El director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Luis Fernando Mejía, señaló que la viabilidad por parte del Gobierno Nacional para la construcción de la variante, a través del Conpes, responde a una necesidad sentida de la región solicitada desde diferentes escenarios.Según el DNP, la declaratoria de importancia estratégica del proyecto, permitirá reducir los costos de operación de transporte en 9%, los tiempos de viaje en 55% y disminuir los índices de accidentalidad en el municipio, entre otros beneficios.La construcción de la obra tendrá un costo estimado de $198.287 millones de 2018, se financiará con $31.068 millones de la venta de Isagén y con $167.219 millones de recursos propios de los peajes que se encuentran a cargo del Invías en el corredor.Lea también: Las vías de acceso de Gramalote quedarían listas en el segundo semestre de 2018Estos dineros serán ejecutados durante las vigencias 2018 – 2022, de acuerdo con el aval fiscal otorgado por el Confis en sesión del 11 de diciembre de 2017.Entre tanto, el director del DNP explicó que uno de los propósitos de la construcción de la variante de San Gil es salvar vidas. “Con el traslado de vehículos pesados esperamos reducir la siniestralidad vial en el municipio”, agregó el funcionario.Adicionalmente, indicó que “con esta obra aportaremos a la competitividad del país optimizando la vía Bogotá – Bucaramanga – Costa Atlántica, que se consolida como uno de los cinco corredores logísticos de mayor importancia en Colombia”.Puede interesarle: El 90 de las vías férreas están abandonadas y con máquinas de los años 50¿Cómo será la vía?La variante tendrá un tráfico promedio diario de 7.441 vehículos, entre ellos un 26% de camiones, una longitud de 9,7 kilómetros, calzada de 7,3 metros de ancho, e infraestructura especial con 4 intersecciones.De acuerdo con el DNP, la construcción de la variante en San Gil separa el tráfico pesado que circula actualmente por el municipio, beneficiando una población aproximada de 45.000 habitantes y a los usuarios de la vía, especialmente a los transportadores de carga y de pasajeros, quienes tendrán mejores condiciones de operación del corredor.El proyecto Bogotá - Chiquinquirá – Bucaramanga - San Alberto, de la Troncal Central, hace parte de la conexión Caracas – Bogotá - Quito, priorizada en el Eje Andino del Consejo Suramericano de Infraestructura y Planeamiento (Cosiplan).Lea además: Invias destacó la generación de empleo en el programa Vías para la EquidadFinalmente, el DNP aseguró que la construcción de la de variante San Gil mejorará la competitividad de la vía de comercio exterior al mantener velocidades y niveles de servicio constantes para el corredor. “Desplazará el tráfico pesado a una vía exclusiva, para descongestionar las vías urbanas del municipio y disminuir el riesgo de accidentalidad”.