiento maníacodepresivo, al que llamaba "los días del perro negro".

La maníaco-depresión no es un desorden mental rutinario, es primordialmente genético. Si uno de sus padres sufrió de maníaco-depresión, la probabilidad de que usted tenga un comportamiento similares dos veces mayor que para la persona promedio. Aunque este comportamiento no se puede "curar", se puede controlar con medicamentos, generalmente el litio.

Un ejecutivo recuerda su comportamiento maníaco. "Podía trabajar durante semanas con sólo cuatro horas de sueño en la noche, venir al trabajo a las 6 a.m. y quedarme hasta las 9 p.m., luego ir a un cóctel hasta medianoche. Tenía ideas brillantes. Las ventas de mi compañía aumentaron. Me sentía en lo más alto del mundo. Entonces, un día me di cuenta de que no había hecho el amor con mi esposa en tres meses, no me podía levantar de la cama en la mañana y me quedaba parado en el closet mirando fijamente tres camisas blancas, idénticas, sin poder decir cuál me iba a poner".

Los momentos bajos del comportamiento maníaco pueden poner en peligro a una empresa o, en el caso de un político, inclusive a un país. Cuando se encuentra en el estado de depresión, el maníaco no puede manejar una gran tensión, tomar decisiones o siquiera cumplir con un plazo.

Otros cambios en el estado de ánimo causan períodos de autoestima exagerada, cuando el ejecutivo no tolera ni la más mínima diferencia de opinión ni la derrota, sufre de oleadas de ideas e incoherencia, habla en exceso y se obsesiona con los teléfonos o los computadores tratando de comunicar sus ideas. Algunas personas manifiestan su estado maníaco saliendo a comprar desaforadamente o teniendo relaciones amorosas muy ostentosas.

En su casa con frecuencia se encuentra una esposa confundida que no ve a su esposo durante días, no ha hecho el amor con él durante meses, no logra que coma ni que le explique lo que está ocurriendo. El ejecutivo se oculta detrás de sus viajes de negocios, invitaciones a cócteles y comidas y se queda en el teléfono hasta tarde en lugar de afrontar sus problemas personales en el trabajo y en el hogar. Con frecuencia el cambio de personalidad causado por la depresión resulta en separación o divorcio.

Es cierto que los casos benignos de comportamiento maníaco pueden darle impulso a una carrera. Si se mantienen bajo control, la energía y las ideas brillantes pueden ser de utilidad para la empresa y para sí mismo. Estos casos con frecuencia progresan hacia una forma de comportamiento maníaco llamado Desorden Bipolar II o Desorden Bipolar NOS, el cual es la forma más común de comportamiento maníaco-depresivo que se da en los ejecutivos corporativos.

La hipomanía crónica es una forma de depresión más difícil de diagnosticar y de tratar. Es un comportamiento maníaco sin los síntomas depresivos severos, una hiperactividad crónica, como si el ejecutivo estuviera tratando de salvar su vida, con el temor de que alguien descubra que no es tan bueno como los demás creen que es.

La depresión clínica es la forma más común de depresión. Está caracterizada por profundos sentimientos de desolación, pérdida de interés en cualquier forma de actividad y un letargo que debilita. Es un sentimiento constante de depresión, sin los altibajos del comportamiento maníaco. Es la forma más común de depresión y puede tener causas internas o externas.



¿QUÉ CAUSA LA DEPRESIÓN?



De acuerdo con los siquiatras la depresión generalmente es causada por rabia contenida, es decir, por convertir la rabia que debe ser dirigida a otra persona en una rabia contenida contra sí mismo. La rabia actúa como un volcán inactivo dentro de la víctima, pero en lugar de explotar, se convierte en depresión.

Los científicos se convencen cada , vez más de' que en el origen de la depresión se encuentra un problema bioquímico.

Es tan posible tener un ataque de depresión por una buena , noticia, como un ascenso, el nacimiento de un bebé o la compra de una nueva casa, como que la depresión llegue después de la muerte de un ser querido, de ser despedido del trabajo o de un divorcio.

Lo que sucede es que la actividad química del cerebro es interrumpida por la tensión. Cuando el cerebro envía un mensaje, los nervios segregan sustancias químicas para comunicarse entre sí. La tensión parece ser la causa de que el cerebro reabsorba uno de los tres químicos que los nervios necesitan para pasar la información normalmente. Medicamentos como Prozac y Zoloft evitan que el cerebro reabsorba estos químicos antes de que empiecen a trabajar. Entre más pronto sea detectado un problema por un profesional competente, más pronto y más rápido será el proceso de recuperación.

Según la gravedad y el tipo de depresión que el ejecutivo esté padeciendo, se deben considerar diferentes tratamientos. Si la depresión es benigna y la persona no ha venido sufriéndola durante mucho tiempo, probablemente pueda ser tratada con medicamentos antidepresivos o con una corta psicoterapia. Muchos siquiatras hacen énfasis. en la necesidad de diagnosticar el tipo de depresión y las causas que se hallan en su origen antes de recurrir a tos medicamentos.

La asistencia sicológica puede costar desde $1.000 en una clínica o en una universidad con estudiantes de medicina, hasta $40.000 la hora con un profesional bien conocido. La terapia generalmente alivia la depresión severa en unas seis a ocho semanas. A veces es necesaria terapia periódica para controlar el progreso del paciente.

El efecto más severo de la depresión es el suicidio. Si no es tratado, uno de cada seis pacientes deprimidos tratará de suicidarse.



MEDICAMENTOS



Existen muchos tipos de medicamentos para la persona que sufre de depresión. Entre las drogas más antiguas están los tricíclicos y los inhibidores MAO, que bloquean la reabsorción de varios transmisores en el cerebro, pero muchos tienen bastantes efectos secundaríos como sequedad en la boca, náuseas y aumento de peso. No deben ingerirse algunos alimentos ni licor cuando se están tomando estas drogas.

Los medicamentos más nuevos se llaman SSRI y afectan sólo a uno de los tres transmisores químicos en el cerebro. Entre éstos están Prozac, Paxil y Zoloft. Las drogas SSRI son más seguras y tienen menos efectos secundarios que las antiguas y están siendo promovidas con mucho empeño por los laboratorios. Su uso se está extendiendo rápidamente -la Ely Lilly Company vendió más de US$1.000 millones únicamente en Prozac el año pasado-.

Recientemente Prozac ha recibido mucha publicidad internacionalmente, a medida que más y más médicos descubren que ayuda a personas que sufren de depresión a corto y a largo plazo. Pero Prozac también se ha vuelto una droga de moda en la comunidad médica, como un cúralo todo para toda clase de males, no sólo para la de presión. Algunos médicos la recetan para la depresión severa que acompaña al ciclo de menstruación en las mujeres, para los que tienen el hábito de jalarse el cabello, para adolescentes con problemas. La decisión final sobre la efectividad de Prozac aún no ha sido determinada, pero algunas personas con depresión dicen que es una droga milagro.

No se obtienen resultados inmediatos, porque Prozac requiere de 10 a 14 días para obrar. Pero los efectos en algunos pacientes han sido notables. "Me sentía como si tuviera una manta envuelta alrededor de la cabeza y que nada la podía quitar", dice un paciente de depresión. "Sentía la depresión como un tumor gigantesco en la mitad de la frente y sólo podía pensar en mis 11 problemas. Nunca podía pasar de los problemas a pensar en las soluciones. Después de diez días de Prozac, fue como si me quitaran la manta y el 'tumor' se hubiera curado, dejándome pensar claramente en cómo solucionar mis problemas. Hasta disfruté de un juego de golf por primera vez en seis meses. Mi esposa notó el cambio en mi estado de ánimo al mismo tiempo que yo".

Muchas personas tienen miedo de tomar drogas antidepresivas, por el temor de que actúen como tranquilizantes e impidan el desempeño en el trabajo. Los antidepresivos tienen pocos efectos secundarios, fuera de un poco de náusea; algunos se quejan de un menor interés en el sexo. Otras personas han sido disuadidas por una campaña contra Prozac realizada por la Iglesia de la Cientología, la cual aduce que la droga hace a la gente más violenta o suicida. En 1991, ni la agencia del gobierno de los Estados Unidos responsable por las pruebas de drogas ni algunas investigaciones universitarias hallaron alguna conexión entre Prozac y la intensificación de los actos de violencia.

La mayoría de las investigaciones atribuyen estas reacciones a la tendencia del individuo depresivo a la violencia y al suicidio, aun antes de tomar la droga. Otros médicos insisten en que la creciente tendencia al suicidio en un muy reducido número de pacientes puede ser causada por la desaparición del letargo una vez que el medicamento empieza a obrar. El letargo que el paciente experimentaba antes de tomar las drogas antidepresivas lo estaría protegiendo de sus propias tendencias autodestructivas. Si alguien que usted conoce parece estar en peligro, él o ella deben ser hospitalizados u observados cuidadosamente durante las primeras semanas de tratamiento.

Las drogas antidepresivas no son "pastillas de alegría" que harán más feliz a la persona si no está sufriendo de depresión. Estas drogas tratan la causa química de la depresión, pero no eliminan los estados de ánimo si uno no está deprimido. Un médico lo comparó con tomar una aspirina: bajará la fiebre si usted está enfermo, pero no bajará su temperatura si ésta es normal. Los antidepresivos no son tranquilizantes ni somníferos. Han estado en el mercado por más de 20 años y nunca se ha comprobado que sean adictivos. La mayoría de las personas toman la droga por unos seis meses. No hay síntomas al dejar de tomarla.

Otra manera de tratar la depresión es el tratamiento de electrochoque. Este se ha ganado una terrible reputación a lo largo de los años, con imágenes en las películas y en la televisión que lo presentan como un instrumento de tortura que deja al paciente en estado catatónico. Hoy día nada podía estar más lejos de la verdad.

Como en otros campos de la medicina, se han hecho grandes progresos para hacer de esta terapia algo menos doloroso y más efectivo. El procedimiento es el siguiente: se colocan electrodos en el cuero cabelludo y se pasa por ellos una corriente suave, no masiva. Puede desatar un breve ataque y pérdida del conocimiento. Al paciente generalmente se le da una pastilla páta dormir y ni siquiera se acuerda del tratamiento.

El electrochoque se emplea en personas que no pueden tomar el medicamento o en las cuales éste no produce resultados efectivos. Parece funcionar mejor en personas mayores que en las más jóvenes. Cómo funciona exactamente es todavía un misterio para la comunidad médica, pero se ha comprobado que es seguro y eficiente en más del 50% de las personas que han recibido el tratamiento.

La parte difícil del proceso es identificar el problema específico y encontrar el tratamiento adecuado. Menos del 50% de las personas que sufren de la depresión del ejecutivo, o de cualquier tipo de depresión, buscarán tratamiento, en parte porque no pueden verse como la clásica persona deprimida o porque temen al estigma asociado anteriormente con los problemas mentales.



¿QUÉ HACER CON UN EMPLEADO DEPRIMIDO?



Si usted sospecha que un empleado de su empresa está sufriendo de cualquiera de estas formas de depresión, eso no quiere decir que él o ella deban ser despedidos. El empleado debe tener el apoyo de la empresa para buscar ayuda médica, sin temer que va a perder su trabajo.

La depresión no es una enfermedad que responda al sentido común. El decirle a alguien que deje de pensar en su problema laboral o que deje de pensar en la esposa que lo ha abandonado o en el padre que acaba de morir, simplemente no funciona. Tampoco sirven unas vacaciones en San Andrés o una semana en la casa. Estas acciones tienden a hacer sentir peor a la persona porque aunque esté lejos de su rutina normal, la depresión lo seguirá a donde vaya hasta que no se trate la raíz del problema.

Aunque es un momento muy difícil personal y profesionalmente y hay mucho sufrimiento no sólo para la persona sino también dentro de la familia, la mayor parte de la gente que sale de la depresión está casi contenta de haberla experimentado. Algunos hablan de una nueva autoestima después de sus traumas, otros de una nueva orientación espiritual, y otros más se han dado cuenta de la importancia de la familia por encima del trabajo.

Los siquiatras y las antiguas víctimas de depresión esperan que esta década traiga consigo una actitud pública más abierta a las enfermedades mentales y que desaparezcan las sensaciones de temor y persecución. "Quizás los años noventa serán para la depresión lo que los años ochenta fueron para el alcoholismo y los sesenta para el cáncer", comentó una antigua víctima de depresión clínica. "Así lo espero. Ya no estoy enfermo e inclusive me siento mejor que antes. Espero que otros que sufren se puedan sentir tan bien como yo. ,

Pero primero deben reconocer lo que tienen y buscar tratamiento. Después de todo, si usted descubre que tiene una infección, o inclusive un cáncer, no corre a esconderse. Buscará la mejor ayuda médica posible. Espero que algún día todos podamos pensar del mismo modo acerca de la depresión".



 



CÓMO SABER SI USTED ES UNA VÍCTIMA DE LA DEPRESIÓN



 



1. Sentirse triste, melancólico, falto de energía emocional y mental. Sentir que su cuerpo está más pesado y se le dificulta moverse físicamente.



2. Tener menos interés en actividades placenteras como el sexo, los deportes, jugar con sus niños, comer.

Otros síntomas:

1. Fatiga crónica

2. Incapacidad para dormir o dormir demasiado

3. Pérdida o aumento de peso

4. Sentirse culpable o que no vale nada

5. Indecisión, incapacidad para concentrarse en cosas simples, estar olvidadizo.

6. Pensamientos de muerte, de suicidio, o de fuga.



Si usted, o alguien cercano a usted, está experimentando cualquiera de los dos primeros síntomas o tres de los síntomas siguientes, puede estar sufriendo de depresión seria. Si ha venido sintiendo estos síntomas por dos semanas o más, o ha pensado en el suicidio, llame ya al médico.

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