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Economía

Dónde poner su dinero

Las crisis dificultan el estudio de los mercados, pero dan lugar a inmejorables oportunidades de inversión.

1 de septiembre de 1997

En los mercados de valores, pocas veces impera la lógica. Y cuando impera no suele ser muy rentable. Normalmente, el inversionista que sigue la premisa de que "Vicente va para donde va la gente", se pierde las mejores oportunidades. A quien nada contra la corriente le puede ir mal muchas veces, pero cuando le va bien una sola vez le va bien de verdad. Sobre todo en épocas de crisis como la actual.



Si un colombiano hubiera invertido a comienzos de este año en un portafolio de acciones que reflejara la composición de los índices bursátiles, su dinero se le habría incrementado en un 60% en los primeros ocho meses. Si su inversión hubiera sido en un grupo todavía más selecto de acciones (Bavaria, Suramericana, Noel, Banco Ganadero y otras pocas), su dinero ya se le habría duplicado. Y si hubiera invertido sólo en acciones de Bavaria, tendría una ganancia superior al 150%.



Eso, en un año en que a la economía en general le ha ido mal y en el que los vaticinios apuntaban a una continuada depresión del mercado accionario. Si bien había desde comienzos del año expectativas firmes sobre la intención de las autoridades monetarias de bajar las tasas de interés, lo que mejoraría el ambiente de inversión en papeles de renta variable, la recesión económica y la incertidumbre política hacían que muchos analistas -nacionales e internacionales- le apostaran a la prudencia como guía en el momento de acercarse a las bolsas de valores colombianas.



En contravía con esas recomendaciones, sin embargo, las bolsas no sólo han mostrado un alza considerable en sus índices accionarios, sino que de acuerdo con un informe reciente de The Wall Street Journal, son las de mayor valorización en el mundo en lo que va corrido de 1997, apenas emuladas por las de Brasil y Alemania. Y la razón parece radicar en el hecho de que a pesar de la recesión (e independientemente de ella), en 1997 el ajedrez económico del país ha estado particularmente movido.



Si en algún año se ha sentido el efecto de la apertura económica en materia de grandes decisiones empresariales ha sido en éste. En el sector financiero, la llegada de los bancos españoles cambió totalmente el panorama y obligó a las entidades financieras a entrar en una feroz competencia, que hasta el momento se manifiesta en una gran ofensiva de rifas y sorteos (ver página 48).



En el sector industrial, los movimientos no han sido menores. Grandes alianzas estratégicas, como las de algunas empresas del Sindicato Antioqueño (Noel-Bimbo, por ejemplo) y reacomodamientos en su estructura corporativa (como la anunciada escisión de Bavaria en una empresa cervecera y otra de inversiones, lo que hará más transparentes los balances de la compañía) han incidido de manera positiva en la imagen de esas empresas y eso ha incrementado la cotización de sus acciones.



En relación con algunas de esas empresas, es posible que ya no haya mucho margen de acción, por la valorización tan grande que han tenido. Hay acciones cuyo precio sigue siendo bastante atractivo desde el punto de vista de la relación precio/utilidad y en ellas es posible todavía captar una valorización adicional. Pero más allá de eso, la gran lección que debe dejar lo que ha sucedido este año es que -a pesar de su tamaño tan reducido- sí se puede hacer un buen negocio con inversiones en bolsa, si se tiene una visión de largo plazo de la economía y se saben escoger de manera adecuada los sectores en los cuales se va a poner la plata.



Es por eso que la gran mayoría de los expertos coincide en que cualquier portafolio de inversión que se arme en lo que resta del presente año debe tener una parte importante en acciones de empresas colombianas. La cantidad varía de uno a otro, pero todos piensan que si la idea es hacer una buena inversión, es necesario correr algún tipo de riesgo.



Y es que las oportunidades de inversión rentable y segura no son muchas en este momento. Con la baja que han tenido las tasas de interés en lo que va corrido del año, no hay ninguna inversión en renta fija que resulte verdaderamente atractiva. (Esto explica, entre otras cosas, buena parte del éxito que ha tenido la estrategia de los bancos de ofrecer premios a los ahorradores, que ante la baja rentabilidad tienen al menos la opción de ganarse la lotería de los premios financieros).



La última semana de agosto, los Certificados de Depósito a Término a 90 días estaban dando una rentabilidad del 23,2% en promedio. Si se descuenta la retención en la fuente que pesa sobre esos papeles, la rentabilidad se reduce al 21%, cifra que apenas supera en tres puntos la tasa de inflación y que está por debajo de casi todas las demás alternativas de colocación de recursos.



A la tasa que ofrecen los CDT, los ahorradores prefieren mantener su dinero con la mayor liquidez posible, pensando siempre en la oportunidad de que se presente un negocio atractivo en el corto plazo. En años anteriores, con una corrección monteria elevada, las cuentas en upac en una corporación de ahorro y vivienda eran la mejor opción para combinar liquidez con rentabilidad.



Hoy en día las cuentas en upac no ofrecen ningún tipo de atractivo. Con una corrección monetaria del 16,99%, su rentabilidad en el corto plazo está siendo negativa, lo que tiene muy preocupadas a las corporaciones de ahorro y vivienda. Dada la feroz competencia que se ha desatado en el sector por captar ahorradores, la baja en la corrección monetaria ha puesto a las corporaciones en franca desventaja con respecto a otras entidades financieras.



Pero además los ahorradores tienen la posibilidad de gozar de las ventajas que brinda la liquidez y obtener un rendimiento similar al que brindan algunos papeles de renta fija, si colocan su dinero en uno de los muchos fondos de inversión que han florecido en los últimos años en el país. Los fondos son líquidos, seguros y ofrecen una rentabilidad bastante predecible (del orden del 22,5% en este momento, después de comisión).



Qué pase a mediano plazo con los papeles de renta fija dependerá, lógicamente, de qué pase con la tasa de interés. Muchos analistas consideran que las tasas ya tocaron piso y que se debe esperar un "ligero rebote" en lo que resta del presente año y unas mayores tasas reales de interés, por tanto, en 1998. El Gobierno insiste todavía, sin embargo, en que hay margen para bajarlas más y que, dada la disminución que ha venido presentando la tasa de inflación, es posible esperar que eso suceda.



Algunos analistas consideran que el Gobierno tiene razón. Pero a estas alturas son más los expertos que se inclinan por lo contrario, pues creen que a las autoridades monetarias les quedará muy difícil seguir reduciendo el ritmo de la inflación, sobre todo si son ciertas las afirmaciones del Gobierno en el sentido de que ya hay síntomas claros de recuperación de la economía La mayoría de ellos se inclina por un alza en las tasas de interés en lo que resta del presente año. Pero aún así, casi todos piensan que el alza no será muy pronunciada, y que por ahora la renta fija no pinta como muy buena inversión.



Claro está que el mercado de ahorradores colombianos, que está compuesto en una muy buena proporción por personas maduras que han logrado juntar algo de plata a lo largo de su vida, sigue siendo muy conservador. El "temor a los emisores" que caracteriza a muchos ahorradores, hace que el mercado de renta fija se sostenga. Y si los CDT no están buenos, la gente se mueve hacia los papeles del Gobierno, que es lo que ha venido sucediendo con los Títulos de Tesorería, que han tenido una demanda importante en los últimos días la última semana de agosto el Gobierno subastó TES a un año a una tasa del 23,6.



Otra opción en este momento es la finca raíz. Pero también en este caso, el mercado parece estar siendo muy conservador. Y no es para menos. Aunque muchos analistas -tanto del sector de la construcción como en el propio mercado de valores- sostienen que la crisis ya tocó fondo y se empiezan a notar algunos síntomas de recuperación o al menos de estabilización (como en el caso de los préstamos a constructores y los despachos de cemento gris), el mercado sigue muy estancado. Las proyecciones más pesimistas sitúan la recuperación en el segundo semestre de 1998, pero son muy pocos quienes piensan que pueda haber un bajón adicional. Por eso hay muchos inversionistas que piensan que ya casi es hora de invertir en este sector.



Para algunos analistas, mejor que comprar vivienda en este momento es pagar la que se debe. Un crédito de vivienda puede estar costando en este momento algo así como el DTF más 15%. Y eso, aún descontados los efectos tributarios que tiene ese tipo de pasivo, sigue siendo una tasa muy alta. Mucho mayor, en todo caso, de la que puede conseguir en cualquier alternativa de inversión ligada a la tasa de interés de referencia.



La otra oportunidad que se está abriendo es la de las inversiones en dólares. Aparte de inversiones relativamente sofisticadas -tan importantes ya para algunos inversionistas que Poder y Dinero presenta las sugerencias de cuatro conocedores del mercado internacional, dedicados al negocio de banca de inversión-, la baja en las tasas de interés internas y los movimientos cambiarios que se han dado en los últimos días han hecho nuevamente del dólar un activo importante de inversión.



De acuerdo con los reportes de las agencias, hay opciones de inversión en papeles comerciales a 90 días en el mercado de Estados Unidos que ofrecen una rentabilidad del 5,95% anual. Si a eso se le suma el hecho de que la devaluación del peso frente al dólar en lo corrido del año ha superado en los últimos días el 16% -y se espera que no sea menor en el año completo-, la rentabilidad de esos papeles es en este momento superior a la de los CDT que se negocian en Colombia (una vez descontada la retención en la fuente).



Las condiciones del mercado cambiario están dando también para que sea rentable prepagar deuda en dólares. Y eso es, al parecer, lo que están haciendo algunas empresas. Lo cierto es que la divisa está en alza nuevamente como activo de inversión. En este momento, sin embargo, no es fácil conseguir dólares. Y ése no deja de ser un mercado volátil y difícil de manejar.



Las perspectivas de la tasa de cambio, además, no son claras. Para una buena cantidad de analistas, los movimientos que se han presentado en los últimos días serán algo pasajero, pues en los últimos meses del año suele producirse un incremento importante en los reintegros de divisas, lo que puede presionar la cotización del dólar nuevamente a la baja.



En conclusión, las oportunidades de inversión han cambiado dramáticamente. Por primera vez en muchos años no es y no será rentable tener la plata en activos de renta fija. La desigual evolución de la economía ha generado cambios de valorización de activos que prometen enormes oportunidades para aquellos que las identifiquen más rápido que el mercado. No es época de seguir la corriente. Es tiempo de arriesgar.

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